miércoles, 30 de diciembre de 2009

El esbozo de la mordaza

Me vienen a la cabeza un montón de sustantivos y adjetivos; a la vez que noto como se agolpan diversos sentimientos en mi interior, algunos lo reconozco poco o nada edificantes, respecto al juez Ricardo Rodríguez y su sentencia y condena a cárcel, inhabilitación profesional y multa y pago de indemnización, al director de la SER, Daniel Anido, y al redactor jefe de informativos, Rodolfo Irago.
Es una mala noticia, pese a que las voces de algunos juristas ya avisan sobre lo disparatado e inadecuado de esta sentencia. Y es una mala noticia no sólo para la profesión periodística, si no para el resto de la sociedad y para el propio sistema democrático.
Para el ejercicio de la profesión periodística es un aviso a navegantes. El esbozo de la mordaza (ni siquiera es el primero, sólo hay que recordar el caso del periodista Antonio del Río, del diario El Mundo, y temo que tampoco es el último). No se juzga, sentencia y condena por una mala praxis, se juzga, sentencia y condena por el canal a través del cual se difunde la noticia. El juez Rodríguez hace una interpretación peculiar de Internet; abierta al debate. Pero lo que no es objeto de debate son las ediciones digitales de los medios de comunicación, porque las ediciones digitales, las ediciones en papel y las ediciones por ondas son medios de comunicación en sí mismas.
Cadenaser.com es un medio de comunicación social; con independencia de que Internet, el papel o las ondas como tales no lo sean. De igual manera que Internet puede ser el kiosco de prensa, el dial de radio o los canales de televisión. Soportes o distribuidos universales, que albergan medios de comunicación social.
No voy a poner en duda la labor de los jueces, que en la mayoría de los casos realizan bien su labor; en ocasiones con escasez de recursos humanos y económicos. Pero sí la de aquellos jueces que no hacen bien su trabajo o lo efectúan de forma dudosa y cuyas actuaciones y sentencias (ignoro sí por afán de protagonismo, intereses espurios o por presunta prevaricación) ocupan espacios en los medios de comunicación, que nos llaman la atención más que la labor bien hecha de la mayoría de los jueces, y que nos invitan erróneamente a generalizar.
Tampoco voy a extenderme en la importancia de los medios de comunicación en los sistemas de libertades, como garantes de esos sistemas, por archisabida; pero sí, en los periodistas. Esos periodistas que hace algún tiempo perdieron la guerra contra las empresas de comunicación (una lucha desigual) y ahora apenas protagonizan alguna escaramuza contra esas empresas y contra el deterioro de su imagen ante la sociedad.
La profesión periodística deja que se cometa con ella el mismo error que con los jueces, agravado además porque se permite la identificación como periodista a quienes no lo son y ocupan espacios de privilegio en los medios de comunicación; en particular en las emisoras de televisión. Sin que juez alguno condene a cárcel o inhabilitación profesional a estos personajes, pese a su mala praxis y su incapacidad y carencia profesionales. Y con el frecuente silencio de las organizaciones profesionales, cada vez más alejadas de la defensa de los intereses de los periodistas, tanto profesionales como laborales.
La paradoja de la condena del juez Rodríguez es que afecta a quien informa con rigor y veracidad, mientras no existen sentencias y condenas iguales o similares contra quienes desinforman, desde la falta de rigor y veracidad, y además con asiduidad.
El derecho a la información no es sacrosanto. Sus límites son claros, aunque un periodista siempre se exponga a rebasarlos por impericia, por ambición o por el valor de la información. En el caso de Anido e Irago, según señalan algunos juristas, el valor de la información debería haber sido suficiente para que el juez Rodríguez diera preponderancia al derecho a la información frente al derecho a la intimidad de los afectados (militantes del PP en Villaviciosa de Odón) y denunciantes. No ha sido así, y aunque hay esperanza en que el recurso de los condenados en primera instancia prospere, el daño ya está hecho. La amenaza está encima de la mesa y las damnificadas, junto a Anido e Irago, son la libertad de expresión y de información.
A un periodista una condena le duele, pero una inhabilitación, le mata. Más cuando como en este caso ambas son injustas e inadecuadas.

viernes, 25 de diciembre de 2009

Al otro lado del amanecer

Corren tiempos de euforia. Días de buenos deseos. Algunos camuflados entre el abeto y las guirnaldas, pero otros abiertos desde el corazón. Hay gente que desea buenaventura al prójimo con boca pequeña, mientras otros, quizás escépticos, anhelan hermosos deseos ilimitados a propios y extraños.
En apenas unas horas, tras extender Papa Noel su manto de regalos a los pies del árbol, la dicha será de los más pequeños. Mis peques encarnan la Navidad, aunque el espíritu, alejado de artificios, habita el corazón de la gente buena.
Tras este oasis. Esta tregua en la vorágine diaria. Volveremos a la rutina. No conviene pues cegarse por las luces llegadas de los territorios de los sueños. Tampoco, aunque es inevitable, alimentar esa euforia que nos permite, momentáneamente, alcanzar los sueños. Pero sería mezquino no vivir el momento. “Beatus ille”, que anunciaba el poeta.
¡Feliz Navidad! Es una frase hecha. Un tópico. Y aún así, al margen de creencias religiosas o convicciones paganas, es como los copos de nieve encerrados en una cápsula de cristal, que lloran desde el cielo por el capricho de un golpe de muñeca. Son dos breves palabras, y sin embargo encierran un sinfín de emociones, sentimientos, deseos, esperanzas… y una complicidad en el dolor de los que sufren ausencias, de las que hacen jirones en el corazón.
La Navidad para mí, siempre, casi siempre, fue espacio de desencuentros. No recuerdo cuando crucé la línea que separaba el país de los sueños del de las cuitas de familia. Y aún así, sigo celebrando ese tiempo para soñar.
Ahora respiro en la tierra de las palabras. Y eso es lo que ofrezco en estas postrimerías del 2009, apenas asomados al año 2010 que se insinúa, palabras que encierran pensamientos, deseos, amistad, afecto, dicha, esperanza, cariño… para mi duende del agua, para mis amigos, casi hermanos, de La Comunidad, y para aquellos que llevo en el corazón y prendidos del recuerdo.
Al otro lado del amanecer, continúa la vida.

jueves, 24 de diciembre de 2009

Nana para un poeta

No se respetaron las vidas de los poetas. Los que no murieron aquí asesinados, en cárceles o en cunetas, fueron arrojados al exilio, desposeídos de todo, que debe ser otra forma de muerte. Lorca, Machado, Alberti, Cernuda…. la lista es larga.
Las descalificaciones y las agresiones han sido permanentes. En tierra propia o ajena. Vivos o muertos. Encarcelados o exilados. Siempre las armas contra las palabras. Y ahora, cuando callan las armas, vuelve la agresión; ahora, con el uso burdo del verso.
Ha sucedido en Orihuela y le ha tocado al poeta Miguel Hernández. No ha bastado con la cárcel, la muerte por enfermedad por ese encarcelamiento, la condena vigente… No era suficiente, porque para los herederos, ideológicos y de sangre, de la barbarie, nunca es suficiente. Ahora, en el centenario del poeta, lejos del homenaje suplen honra por deshonra.
Frente a la vileza no se me ocurre mayor inocencia que la imagen de un niño. Cuando supe que iba a ser padre escribí una nana para el hijo venidero, que resultó ser dos. Hasta hoy ha dormido callada y sin embargo, tengo a bien despertarla y acompañarla de “Nanas de la cebolla”, como homenaje a ese gran poeta de palabras y compromiso que fue y es Miguel Hernández.

“Duerme, niño mío,/ mientras yo juego con las palabras,/ tus sueños y mis versos se encontrarán al alba./Tu sonajero será campanillas de madrugada,/ y mi pluma hará el rocío con estrofas de plata./Abriré la ventana a la noche/ te traerá bajo la capa una nana,/ a mí,/ polvo de estrellas y rabos de pasas./ Los grillos tornarán en cascabeles,/ arpas nos parecerán las chicharras./ Duerme, niño mío, /duerme”. “Nana”, Carlos Serrano (2005).


“La cebolla es escarcha/ cerrada y pobre:/ escarcha de tus días/ Y de mis noches./ Hambre y cebolla,/ hielo negro y escarcha/ grande y redonda./ En la cuna del hambre/ mi niño estaba./ Con sangre de cebolla/ se amamantaba./ Pero tu sangre,/ escarchada de azúcar/ cebolla y hambre./ Una mujer morena/ resuelta en luna/ se derrama hilo a hilo/ sobre la cuna./ Ríete, niño,/ que te tragas la luna/ cuando es preciso./ Alondra de mi casa,/ ríete mucho./ Es tu risa en los ojos/ la luz del mundo./ Ríete tanto/ que mi alma, al oírte,/ bata el espacio./ Tu risa me hace libre,/ me pone alas./ Soledades me quita,/ cárcel me arranca./ Boca que vuela,/ corazón que en tus labios/ relampaguea./ Es tu risa la espada/ más victoriosa,/ vencedor de las flores/ y las alondras./ Rival del sol./ Porvenir de mis huesos/ y de mi amor./ La carne aleteante,/ súbito el párpado,/ y el niño como nunca/ coloreado./ ¡Cuánto jilguero/ se remonta, aletea,/ desde tu cuerpo./ Desperté de ser niño:/ nunca despiertes./ Triste llevo la boca./ Ríete siempre./ Siempre en la cuna,/ defendiendo la risa/ pluma por pluma./ Ser de vuelo tan alto,/ tan extendido,/ que tu carne parece/ cielo cernido./ ¡Si yo pudiera/ remontarme al origen/ de tu carrera!/ Al octavo mes ríes/ con cinco azahares,/ con cinco diminutas/ ferocidades./ Con cinco dientes/ como cinco jazmines/ adolescentes./ Frontera de los besos/ será mañana,/ cuando en la dentadura/ sientas un arma./ Sientas un fuego/ correr dientes abajo/ hincando el centro./ Vuela niño en la doble/ luna del pecho:/ él, triste de cebolla,/ tú, satisfecho./ No te derrumbes./ No sepas lo que pasa/ ni lo que ocurre”. “Nanas de la cebolla”, Miguel Hernández, (1938-1941).

sábado, 19 de diciembre de 2009

La fosa del poeta

No estaba. No estaba y parece que por ello se acabara el mundo. No estaba lo que quedaba del poeta y ahora algunos suspiran. Suspiros de libre interpretación. Pero suspiros. Y entre ellos, dos voces, la permanente de Lorca y la de aquellos que reclaman la búsqueda con resultados reales. No se acaba el mundo, apenas ha hecho que empezar.
No hay duda de que el poeta fue asesinado entre Víznar y Alfacar, aquella noche del 18 de agosto de 1936 (la madrugada del 19), en las inmediaciones de Fuente Grande (Aynadamar, la Fuente de las Lágrimas). Aquella noche no había luna. Y puede que Federico buscara la luna, antes de que la muerte en forma de bala mordiera sus carnes, antes de que la culata de un arma en manos de un cobarde golpeara su sien. Mucho antes de que el silencio trate de cubrir ese pasado tan necesario para el presente, pero sobre todo para el futuro.
La fosa de Alfacar no alberga el cuerpo. Pero, es que no es fosa, es que no hay fosa. Y sin embargo, entre Víznar y Alfacar, donde el poeta, el maestro republicano Dioscoro Galindo, y los banderilleros anarquistas Joaquín Arcollas y Francisco Galadí fueron asesinados hay huellas inequívocas del horror, de “paseíllos” nocturnos con el resultado de muertes e intento de asesinato de las ideas. No se necesita georradar, ni ciencia o avance científico alguno, para ver los desniveles del terreno; ni siquiera hace falta mirar las flores como testigos mudos de los ausentes. Sólo se necesita mirar la tierra y escuchar a los supervivientes y a los herederos de los supervivientes. Ni siquiera creer, sólo ver y escuchar.
¿Por qué no seguir buscando? ¿Por qué trasladar a una Asociación de la Memoria Histórica una responsabilidad que no le corresponde? Hoy más que nunca es necesario encontrar los restos de Federico García Lorca, y esa responsabilidad recae sobre todos, porque Lorca encarna las miserias de los vencedores y la esperanza de los vencidos; una esperanza que se traduce en dignidad, justicia, reparación… Lorca era todos, es todos. Todos los muertos son Lorca, y de ahí la necesidad de encontrar sus restos. Es el símbolo de la justicia y la imagen de la derrota de sus asesinos: los que dispararon, los que dieron la orden, los que sumieron al país en una tiniebla de 40 años, y también todos aquellos que aún hoy temen la poesía y el teatro lorquianos, su forma de entender la vida y de vivirla.
Una vez más dependemos de la generosidad de las administraciones y de que su ceguera no nos lleve a todos a rendirnos sin dar batalla junto a la Fuente de las Lágrimas. No había fosa, no hay cuerpos, pero hay que seguir buscando. ¿Por qué iban a asesinarlos a ellos en un lugar distinto al que cada noche eran asesinados tantos otros? ¿Por qué si se estima que allí están enterrados los cuerpos de miles de represaliados por el ejercito insurgente franquista se descarta que entre esos cuerpos estén los del poeta, el maestro y los banderilleros?
Aquel es el lugar y hay que seguir buscando, porque son demasiados cuerpos para no encontrar por lo menos uno. Ese es el reto, encontrar la fosa, hallar el primero de los 4 cuerpos.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Muerte o gloria

Mediodía. Llueve. En el coche suena “Death or Glory” de los Clash. Y eso me hace pensar en Aminatu Haidar. Ha salvado la vida y ha perdido una causa. Bienvenida sea esa vida. No hay gloria en la muerte. En muerte alguna, incluso en la que nos parece heroica.
Continúa lloviendo. El coche que llevo delante va a menos velocidad de la que yo deseo; y la línea continua amarilla me impide adelantar. No me queda más remedio que recibir el agua de la lluvia y la que va echándome ese coche rojo. Deshago los kilómetros recorridos a primera hora de la mañana. Continuo oyendo “London Calling” de The Clash; ya no suena “Death or Glory”. Pero no puedo dejar de dar vueltas a lo mismo.
Algunos, incluidos los saharauis, ven un triunfo en el regreso de Aminatu Haidar, cuando, a mi juicio, sólo hay gloria en que viva. Marruecos ha permitido el regreso de la activista saharaui a cambio de que Naciones Unidas y España le firmen un cheque en blanco para que siga violando los derechos humanos en el Sahara Occidental. No creo que lo necesitara, pero la ONU y nuestro gobierno le han dado el carnet de matón para que imponga su ley en los territorios ocupados del Sahara. Moratinos lo niega, pero la política exterior española ya no es creíble. Carece de fiabilidad. Más si se trata de Marruecos, porque son demasiados esperpentos por parte de los gobiernos españoles: Perejil, Aminatu Haidar… Y porque España es incapaz de resolver bilateralmente sus problemas con el vecino del Sur y queda en evidencia por la gestión del presidente francés y la intervención de la Administración Obama en la resolución de la situación de Haidar. El multilateralismo no es más que la demostración de la incapacidad de dos para entenderse.
El sistema político feudal alauita se ha salido de nuevo con la suya, no sólo en su territorio, sino también en el exterior. Primero, a través de presiones internacionales y con amenazas veladas sobre una hipotética permisividad para facilitar la inmigración ilegal y el trafico de drogas hacia Europa; segundo, agitando su papel de contención del radicalismo islámico en el Magreb, y tercero, logrando que el Parlamento Europeo ni siquiera debatiera una resolución sobre la situación generada por la expulsión de Haidar.
La lluvia sigue cayendo sobre el cristal y observar los limpiaparabrisas desplazando las gotas de esa lluvia me hace pensar en lo efímero. Pienso en la fugacidad, en la propia y en la de Aminatu Haidar y por extensión, en la del pueblo saharaui. 32 días de huelga de hambre, un seguimiento diario de los medios de comunicación y la obligación para Marruecos y los países con intereses en la zona de hablar del Sahara Occidental. Me temo que no hay más, salvo la ilusión y la esperanza de los saharauis.
Yo llego a mi destino, a pesar de la lluvia. Aminatu Haidar lo hace en pocas horas. Llega a El Aaiun, donde le espera otro tipo de lluvia, la del afecto, la alegría y el cariño de su pueblo, y la de los policías marroquíes de paisano en las calles, como símbolo del triunfo del monarca alauita y como aviso de quien impone la ley.
No hay gloria para el pueblo saharaui; sólo muerte, la que le administra Marruecos con la complicidad por omisión de Estados Unidos, Francia y España. Los intereses de estado pesan más que los de las personas, aunque a fin de cuentas sean éstas las que en teoría constituyen los estados.

martes, 15 de diciembre de 2009

Capricho gatuno

De lunes a viernes disfruto de un capricho. Un paseo. En realidad, son dos paseos, uno sobre las ocho de la mañana, y otro, sobre las tres de la tarde. Antes y después de trabajar.
Tras dejar a mis peques en el ‘cole’ y recorrer cuarenta y tantos kilómetros con el coche llego a Baeza. Lo aparco, siempre que hay sitio y habitualmente lo hay, antes de alcanzar la zona de intramuros, la parte monumental de la ciudad. Atravieso la Plaza del Pópulo, conocida por su fuente como la Plaza de los Leones, miró la puerta de la muralla, y subo una cuesta, lo suficientemente empinada para hacer desistir a más de uno a esas horas de la mañana.
Durante esos más de 40 kilómetros en el coche oigo la radio y voy pensando en diversas cosas; siempre que me lo permite la carretera, en obras para su conversión en autovía. Al salir del coche siento el aire frío de la mañana en el rostro; una sensación que a alguien puede parecerle desagradable, pero que a mí me causa el efecto contrario. Me agrada. De igual manera que ese paseo me ayuda a desentumecer los músculos y a despejar la mente. Quizás pueda parecer una extraña forma de sentirse vivo.
Tras subir la cuesta desemboco en la Plaza de Santa María, donde está la fuente del mismo nombre que la plaza, entre la Catedral y el Seminario, por el que accedo al Palacio de Jabalquinto.
Antes de atravesar el jardín hago una parada en la cafetería de la Universidad para tomar un café con leche, el primero de la mañana; que dicen mis samaritanas que me preparan con cariño. Aunque a veces, pocas es cierto, el cariño quema como un demonio.
Ayer nevó. Y hoy mientras iba contemplaba los campos de olivos bañados con los restos de nieve y escarcha. Los mismos restos que blanquean tejados y jardines; lugares ajenos a la pisada o al acceso habitual del hombre. Los mismos campos que inspiraron a Machado. Y las mismas piedras que él contempló.
Es un privilegio poder disfrutar de esos paseos; en especial, del de por la mañana; a pesar de ser hora poco propicia para los hábitos de un gato, más partidario de permanecer enroscado en algún espacio cálido. Es un capricho que llega a su fin, apenas podré disfrutarlo una semana más. Y aún así no me quejo, aprecio esta regalía que el destino me ha otorgado y estoy dispuesto a saborear ese deambular matinal los días que me quedan.
Echaré de menos esas piedras mudas, que pese a su silencio cuentan historias del pasado. Añoraré ese paseo de entre 5 y 10 minutos por el corazón de la ciudad del Renacimiento. Y el paso por el jardín, entre el Seminario y el Palacio de Jabalquinto, donde permanece impasible el busto de Antonio Machado; que me hace pensar que sería un buen lugar, un lugar hermoso, para el reposo del poeta.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Agresiones

Vivimos tiempos de agresiones. Ayer la víctima fue Berlusconi, y la semana anterior el periodista Hermann Tertsch. En Cuba, unos días antes fueron agredidas las Damas de Blanco (mujeres y familiares de los presos políticos del régimen cubano), previamente lo había sido el periodista cubano, Reinaldo Escobar, y con anterioridad su mujer, la bloguera Yoani Sánchez.
Todos agredidos por distintas y diferentes causas y sin embargo, el tratamiento informativo y las reacciones políticas y sociales han sido dispares.
La agresión a “il nuovo ducce” ha sido, según fuentes italianas, obra de un perturbado, que le arrojó una estatuilla del Duomo di Milano, una catedral milanesa, alcanzándole de lleno en la cara. Dicha catedral se ha convertido de facto en un símbolo contra la política de Berlusconi. A la par, políticos y analistas coincidían en que la crispación se ha instalado en la sociedad italiana; sin duda por la gestión y por las maneras de su primer ministro, que aún convaleciente tiene a la maquinaria del estado trabajando en una nueva ley que le garantice inmunidad frente a la justicia italiana.
De la agresión al periodista Hermann Tertsch ya se ha hablado y escrito bastante, pero a lo que se ve una pelea tabernaria a avanzadas horas de la madrugada se ha convertido en un ataque a la libertad de expresión y ha generado una caza de brujas contra ese icono de la izquierda conocido por El Gran Wyoming.
Respecto a las agresiones en Cuba, salvo la primera, la denunciada por Yoani Sánchez, del resto apenas una referencia en algunos medios de comunicación. Se ve que estábamos tan ocupados “aniquilando” piratas somalíes y terroristas de Al Qaeda, que ahora no tocaba “defender” las libertades en Cuba, para no distraer la atención. Imagino que también porque es más importante nuestra zaherida libertad de expresión en carnes del ex periodista de El País, que la de los detractores del régimen cubano. Debe ser por aquello de “Oigo, patria, tu aflicción…”.
Yo lamento cada una de estas agresiones, porque me gustan más las palabras que los puños. Y no defiendo la violencia. Aunque en ocasiones reconozco que soy el primero al que le gustaría estampar uno de los míos en la cara de alguno, también soy consciente de que los golpes nos hacen peores y son siempre una pésima opción.
Sí un gato con botas, a pesar del cuento de Perrault, ya me parece ridículo, qué añadir de un gato con guantes de boxeo e intentando repartir mamporros a costa del verbo.

sábado, 12 de diciembre de 2009

Encandilar

Me gusta esta palabra, encandilar. Hay palabras que son hermosas más allá de su significado o antes de su significado. Son hermosas a la vista y al oído; también por lo que sugieren y evocan.
Ignoro su origen, su etimología, pero supongo, y quizás sea mucho aventurar, que procede del árabe. En Andalucía, una palabra también bella por sí misma, perviven las huellas de su pasado árabe, incluso en el lenguaje. Son palabras de agua y luz.
Palabras que vinieron en boca de otros para acabar alojadas en la nuestra. Palabras que se quedaron para unirse a las nuestras y a otras que antes tampoco eran nuestras, pero que acabaron siéndolo.
Es curioso como las palabras no tienen problemas de convivencia y de mezclas y como, en la mayoría de los casos, esa convivencia y esa mezcla enriquecen el lenguaje.
Encandilar significa deslumbrar al acercar mucho el candil a los ojos. El candil se puede sustituir o ha sido sustituido, debido al uso y al paso del tiempo, por personas, por el arte o por las propias palabras… que acaban deslumbrándonos. Nos encandilan. Y como la llama raptando la mirada, nosotros también nos dejamos llevar. Con palabras de luz y agua. Encandilados.

viernes, 11 de diciembre de 2009

De nuevo, Berlusconi

Cuando uno es joven tiende en demasía a tirar de atributos y ponerlos encima de la mesa. Siempre de palabra. Pero a determinada edad y en boca del primer ministro de un país suena a fanfarronada y a mal gusto.
A Berlusconi parece que el escenario italiano le parece insuficiente y ha decidido trasladar sus bufonadas a otros países; en esta ocasión a Alemania, ya que ha sido en Bonn, en la reunión del Partido Popular Europeo (PPE), donde el primer ministro italiano ha alardeado de sus “pelotas” y de su condición de “super premier”.
Como si se tratara de un participante del ya desaparecido Club de la Comedia, Berlusconi se permitió contar un chiste protagonizado por él mismo, Obama, el Papa y un joven; rememorando aquellos viejos chistes españoles de un francés, un inglés… Puro humor.
De paso, entre gracieta y bufonada, aprovechó de nuevo para criticar al presidente de la República Italiana, a la Corte Constitucional…, es decir, a toda persona o institución que esté en desacuerdo con su gestión política. Simplificando, en la línea berlusconiana, el que no está conmigo es de izquierdas. Un rojo, para que nos entendamos. E intuyo, siguiendo esa misma línea, que de escasos atributos.
La estrategia por repetida ya no debería sorprender a nadie; primero, una muestra de su cara chistosa, y a continuación, una nueva demostración de fascismo e intolerancia. Berlusconi no sólo avergüenza a los italianos, se ha convertido en una vergüenza para Europa. Pero por lo visto, ni sus propios correligionarios del PPE, incluido Rajoy, son capaces de enmendarle la plana a “il nuovo ducce” y optan por reírle las gracias y mirar hacia otro lado, ignoro el motivo, cuando retrata sin recato su talante democrático.
Sí el neofascista Fini es el único antídoto a los excesos de Berlusconi, algo no funciona en Italia, y por extensión, en Europa.

Foto: Berlusconi, en el momento de contar su chiste en Bonn. AFP (Publicada en El Mundo.es, viernes, 11 de diciembre de 2009).

jueves, 10 de diciembre de 2009

La Inmaculada Constitución

Acabados los fastos de la celebración, lejos de arder en las llamas y dejarnos llevar, deberíamos replantearnos la Inmaculada Constitución. Parece tarea ardua pedir o exigir a nuestros representantes políticos un poco de cordura o un paso a la reflexión, cegados como están en sus antagonismos superficiales como vía rápida de asalto al poder.
Sé de oídas que la emancipación se ha retrasado a los 35 años, del mismo modo que cada vez son más los padres primerizos a los 40. Aún así, 31 años de Magna Concepción me parecen más que suficientes para nuestra emancipación y una futura maternidad o paternidad colectiva.
Aquel 6 de diciembre de 1978 queda lejos en el tiempo, puede que incluso nuestra percepción sea un tanto difusa, puede que nos traicione la memoria o puede que simplemente ahora tengamos más conocimiento; el caso es que aquella Constitución nació para reglar lo que después se denominaría La Transición. Misión cumplida. Con luces y con sombras, con los matices que queramos…
El paso siguiente a esa Constitución, por naturaleza y con naturalidad, sería el estado federal. Como digo es difícil que los políticos reflexionen sobre el particular; pero no se me ocurre otra vía que el federalismo y la redacción de una nueva Constitución, ya que ésta se demuestra intocable y evidencia la incapacidad de aunar voluntades para su reforma.
Ha llegado pues el momento de emanciparnos de esa ya vieja Constitución y de asumir la maternidad y la paternidad de un nuevo texto, redactado sin las exigencias de entonces y por tanto, en teoría, con mayor libertad.
Veo improbable, aunque sería necesario y un ejercicio democrático sin parangón, que se nos diera la opción de elegir entre monarquía o república; por lo que me temo que la espera de la 3ª seguirá siendo la condena para los amantes de la república.
Del mismo modo que veo improbable que nuestros actuales políticos tengan la talla de los denominados “padres” de la Constitución del 78; por lo que es probable que tengamos que recurrir a las nuevas técnicas de inseminación.

viernes, 4 de diciembre de 2009

Los 'caracoles' de Neruda

El Instituto Cervantes expone en su sede de Madrid los ‘caracoles’ de Neruda. 400 ejemplares de los 9.000 que el poeta chileno donó en 1954 a la Biblioteca Central de Chile. Más de 20 años de recolecta y una parte de esa cosecha en “Amor al mar. Las caracolas de Neruda”, que puede contemplarse desde el 1 de diciembre hasta el 24 de enero.
Todos sabemos que si te acercas una caracola al oído se puede escuchar la voz del mar. Así que yo imagino que las caracolas de Neruda guardan sus poemas. Y me gustaría saber sí entre sus espirales duerme la voz del poeta, esperando que apliquemos nuestro oído al ‘caracol’ para escuchar la mezcla de la voz del mar y el “Memorial de Isla Negra”.
Cuentan que una de estas caracolas se la regaló Rafael Alberti a Pablo Neruda. Y puede que Neruda aplicará esa caracola a su oído y oyera el mar y “Marinero en tierra”. Los versos del marinero y los versos del capitán. Guardados en un libro sin páginas cuya cubierta es el caparazón nacarado y escritos con una tinta invisible que dibuja las palabras en una misma espiral para lanzarlas al aire de quien sabe escuchar. Poemas como crustáceos ermitaños, asomando las letras de arena y sal.
Llaman malacología a la parte de la zoología dedica a los moluscos; así que debe ser coleccionismo malacológico recolectar caracolas por las playas del mundo, aunque el propio Neruda reconoce que su mayor cosecha de ‘caracoles’ procedía de las calles de París; quién sabe, quizás antes de los adoquines estuvo el mar.
Malacología y poesía. La ciencia siempre complicándose la vida con las palabras y los poetas, como Neruda, llamando a las cosas por su nombre, ‘caracoles’. De mar.
Foto: Pablo Neruda y Matilde Urrutia, en Isla Negra (Chile). Archivo del Instituto Cervantes.

jueves, 3 de diciembre de 2009

El puente de Amparitxu y Celaya

Desgraciadamente es muy habitual en este país, intuyo que en otros lares también, que la compañera de un escritor se apropie del hombre en vida e intenté apoderarse a su muerte de su legado.
Cualquiera puede poner nombre y apellidos e incluso cara a este hecho, pero no pretendo que ese hecho en sí alcance relevancia. Más bien desearía lo contrario. Del mismo modo que hablo de compañera de escritor y no de compañero de escritora, porque de quien quiero escribir es de la compañera de un poeta. De una mujer, Amparitxu Gastón, compañera de Gabriel Celaya, que nos dejó el martes de la pasada semana, 24 de noviembre de 2009, que firmó varios poemas con él y además, era también poetisa.
Celaya era un poeta escondido en una ingeniería industrial al que Amparitxu sacó de su escondite para entregarlo a las letras y de paso entregarnos sus versos. Lejos de apoderarse del hombre nos descubrió al poeta y preservó su legado.
En la provincia que habito se celebra desde hace muchos años el Premio Internacional de Poesía Gabriel Celaya de Torredonjimeno. Recuerdo que al poco tiempo de llegar aquí y con motivo de la celebración de este premio, Amparitxu acudió a recordar al desaparecido Celaya y a entregar el galardón al ganador del mismo en esa edición.
Con motivo de esa visita, Amparitxu fue entrevistada por varios medios de comunicación. Me llamó la atención de sus declaraciones la defensa que hacía de la obra y de la persona de Celaya; su ternura y su rotundidad al hablar de él. Entonces pensé que a pesar de su muerte en 1991, Celaya y Amparitxu seguían unidos por un puente invisible construido con sus vivencias, su compromiso político con el partido comunista y su obra. Imagino que las vigas de ese puente son sus versos, apuntalados en palabras sencillas, no exentas de fortaleza y belleza en el remache. Ahora ella ha cruzado definitivamente ese puente para unirse a él.
Foto: Amparitxu Gastón, por Morgana Vargas Llosa (El País, 24 de noviembre de 2009).

martes, 1 de diciembre de 2009

Lo que no es periodismo

A conciencia he querido dejar transcurrir unos días antes de pronunciarme sobre un hecho que a mi juicio debería haber generado debate o reflexión entre los periodistas, al margen de la posición empresarial o ideológica de los medios de comunicación, como es el editorial reproducido en común por varios medios de comunicación (periódicos y emisoras de radio) catalanes sobre el Estatuto de Cataluña.
No pretendo entrar de forma pormenorizada en el contenido de ese editorial, principalmente porque no es el objeto de mi reflexión y secundariamente, porque ya otros se han ocupado, a mi juicio con desatino y sospechosa celeridad, en contestar a ese editorial y en tirar de gasolina para apagar el fuego. Tampoco voy a detenerme en el “papelón” del Tribunal Constitucional y la injustificable demora en pronunciarse sobre la constitucionalidad del citado estatuto, favoreciendo la entrada en escena de jugadores de ventaja con naipes marcados.
Lo cierto es que el conocimiento de la publicación del editorial inducía a pensar en un origen alejado del ejercicio del periodismo y más cercano a intereses de otra índole. De hecho no había que ser un lince para intuir que el Partits dels Socialistes de Catalunya (PSC) y probablemente, el propio PSOE podían estar detrás o al lado de esta iniciativa, entre otras cosas por la presencia de los hermanos Nadal; Rafael, el periodista, director de El Periódico de Catalunya, y Joaquim, el político, conseller de Política Territorial i Obres Públiques, porque el editorial representaba un paso más en la estrategia abierta por el president Montilla con sus declaraciones anteriores sobre el estatut y porque deliberadamente se dejaba al margen a los medios de comunicación estatales o pertenecientes a grupos de comunicación de ámbito estatal (Prisa, Correo, Unidad Editorial…), a mi juicio con vistas a que estos se revolviesen contra la iniciativa y siguieran alimentando la hoguera con el pataleo por la discriminación o por contentar a sus parroquianos españolistas y para marcar esa línea divisoria de la catalanidad mal entendida, discriminando a una emisora “tan sospechosa” como Radio Barcelona.
No es mi intención determinar si el editorial y las declaraciones de Montilla constituyen en sí mismas una presión al Tribunal Constitucional para condicionar su informe a favor de los intereses de los políticos catalanes y sus acólitos. Entre otras cosas, porque estaríamos como con las penas máximas en el fútbol, debatiendo sobre sí ha habido suficiente contacto o no para pitarlas. O hay presión o no la hay; el resto es alharaca.
En el periodismo tienen cabida el análisis, la información y la opinión. También la prudencia, el rigor y la responsabilidad. Elementos de los que adolece la decisión de difundir un editorial en varios medios de comunicación a la par sin que exista justificación para ello, confundiendo la grandeza del periodismo con la servidumbre.
Lamento que varios medios de comunicación por intereses desconocidos para mí (aunque imaginables) traten de atizar el fuego en Cataluña para hacerle el caldo gordo al sistema político catalán y tratando de “estimular” a los catalanes para que se sientan agraviados en su dignidad (sic) respecto a un estatuto que a los catalanes como a la mayoría de los españoles les importa bien poco, como han demostrado todos en los respectivos referéndum realizados (incluido obviamente el de Cataluña), con participaciones mezquinas, con manifiesto desinterés y absoluto desconocimiento de lo que es un estatuto y para qué sirve, con una clara despreocupación sobre el asunto y sobre todo, hastiados de los políticos y sus componendas.
También lamento la irresponsabilidad de que se publique este editorial, de forma nada inocente, en la misma semana en que se jugaba un Barcelona-Real Madrid de fútbol, para mezclar una vez más churras con merinas y dar aliento y coartada a los violentos que acuden a los espectáculos deportivos a buscar bronca y no a disfrutar o padecer con su equipo. No ha pasado nada, salvo la exhibición habitual e inofensiva de pancartas, pero estoy seguro de que sí hubiera pasado algo, los promotores de ese editorial común estarían ahora rasgándose las vestiduras en editoriales y tribunas.
Me temo que una vez más ha primado la deformación frente a la información. Y eso, pueden creerme, aunque algunos lo piensen y a otros les interese que se piense, no es periodismo.



Nota.- Mi absoluta solidaridad con los 3 cooperantes catalanes presuntamente secuestrados en Mauritania y con sus familias y amigos.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Romanticismo

Leo con alborozo y un ápice de melancolía el anuncio de la reapertura, el jueves de la próxima semana, del Museo Romántico de Madrid (El País, Sábado, 28 de Noviembre de 2009). Tras unos años cerrado para su restauración, que a mí se me han antojado demasiados, el museo reabrirá su puerta con un aumento del 50 por ciento en los objetos a exponer.
Es un pequeño museo en la madrileña calle de San Mateo, en el que se encuentran cuadros y objetos bastante interesantes y por encima de todo, para mí, el gabinete de Don Mariano de Larra, incluida la pistola que se llevó su vida.
Viví unos pocos años en la calle San Lorenzo, transversal a San Mateo, en una corrala del siglo XVIII. Así que pasaba a menudo por la puerta del museo y en varias ocasiones lo visité. Una de sus curiosidades es que en 1936 su dirección recayó sobre Rafael Alberti.
A mí me fascinaba el espacio dedicado a Larra. Era mi primer año de facultad y aunque mi opción no se debía por entero a Don Mariano, es innegable que leer su obra fue una influencia de peso para la inoculación de ese veneno que desde hace años consumo voluntariamente y al que, como los grandes románticos aseverarían, doy más de lo que recibo.
Hablar de literatura romántica en España es hablar de Larra, de Espronceda, de Bécquer, del Duque de Rivas o de Rosalía de Castro. Algunos como Bécquer, de poesía demasiado almibarada, pero de fascinantes leyendas. Mientras que hacerlo de pintura es por encima del resto, Francisco Goya. Pero al margen del genio aragonés, hay otros maestros como Madrazo, Esquivel, Casado de Alisal o Alenza, alguno de los cuales viste las paredes de este museo.
Soy consciente de que la cultura, aunque al alcance de todos, continúa siendo tabú para demasiada gente. Me pregunto cuántos madrileños y cuántos visitantes de la ciudad no conocerán este museo y otros similares. Al ser de pequeñas dimensiones su visita es relativamente corta, dependiendo del grado de ensimismamiento del visitante, y se puede acompañar de otra rápida visita al Museo Municipal de Madrid, ubicado en la calle de Fuencarral, en el Antiguo Hospicio; ya la fachada es un deleite para la vista. Y para terminar la ronda con buen sabor de boca, puede uno acercarse a la calle de Colón, junto a la plaza de San Ildefonso, a la bodega de la Ardosa, de la que cuentan que fue la primera en servir en Madrid la Guinness negra y que tuvo entre su clientela al propio Goya.
Puedo asegurarles que este gato prefiere la rubia, pero de vez en cuando no ha hecho ascos a mojar sus bigotes en la espuma de esa pinta negra al más puro estilo british. Tan al estilo, que la prima pinta que tomé en un pub londinense a final de los ochenta me llevó directamente a la Ardosa. Debe ser como dice Luis García Montero (“Los bares”, El País, Sábado, 28 de noviembre de 2009) que “se agradecen mucho más las sorpresas de los bares en las ciudades extrañas, porque nos dan amparo igual que la luz de otoño, y la sensación de pertenencia es más amplia, más generosa, hasta convertir en intimidad el mundo extranjero. Descubrir un bar significa querer volver, sentirse parte de una forma de vida, sumergirse en la íntima alegría de las repeticiones”. En esto, también hallo algo de romanticismo.
Foto: Estancia del Museo Romántico, de la web del museo http://museoromantico.mcu.es/historia.html

jueves, 26 de noviembre de 2009

La dignidad de Gelman

Andaba yo leyendo a Gelman, ignorando que a su vez el poeta argentino andaba por nuestro país para presentar un nuevo libro (“De atrásalante en su porfía”, Visor) y para participar como jurado del Premio Cervantes.
Me enteré en las páginas del periódico (El País, 24 de noviembre de 2009), cuya información se acompañaba de una hermosa foto del poeta, realizada por Cristóbal Manuel. En esa foto, Gelman descansa la barbilla en sus manos y mira de frente al fotógrafo con unos ojos que a mí me parecen una clara e inequívoca expresión de dignidad.
Descubrí a Gelman hace muchos años por casualidad. Por aquella época rebuscaba en los estantes de la biblioteca de la facultad y de la de Noviciado y leía sin patrón libros de autores que conocía de oídas o incluso de autores como Gelman desconocidos para mí.
Más tarde conocí su historia. La misma historia que aún hoy me sigue produciendo escalofríos y revuelve algo en mi interior.
Javier Rodríguez Marcos cuenta esa historia en su artículo de El País; lo hace en apenas 8 líneas. Muy breve y sucintamente. Provocándome los mismos escalofríos y revolviéndome el interior.
En la tarde del pasado lunes, ¡qué ironía de la vida!, comentaba esa historia con mi santa y continuaba con los escalofríos. Es una de esas monstruosas historias de la dictadura argentina y de la profesionalidad y del compromiso con la patria de sus militares.
El hijo y la nuera de Juan Gelman fueron detenidos, torturados y asesinados por los militares represores argentinos. Sólo que la nuera estaba embarazada, y sus asesinos tuvieron la bondad y la caballerosidad de esperar a que alumbrara una niña, antes de asesinarla, como previamente habían hecho con su marido; el padre de esa niña que fue entregada a un policía uruguayo. La niña, la nieta de Gelman, creció en una familia que creía la suya. Hasta el año 2000, cuando su abuelo la encontró, transcurridos 23 años de su nacimiento y del asesinato de sus padres.
Gelman reconoce que en el año 1977 ya conoció “la suerte que habían corrido mi hijo y mi nuera”. Imagino, a pesar de ese conocimiento, la angustia, el dolor y el sufrimiento vividos durante más de dos décadas.
En estos tiempos estamos huérfanos de poetas o al menos eso podríamos pensar, pero voces como la de Juan Gelman nos traen la dignidad, igual que su mirada, y sus palabras, la certeza de la memoria.

La dispersión del jazmín/ llena el cuarto/ cercado por la mañana./ Han desaparecido los barcos/ que navegó mi juventud en/ un vacío incesante. Ahí se hunden,/ rozan el luto sucio/ de una lengua cortada./ La memoria es una cajita/ que revuelvo sin solución. No encuentro/ umbrales. ¿Es/ una forma de la emoción?/ A medias sola, odiada,/ prospera su ira de fuego.

“Desaparecidos”, Juan Gelman. “País que fue será (México 2001-2004)”. Visor de Poesía, 2004.

Foto: Juan Gelman, de Cristóbal Manuel (El País, 24 de noviembre de 2009).


miércoles, 25 de noviembre de 2009

Los derechos de Haidar


Mujer y saharaui son hoy en España y desgraciadamente desde hace unos días los rasgos de la violencia. La violencia que ejercen los gobiernos de España y Marruecos sobre un pueblo, en el pasado y en el presente, que una mujer, Aminatu Haidar, simboliza hoy en el aeropuerto de Lanzarote.
La violencia contra una mujer no sólo es física, también se puede agredir con la expulsión de la tierra sobre la que pisa tu pueblo, con la oferta de un pasaporte a cambio de aceptar una nacionalidad, la marroquí, que representa la negación de tu pueblo y de tu tierra y como no, con el caramelo de un estatuto de refugiado que lleva implícito el reconocimiento de súbdito alauita.
Extranjeros en su tierra y refugiados en Tinduf (Argelia), esa es la doble condición del pueblo saharaui en tierra propia o extraña. Es evidente que el Sahara no es Israel y que el pueblo saharaui es uno de los olvidados de las grandes potencias mundiales y sólo habita en el corazón de su gente y en la de algunos occidentales, entre ellos españoles de víscera generosa y otros, con mala conciencia. El caso es que son los únicos que mantienen las manos tendidas hacia el pueblo saharaui, dan aliento a sus reivindicaciones y actúan como altavoces de esta causa internacional que el sátrapa alauita quiere reducir a un asunto doméstico.
Hoy, 25 de noviembre, Día contra la Violencia de Género, se cumplen 10 días de la huelga de hambre iniciada por Aminatu Haidar en el aeropuerto de Lanzarote en protesta por su deportación y en defensa de su tierra y de su pueblo. Esta mujer lucha con lo único que le han dejado, su vida; magullada y exenta de libertad aún guarda arrestos para hacer llegar su voz a Occidente. Mientras, sus agresores no han sido detenidos, ni por supuesto interrogados o torturados, no han sido llevados ante juez alguno y tampoco llevarán pulseras con gps para localizarlos, ni deberán guardar una distancia de seguridad con su agredida. No han sido identificados, pero eso era innecesario porque todos conocemos sus nombres y su filiación. Incluido el de la joven ministra que hoy se desgañitaba en el hemiciclo del Congreso de los Diputados y que llenaba su boca de derechos y defensa de las mujeres, a todas luces excluyentes.

Foto: Diario El País, 19/11/2009.

martes, 17 de noviembre de 2009

La metáfora de la vida

No hay recreación del boxeo como la realizada en el cine. Del mismo modo que no hay mejor estampa de un boxeador que su posado con los guantes en alto y la mirada desafiante para ser atrapado en la cámara de un fotógrafo o en el lienzo de un pintor. Tampoco creo que haya mejor descripción de un perdedor o del mito caído que la del boxeador y su KO vital, realizada con palabras por algunos literatos.
Como tantas otras cosas el boxeo no admite medias tintas, lo que un poeta denominaba pastelitos de merengue. O te gusta, o lo detestas. Si no te gusta, no hay nada que hacer; te parecerá una atrocidad, una demostración de barbarie, que dos personas suban a un ring a enfrentarse a puñetazos. Que el sudor se mezcle con la sangre, y que los cuerpos abandonen el baile nacido en sus pies para acabar serpenteando por el aire antes de caer a la lona. No querrás entender nada de las reglas del pugilismo y mucho menos de la nobleza de los boxeadores. Del camino de sacrificio exigido para enfundarte unos guantes, de las horas en el gimnasio golpeando un saco, de las miles de fintas dibujadas ante el contrincante imaginario o de los sueños encerrados en un cuadrilátero de 16 cuerdas.
Si te gusta, incluso aunque no sea de forma apasionada, eres capaz de ver esas cosas y de disfrutar el ambiente especial de los combates en directo. El sábado en la ciudad que habito se celebró una velada de boxeo y una vez más, no pude ir. Era la VI Velada de Boxeo que promovían los hermanos Buendía, Raúl y Jesús, ya saben esos dos hermanos con apellido de novela de García Márquez y apasionados del boxeo. Me hubiera gustado ir, pero celebrábamos el cumpleaños de mis peques y ellos sí son mi pasión.
Dicen que las pasiones pueden cegarnos, mientras que una degustación nos hace apreciar los más variados aspectos de lo degustado. Para mí el boxeo se acerca más a la degustación que a la pasión. Quizás porque me sigue pareciendo una metáfora de la vida, que me hace sentir simpatía e incluso admiración hacia el encajador, el boxeador que se faja en el cuadrilátero y que acaba mordiendo la lona para volverse a levantar. Puede que ese boxeador algún día alcance la victoria o puede que nunca lo haga, pero es capaz de recibir, caer y levantarse una y otra vez para alcanzar un sueño. No dudo de que su bolsa de dinero por el combate es inferior a la del campeón, pero su bolsa de la vida será infinitamente superior.

lunes, 16 de noviembre de 2009

El relevo generacional

Desde la generalidad se puede afirmar que los hombres envejecen peor que las mujeres. A ambos les faltan las fuerzas y les pasan factura los años vividos, pero mientras ellas mantienen el empuje y las ganas para hacer cosas, las que hacían antes y algunas nuevas, ellos apenas consumen su tiempo entre los paseos, el bar y el fútbol.
De hecho podría afirmarse que sin fútbol y quizás la política muchos hombres jubilados no tendrían de qué hablar y a qué dedicar su tiempo. Hay excepciones, por supuesto. Hay hombres jubilados que escriben, leen, viajan más allá del INSERSO, e incluso trabajan.
Pero la mayoría no hace nada o casi nada, y llegan a la rebelión si tienen que iniciar la gran aventura de ir a comprar al supermercado o la no menos aventurera labor de poner o quitar la mesa. Qué decir de otras ocupaciones en el hogar.
La mayoría de los hombres jubilados creen que han cumplido con haber trabajado fuera de su casa hasta los 65 años, si no han tenido la fortuna de acogerse a una prejubilación dorada tipo Telefónica, RTVE (excluyo por razones evidentes prejubilaciones modelo BBVA o similares)… que les libera antes del laboro y les asegura unos buenos ingresos.
Dudo si es la falta de ocupación lo que les lleva a profundizar en el egoísmo o simplemente son los años los que les arrojan a su práctica. Pero mientras ellas siguen entregándose, en ocasiones hasta la extenuación, a marido, hijos y nietos, ellos sólo miran por ellos mismos y tratan de que la vida gire a su alrededor, en función de sus necesidades y apetencias. Incluso acuñan frases o sentencias, de las que no tienen copywrite, pero que utilizan como si fueran sus autores de modo recurrente, tales como “para lo que me queda por vivir”, “yo ya voy a durar poco”… Frases que repiten incesantemente durante días, meses e incluso años, ajenos a la frecuencia de uso y a que tarde o temprano acertarán en su vaticinio.
Ante esta perspectiva daba algo de pavor pensar en la llegada de ese momento y lo más preocupante, abría serios interrogantes respecto a la propia capacidad de comprender que la jubilación es una retirada, a mi entender tardía, del laboro, pero no una dimisión de la vida.
Ya sé que esta reflexión no tiene demasiado valor si a quien la hace se le suponen 7 vidas; pero si un octogenario de ignotos conocimientos televisivos logra el consenso de PSOE y PP y es nombrado director de una de las principales empresas españolas, RTVE, hay esperanza. Eso sí, inversamente proporcional a la de aquellos que no peinan canas. El mensaje es claro, hay futuro, pero antes hay que sobrevivir al presente.
Se va el enterrador Luis Fernández, que nos ha privado del talento, rigor y honestidad de periodistas como Rosa María Calaf. Se marcha sin dar explicaciones, aduciendo motivos personales, y tratando de hacernos creer que hay dignidad en su despedida, cuando no es más que una especie de falsa omertá hacia sus valedores. No ha sobrevivido a su presente. Y le sustituye el ex ministro Alberto Oliart, un tardopresidente para la RTVE, a juzgar por la edad. El relevo generacional. ¿Es que no habrá otra Pilar Miró?

jueves, 12 de noviembre de 2009

La bloguera bloqueada

Yoani Sánchez, premio Ortega y Gasset 2008 de Periodismo (el mismo año que fue galardonado con el premio Gervasio Sánchez) y sin duda la bloguera cubana más internacional, se asomaba hace unos días de nuevo a la actualidad por ser agredida por la policía cubana cuando acudía a una manifestación en La Habana.
Es la paradoja de la Isla, tiene su particular muro de la vergüenza con el bloqueo impuesto por Estados Unidos y que como cualquier muro penaliza a los ciudadanos y mantiene los privilegios de los gobernantes, y a la vez padece el bloqueo que sus dirigentes aplican a cubanos como Yoani.
Entre tanto muro es difícil construir un futuro, en ocasiones cuesta siquiera imaginarlo; pero el pueblo cubano no se da por vencido, busca los resquicios en la pared y abre ventanas al mundo, como el blog Generación Y; ventanas para observar y por tanto, para ser observados.
Y en esas miradas cruzadas hay cabida para todo o para casi todo: alineamiento y oposición, comprensión e incomprensión, apoyo y rechazo… Yoani se ha convertido en un símbolo dentro y fuera de Cuba, lo que le hace sumar detractores y defensores. En ocasiones hay tanta pasión en ese ataque y esa defensa que se acaba por desvirtuar la realidad y por olvidar la historia, constituida por pasado y presente y no sólo por lo que acontece en la Isla hoy o desde el año 1959.
Esa tendencia a mirar la Isla con una perspectiva de sólo medio siglo convierte al viejo comandante en el epicentro de cualquier debate y lo limita a lo blanco o a lo negro, exento de cualquier matiz cromático. Y en esa disputa, la bloguera cubana continúa siendo un símbolo, pero la realidad es que se convierte en la bandera que enarbolan tanto los que atacan como los que defienden; de modo que en España lo mismo sirve para que el diario El País le de un premio, como para que el ex locutor de la COPE de lengua rápida le de bola en su engendro digital.
Yoani Sánchez sufre el bloqueo de sus gobernantes. Es víctima de un muro no tangible levantado por sus gobernantes. A este muro de vergüenza se unen otros muros que sirven para construir celdas individuales y colectivas, instrumentos que cercenan por tanto libertades individuales y colectivas. Además, fuera de Cuba, muchos otros se empeñan en aplicar otros bloqueos y tratan de explicar lo que dice o de utilizarlo en su provecho. Ella no lo necesita. Es filóloga, conocedora avezada de letras y palabras, que plasma bien claras en su blog Generación Y. Para que nadie se confunda.
Porque algunos prefieren seguir nadando en la confusión y optan por no distinguir entre la teoría inequívoca, obra de los ideólogos, y la equívoca aplicación de ésta, fruto de los gobernantes. Por ello no es conveniente confundir la agresión con derechos o valores. Los golpes siempre son golpes y nos hacen peores.
Foto: Yoani Sánchez, AFP.

martes, 10 de noviembre de 2009

El fotógrafo inusual


No es usual, pero de vez en cuando las buenas personas, que además son buenos profesionales, reciben el reconocimiento público en forma de premio. En esta ocasión se han juntado lo inusual de este hecho con lo tampoco nada habitual de que el premiado en la categoría de Premio Nacional de Fotografía sea un fotoperiodista, Gervasio Sánchez.
Yo no conozco a Gervasio, pero tenemos una amiga común, Carmen Quesada, que me ha hablado en muchas ocasiones de él, curiosamente el jueves y el viernes pasados, el día que le dieron el premio, hablábamos de él por cosas de Facebook, sin saber entonces de su galardón.
Otros que le conocen hablan tan bien de Gervasio como Carmen, así que no debe haber dudas de su bonhomía. Cuando Ramón Lobo participó en el Foro de Etnosur en Alcalá la Real junto a Rosa María Calaf y a Fran Sevilla (qué lujo de trío) contó algo sobre Gervasio cuando ambos coincidieron en Sarajevo; era una historia sencilla, la de un fotoperiodista cordobés afincado en Zaragoza que en una ciudad castigada por una estúpida y cruel guerra (como todas las guerras) acudía todos los días al hospital para visitar a los niños allí ingresados y llevarles caramelos y una sonrisa.
Ese mismo fotoperiodista es el que se desplazó a Sierra Leona para convivir con un misionero español dedicado a rescatar de las garras de otra guerra estúpida y cruel a niños soldado. Gervasio los acogió en su cámara de fotos y los trasladó a las páginas de un libro, donde además contaba la labor de ese misionero y de paso trataba de abrir nuestros ojos.
Con anterioridad a estos niños soldado, Gervasio había fotografiado a víctimas de las minas antipersona en guerras estúpidas y crueles en África y Asia. Sus “Vidas minadas”.Y junto a sus fotos, denunciaba la doble moral de países como el nuestro, cuyos sucesivos gobiernos democráticos venden armas y minas antipersona a los países donde hay estúpidas y crueles guerras.
Gervasio Sánchez no es un tipo cómodo para el poder político y económico, porque con sus fotografías y sus palabras dibuja los excesos de esos poderes y su resultado entre los más desfavorecidos de cualquier esquina del mundo en África, en Asia, en América o en Europa.
Ahora anuncia que su próxima parada en 2011 es España y que su ojo y su pluma se pondrán al servicio de la dignidad y de la justicia para aquellos que desaparecieron y aún hoy permanecen desaparecidos; los ausentes a los que la memoria histórica no logra hacer retornar. “Quiero hablar de otros desaparecidos, los nuestros, porque siento vergüenza de la instrumentalización de la memoria histórica en este país, dividida entre los que no quieren sabe nada y los que quieren ganar audiencia” (Gervasio Sánchez, “Disparos en el frente de la verdad”, El País, sábado, 7 de Noviembre de 2009).
Eso será en 2011, ahora al recibir la noticia de que había sido galardonado con el Premio Nacional de Fotografía 2009 ha querido recordar a otros desaparecidos que sí tienen nombre, Juantxu Rodríguez, Ricardo Ortega, Miguel Gil o Julio Fuentes, fotógrafos y periodistas fallecidos en países en conflicto cuando trataban de que viéramos a través de sus objetivos y de sus palabras. Unos desaparecidos a los que él dignifica con su trabajo desde hace 25 años.


Foto: Gervasio Sánchez, junto a su fotografía "Sofía y Alía", de la serie "Vidas minadas"; de la web http://dombenito.files.wordpress.com/2008/09/gervasio.jpg.

domingo, 8 de noviembre de 2009

El concierto trampa

En la ciudad que habito han intentado dar gato por liebre. Supongo que esto será habitual en muchos eventos organizados con dinero de las arcas municipales. El caso es que para asegurar la asistencia a la entrega de los premios de un festival de cine documental han programado un concierto de Jorge Drexler, entre medias de esa entrega y de la proyección de un documental interpretado por el cantautor uruguayo.
Además, en esta ciudad por obra y falta de arte de su alcaldesa se ha impuesto como norma que cualquier acto organizado por el Ayuntamiento incumplirá su horario, así que el evento previsto para las ocho de la tarde ha arrancado a las ocho y media.
Pese a ello, mi santa y yo, previo pago de la entrada (algo que una vez en el teatro escenario del acto he comprobado que era algo exótico, porque un elevado número de asistentes lo hacían por la patilla), hemos asistido impasibles a la entrega de galardones para disfrutar con posterioridad del concierto.
Parece obvio, uno va a un concierto a escuchar a un cantante interpretar sus temas en directo; pero la obviedad no es tal cuando además tienes que soportar aplausos a destiempo, acompañamientos supuestamente rítmicos y los coros de una parte del público que es capaz de entonar la melodía y de otra parte, mayoritaria, que canta tan mal como yo. Y sin embargo, cuando hay talento en el escenario y se tira de talento, todos esos inconvenientes se convierten en nimiedades.
Es cierto que uno anda algo oxidado en esto de las salidas nocturnas y asistencia a eventos culturales, pero no es menos cierto que a uno por los años le acompaña un cierto bagaje de asistencia a conciertos musicales. De modo que puedo afirmar sin margen de duda que asistimos a un magnífico concierto; con una puesta en escena sobria, porque un artista sobrado no necesita de arropamientos. Y porque ese mismo artista buscaba una comunión con el público a través de su música y sus letras, pero también a través de esa puesta en escena. Quizás, y esto es una impresión, porque daba la sensación de que él tampoco estaba muy a gusto con la fórmula elegida para este concierto, que además cerraba una gira de dos años con 160 actuaciones en 16 países.
Poco puedo decir, salvo que si no han escuchado a Jorge Drexler, lo hagan sin demora. Porque entre otras cosas descubrirán que ya le habían escuchado en bandas sonoras e incluso en algún spot publicitario; al margen, claro es, del bochornoso espectáculo de la candidatura de su tema “Al otro lado del río” a las estatuillas doradas de Hollywood, que para más inri sería agraciado con el Oscar. Ya saben, aquella que interpretó (sic) Antonio Banderas acompañado de Carlos Santana y que el propio Drexler, tras recibir el premio, reivindicó a capella.
La música como tantas otras cosas es una cuestión de gustos, pero en esta ocasión sugiero que además de a la música, presten atención a la letra. Drexler es un poeta, un narrador de lo cotidiano, de lo cercano… un trovador de la vida cuyas virtudes son una guitarra y la voz. La música y la palabra.
El fin de la velada, al gusto del consumidor, entre el concierto y la proyección del documental parieron un intervalo de 20 minutos; demasiado para unos padres que disfrutaban excepcionalmente de una noche de asueto. Tocó cena y después copa. Y el deseo de poder ver ese documental en otro momento, más idóneo, y sin necesidad de trampas y cebos.

jueves, 5 de noviembre de 2009

El hombre infalible

Desconozco, y tampoco tengo interés en saberlo si adquirir el conocimiento supone que no hay marcha atrás, si existe la certeza de la muerte. Pero real, no intuitiva. Me pregunto si en alguna ocasión, previamente a la muerte, hay consciencia de ella. Y no me refiero a un infarto o a un malestar que irremediablemente llegue a ese desenlace. Ni mucho menos a un presentimiento o a un presagio, si no a la infalibilidad.
Supongo que andaba preguntándome estas cosas, porque los primeros días de noviembre son propicios para reflexionar sobre ellas e incluso darle vueltas a la cabeza sin demasiado rigor. Nunca me han gustado los cementerios, ni soy aficionado a necrológicas, por lo que, aunque consciente de lo que significa la fecha del 1 de noviembre porque en Andalucía se sigue la tradición, yo siempre preferí a Larra y su Día de los Difuntos y a Zorrilla y su Don Juan Tenorio.
Así que opto por pensar en las letras en detrimento de los difuntos, aunque en ocasiones, como ahora, sea imposible hacerlo, porque la muerte, caprichosa ella, ha querido llevarse a Francisco Ayala, 70 años más tarde de su visita al presidente de la República española y también hombre de letras, Manuel Azaña.
A sus 103 años, el escritor granadino decía que ya sólo esperaba la muerte; una espera que no le ha impedido mantener claridad y compromiso. Y según hemos sabido hoy, por boca de quien le asistía, fue consciente de que se moría, y en el preámbulo de la muerte fue su anunciador. Lo que implica certeza e infalibilidad.
Al conocerse la noticia, distintos periódicos han sido generosos en fotografías, biografía y panegíricos del autor muerto e incluso prolijos en la inserción de colaboraciones loando al finado. Entre estas últimas, algunas de sus propios amigos como Luís García Montero, abundaban palabras como lucidez, dignidad, ética, comprensión, conciencia… Así que yo también busqué una palabra para él: coherencia; de fácil teoría, pero de difícil práctica. Porque entre otras muchas cosas, Francisco Ayala fue un hombre coherente, en lo personal y en lo literario. Y al parecer, también infalible.
El hombre al que la muerte vino a buscar 70 años más tarde que al presidente Azaña ha merecido en la portada de ABC el título de “la conciencia del siglo”; una conciencia republicana, una conciencia del exilio, exenta de rencor, pero conocedora de quienes carecieron de cualquier conciencia durante 100 años. Qué paradoja la de ABC, reconocer la conciencia de un siglo y no querer reconocer a los herederos de aquellos que carecieron de conciencia y empujaron entre muchos otros a Francisco Ayala al exilio.
Ahora sus cenizas reposarán en Granada.


Foto: Krum Krumov / Fundación Francisco Ayala/ 19 03 2007.
El escritor durante la inauguración de la nueva sede de su Fundación, en el Palacete Alcázar Genil de Granada, en marzo de 2007.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Las voces del Titanic

El lunes pasado un amigo y colega, Asensio López, presentó en la ciudad que habito un libro sobre la situación económica, bajo el sugestivo título de “Las voces del Titanic”.
A mí la primera vez que oí el título del libro me gustó. Asensio dice que ese título está formado por dos metáforas, una, la de las voces, referida a los entrevistados, y dos, la del Titanic, el nombre del famoso barco hundido en su primer viaje transatlántico, que sería la economía. Lo que no le han dicho muchas de esas voces es que son responsables del hundimiento del Titanic, algo que evidentemente tampoco van a reconocer.
Ya saben que la provincia en la que habito de forma recurrente es mencionada como un “mar de olivos”, así que no parece descabellado acudir a un barco bajo las aguas para abordar su presente económico y de paso, intuir el futuro de otros barcos por esas mismas aguas.
A mí el título me evocaba no sólo las voces y el barco hundido que dan título al libro y por supuesto, no sólo la economía. La primera vez que oí el título del libro pensé en muchas voces mudas bajo el agua y en muchos barcos hundidos, por supuesto todos ellos, voces y barcos, menos afortunados que el Titanic en su capacidad de trascender. No en cuanto a su final.
Algunos, con mayor o menor fortuna, han intentado e intentan que esas voces no permanezcan mudas; mientras, otros, hacen todo lo posible porque permanezcan apagadas. Pese a que no hay más sordo que él que no quiere oír.
Respecto al Titanic de la economía, no albergo duda sobre quienes componían la marinería, aunque pienso que es necesario identificar al capitán, porque de lo contrario podemos caer en la tentación de pensar que hay demasiados capitanes. O lo que está ocurriendo, entregar la nave al mismo capitán para que vuelva a hundirla.
Las palabras son caprichosas y apenas una n y una l separan a capitán de capital, pero no conviene distraerse con ello, ni con trabalenguas, porque el resultado es el hundimiento del Titanic. Y todos sabemos quien se queda sin chalupa o sin chaleco salvavidas.
Deseo a mi amigo Asensio que tenga mejor singladura como autor que la del Titanic, y pasee su proa por este “mar de olivos” y por otros mares lejanos. A ser posible, disfrutando de la travesía y recuperando voces para que no enmudezcan bajo las aguas.

sábado, 31 de octubre de 2009

El síndrome del oso polar

Los artistas son una especie en peligro de extinción. Son como los osos polares, en palabras de Miguel Bosé. Y yo que tengo por un tipo inteligente al hijo del torero y del ángel, al oírle pienso que las cosas deben estar realmente mal. Sobre todo cuando añade la necesidad de recuperar y potenciar la figura del mecenas como garante de la creación artística (en cualquier disciplina) y por tanto, de su supervivencia.
Valiente, claro y oportuno. Bosé habla donde debe hablar y cuando hay que hablar y además lo hace de forma directa y sin ambages. Al oírle no puedo evitar pensar en tantos otros que son o tiene conciencia de ser especies o sujetos en peligro de extinción. Hay sobrepoblación de osos polares. Y por lo que veo, el síndrome se extiende por otros hábitat y entre sus orígenes está como no la maldita crisis. ¿Económica?, por supuesto; pero supongo que también las crisis personales y creativas.
Al día siguiente, descubro que ese gremio tan denostado no se queda sólo en la denuncia, sino que avanza con las palabras al escenario de la reivindicación, dando forma al manifiesto “Otra política y otros valores para salir de la crisis”. Son actores, cantantes, escritores, periodistas… Unos 300 y entre ellos, muchos de aquellos a los que quisieron despreciar llamándoles titiriteros y cómicos, como si hubiese desprecio o menosprecio en la polichinela o en la interpretación.
El peligro de extinción del oso polar es real y aún así, queda margen para estirar las garras y dar un zarpazo que no hace sangre, pero que debería agitar nuestras mentes.
Yo que no llego a oso, pues me quedé en gato, sumo también mis pequeñas garras a ese manifiesto.

martes, 27 de octubre de 2009

¿Para qué?

El sábado fui al cementerio. No es un sitio que me agrade demasiado, pero es cierto que allí se experimenta una sensación de paz, de tranquilidad, de relativo silencio.
No estuve demasiado tiempo. De hecho, permanecí allí apenas unos minutos porque era la hora de cerrar. Fui a llevarle unas flores a mi abuela. El viernes se cumplió un año justo de su ausencia. Fue la última en marcharse de una lista demasiado larga, al menos para mí, y condensada en un corto espacio de tiempo, de junio a octubre, que convirtió 2008 en un periodo de tiempo amargo.
El domingo estuve en el tanatorio. El padre de una amiga había claudicado ante su estado de salud y acudí a acompañarla en tan triste lance. Hacía justo un año que no había pisado aquel lugar; desde que fui a recoger las cenizas de mi abuela.
En poco tiempo había recogido tantas cenizas y había portado tantas urnas, que podía pasar con naturalidad por un empleado de una funeraria; pero no era más que otro damnificado por la pérdida. Consciente de que cada pérdida es como una amputación, y de que cada miembro amputado es irrecuperable.
Dicen que los que se van siguen viviendo en el corazón y en el recuerdo de los que nos quedamos; así que me temo que están condenados a una segunda marcha cuando se produzca la nuestra. Del mismo modo que la afección por la pérdida implica una búsqueda del equilibrio entre el corazón y el cerebro o lo que es lo mismo, nivelar la balanza de los sentimientos y la razón. Una tarea ardua porque el desequilibrio empuja a territorios inexplorados de nuestra propia existencia, a páramos inhóspitos en los que las ausencias traen el frío a los huesos, el paroxismo a los sentimientos y llevan a la razón al borde de la sinrazón.
Y no es fácil mantener la estabilidad cuando se anda sobre el alambre y no se tienen ni las condiciones, ni la capacidad del equilibrista, no ya para hacer piruetas en el aire, sino para caminar. Aunque sea sobre el alambre, y a sabiendas de que da igual caer o llegar al final del camino, porque el resultado es el mismo. Y porque no hay respuesta a la que probablemente sea una de las preguntas más antiguas de la humanidad ¿para qué?

viernes, 23 de octubre de 2009

"Gabo" y los "egos revueltos"

Andaba yo a vueltas con mi cabeza, como tantas otras veces, intentando meterle la pluma o menos prosaicamente, hincarle el diente a un tema. Es la necesidad de ordenar las cosas, de estructurarlas para lograr que tengan sentido. Así que redactaba mentalmente el principio de lo que quería escribir, una y otra vez, sin que acabara de convencerme.
Repetía ese inicio imaginado, asumía a continuación la redacción del cuerpo principal, de lo que esencialmente quería decir, y dejaba en manos de la inspiración el final. Y aún así seguía sin convencerme. Le faltaba algo y no daba con ello. Podría parecer algo normal, falta de recursos lingüísticos, literarios o periodísticos o un mal día, si no fuera porque el asunto en cuestión lleva rodando por mi cabeza unos diez días. Exactamente desde que leí las declaraciones de Juan Manuel de Prada sobre Gabriel García Márquez en la prensa local de Granada. Y diez días sin encontrar en mi baúl las palabras adecuadas para dar suelta a la pluma sólo evidencian impericia; básicamente, porque quería evitar la ofensa o la descalificación basada en mis gustos literarios.
Hasta esta mañana, cuando he cogido El País con ambas manos y con la primera plana frente a mí he podido leer en una ventana de la parte superior: Los 'Egos revueltos' del mundillo literario, bajo la lupa de Juan Cruz (El País, viernes, 23 de octubre de 2009), referido al Premio Comillas recibido por el escritor canario, que, salvo en mi cabeza, nada tiene que ver con las declaraciones de Prada. Estúpido gato, eso era lo que andabas buscando; diez días sin dar pie con bola y Juan Cruz lo ha clavado, porque debe ser eso, una cuestión de ego revuelto.
El escritor y articulista, además de cinéfilo, Juan Manuel de Prada, visitó el pasado 14 de octubre el Centro Cultural Memoria de Andalucía en Granada, para hablar del “Periodismo cultural y literatura”, acompañado de la también escritora Ángela Vallvey. Donde Prada manifestó que “hoy día el periodismo cultural es un lacayo de la cultura de masas. Se editan libros muy interesantes y ningún medio repara en ellos; pero un tipo saca una biografía autorizada de Gabriel García Márquez y se publican páginas y páginas sobre un bodrio, además de que la vida de García Márquez no tiene ningún interés y que como escritor es bastante pelmazo. Da todo igual, lo que importa es que García Márquez es una marca, un referente emblemático de nuestro tiempo, como diría un cursi. Los periódicos como borreguitos le dedican páginas y páginas”. (Ideal, edición digital, 15 de octubre de 2009, http://www.ideal.es/granada/20091015/cultura/periodismo-lacayo-cultura-masas-20091015.html).
Quiso la vida que en esa época me hallase finalizando la lectura de una obra de ese “pelmazo” de García Márquez, “Memoria de mis putas tristes”; que se une a otras obras del mismo “pelmazo” leídas con anterioridad como “Cien años de soledad”, “El coronel no tiene quien le escriba”, “El general en su laberinto”, “Crónica de una muerte anunciada” (tan bodrio que la devoré en una noche hace más de 20 años), “Del amor y otros demonios”, “Doce cuentos peregrinos” y mi preferida, “El amor en los tiempos del cólera” (sin duda, pelma, bodrio y cursi). Qué decir de “Gabo”, este escritor colombiano al que dieron el Nobel en 1982, y al que espiaban los servicios secretos mexicanos por ser amigo de Fidel Castro. Qué puedo decir yo del creador en 1994 de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI) e impulsor del Taller de Periodismo Iberoamericano y de la Colección Nuevo Periodismo, dirigida por Tomás Eloy Martínez. El mismo “Gabo” que vivió en la plaza Real del Barcelona, junto a Las Ramblas. Para mí si tiene interés la obra y la vida de Gabriel García Márquez Y a falta de páginas en un periódico para dedicarle, doy por buenas estas letras, ajenas a cualquier ego, en El callejón del gato

lunes, 19 de octubre de 2009

El amigo de Garzón

De Torres, provincia de Jaén. También culé. Y abogado. Amigo del juez desde la infancia; de los de toda la vida. Socialista de carné y por convicción. Adscrito a Izquierda Socialista (IS), la de Gómez Llorente y Pablo Castellano; la de Santesmases y De la Rocha; lo más decente del PSOE junto al absorbido PSP.
Siempre se quejó de que su partido en la ciudad en la que habito nunca contaba con IS, hasta que tras muchos años de olvido fue nombrado candidato a la Alcaldía. Sin primarias. Mal aconsejado por compañeros y adláteres pensó que había ganado sin ni siquiera bajar del autobús, sin poner los pies en el suelo. Y se metamorfoseo en lo que no era. Después vino el estrépito de la caída y con ella, la soledad del fracaso. Pudo ser un magnífico alcalde, pero se quedó en líder de la oposición municipal y de ahí al Consejo Consultivo de Andalucía, en uno de esos viajes políticos que tantas ampollas y suspicacias levantan.
Pero por encima de todo, amigo de sus amigos. Y es la amistad la que le lleva y le ha llevado siempre a defender a Baltasar Garzón. En especial ahora, cuando los de las manos limpias, las mentes sucias y el corazón negro amparados por la justicia apuntan y disparan con la esperanza esta vez sí de cobrar la pieza.
El juez de las luces y las sombras ha osado hacer lo que nunca alguien imagino que se pudiera hacer: no limitarse al huevo de la serpiente, no contentarse con la serpiente, sino alcanzar también el nicho de la serpiente. Pienso que ha renunciado a buscarse entre las estrellas del firmamento para hurgar en la tierra y ofrecer dignidad y justicia a los ausentes, a los habitantes de fosas, pozos y cunetas. Ha decidido no esperar a que sea la Historia quien juzgue y que sean los jueces quienes hagan su trabajo, aunque lo hagan con demasiados años de retraso y ni la propia Historia pueda ya ocultar la ignominia. Y por eso, ha puesto también sobre la mesa algunos nombres y apellidos, entre ellos los del dictador, de los responsables de la represión y de los asesinatos.
Bajar a la feria conlleva esto, encontrarte con la familia y con amigos y conocidos que por la rutina no ves con frecuencia. También supone una confraternización entre periodistas y políticos y demás representantes de los distintos poderes. Nos vemos y nos damos un abrazo, porque Marcos Gutiérrez Melgarejo, además de ser amigo del juez y su permanente defensor, es amigo de la familia. Un amigo muy querido. Intercambiamos cordiales formas de saludos e interés por la familia. Está entusiasmado con su pequeña y única nieta. Y también le pregunto por su amigo. Es viernes y esta mañana han anunciado que la querella sigue adelante. Van a por él, le digo.
Él lo sabe. ¿Son los hijos de los genocidas? Pertenecen a la hornada de los años sesenta. Se les distingue por la toga y porque van “armados” con las leyes, pero aún así no pueden engañar a casi nadie, salvo a aquellos cuyos progenitores y allegados crecieron en el nicho de la serpiente.
No podemos dejarle solo, me dice. El día 9 será investido doctor honoris causa por la Universidad y hay que estar allí. No está solo, le digo y además, él sabe que no está solo. Marcos me mira muy serio y me dice más serio que aún así hay que ir el día 9 a arroparlo, a demostrarle que no está solo. Y lleva razón, no hay lugar ahora para matices o fisuras, hay que estar junto al juez Garzón. Porque entre otras cosas estar el día 9 con Garzón es defender la justicia y la dignidad de los represaliados y de los asesinados y de sus familias.
La feria terminó ayer, pero estas cosas me hacen replantearme si hago bien en bajar, aunque sólo sea un día. Porque encontrarme con Manolo “Picardías” y encontrarme con Marcos Gutiérrez me hace ser consciente de que todavía queda demasiado camino por recorrer.

viernes, 16 de octubre de 2009

Manolo "Picardías"

La ciudad en la que habito está de feria. Yo desde que nacieron los peques tengo la excusa perfecta para no bajar o más bien para bajar y para quedarme poco. El peligro era que el ferial y en particular, las casetas, eran como Las Vegas. Llegado un momento perdías la noción del tiempo y no distinguías la noche del día. Flotabas entre la música y los hielos del whisky, hasta que tenías que volver y ahí la cuesta te devolvía a la realidad.
Hoy he sido literalmente arrastrado por mi santa, con la complicidad de los peques, para bajar a la feria. Puedo decir que he sobrevivido y de paso he cumplido un ritual o algo similar que realizo desde hace muchos y es saludar a Manolo “Picardías”. Siempre lo veo en la feria de octubre. El resto del año lo puedo ver ocasionalmente, pero nunca falta a la cita ferial.
Manolo es comunista. De Torredonjimeno, provincia de Jaén. Tiene 87 años, con todo lo vivido que eso implica. Cada vez entiende menos de la situación política y por supuesto, la de su propio partido. Y qué decir de los sindicatos. Aún así, mantiene intactos la esperanza y el espíritu de lucha.
Hoy me decía que él ya no lo verá. Y yo le contestaba que probablemente yo tampoco, pero que esperaba que mis peques si lo vieran. Y Manolo, cogiéndome cariñosamente del hombro, me aseguraba que yo también lo vería. Así que en un momento de generosidad extrema, puede que exento de lucidez o quizás pelín visionario, le he dicho que todo iba a cambiar, que el sistema no valía, que los partidos políticos no valían y que los sindicatos ni están, ni se les espera. De la banda de Rajoy y Camps no merecía la pena comentar algo, él los ha sufrido durante muchos años en su versión más dura y en carne propia. No es como nosotros, a él no le engañan ni le distraen las gaviotas, él ve con claridad el aguilucho que nunca se fue.
Y todo eso mientras le compraba el décimo de Lotería de Navidad, con un suplemento de 3 euros para la causa. Nunca toca, pero eso da igual, aunque él siempre nos desea de corazón que la suerte nos visite el 22 de diciembre. ¡Ya quisiera el calvo del anuncio!
Se que no anda muy lejano el mes de octubre en que bajaré al ferial y Manolo “Picardías” ya no estará. Le echaré de menos, porque él encarna a muchos de aquellos que desaparecieron, a muchos de los vencidos y por supuesto, a los que sobrevivieron. Él es de los que perdieron una guerra, pero de los que nunca fueron derrotados por la fortaleza de sus convicciones. Así que en cierta medida se puede decir que al final venció. Porque sobrevivió y pudo ver como el dictador moría, aunque fuera en la cama, y con él los cuatro decenios negros.
Manolo sabe que lo que vino después no era lo que ellos esperaban, por eso mantiene intacta la esperanza de que al final retorne aquello por lo que ellos lucharon, aquello que siempre, frente al tirano o en democracia, han defendido. Espero que acierte y además que pueda verlo.

jueves, 15 de octubre de 2009

Felaciones sociales

Andaba yo barruntando que hay quien confunde las relaciones sociales con las felaciones. Una confusión que le impide entender porque algunos solemos prescindir de acudir a ciertos saraos, reuniones o cualquier otro tipo de actos públicos, salvo para ver a los amigos y poco más. Entre otras cosas porque nada buscamos o esperamos, de modo que no tenemos necesidad de bailar el agua o de tragar sables.
Por el contrario hay algunos que no tienen el menor reparo en degustar pirulís de fresa para obtener su ansiada recompensa. El logro apetecido varía, así que hay quien se conforma con ser presidente de comunidad, mientras otros lo hacen por aparecer en los medios de comunicación: de igual manera que hay quien lo hace para conseguir un trabajo o quien aspira más alto y lo hace para ocupar un puesto en una lista electoral o un cargo en un consejo de administración. Se me ocurre que la lista de posibles premios debe ser larga, por lo que también la práctica deber ser más frecuente de lo que algunos llegamos a imaginar.
Llevaba un par de días barruntando sobre el particular, porque mi deambular no es sólo físico, cuando esta mañana he oído la voz de “dios”. Que nadie se lleve a engaños, no es mística, ni una enajenación temporal; es algo más terrenal, bueno quizás celestial, por eso de que las ondas viajan por el aire y mi audición ha sido a través de la radio. Pero eran las palabras de “dios”, aunque pura paradoja quien las pronunciaba sea un pobre diablo. Y como diría Quino por boca de Mafalda, “mirá vos que el mundo es pequeñito”. Ha de ser tal, porque descartada la telepatía entre “dios” y yo, debía ser cosa de la pequeñez del mundo que “dios” anduviera barruntando también sobre felaciones e incluso las recomendara, eso sí con mal estilo y de manera bastante inoportuna.
No me ofende “dios”, pero como dicen allá me da bronca que siempre echen la mierda en la espalda de los mismos. Fue el mejor en la cancha con un balón, al menos de los que yo he visto y siempre con permiso de Don Alfredo. Pero fuera de ella carece de talla; y no me refiero a su corta estatura.
Me alegro por la albiceleste, pero desearía que el hombre de nieve se dedicara a lo suyo y dejara a los demás con lo nuestro y sobre todo se ahorrase determinadas invitaciones. Es evidente que lo suyo no son las relaciones públicas, como es obvio que yo (y espero que los colegas argentinos me secunden) no voy a empezar ahora con las felaciones sociales, pese a que sea el mismo “dios” quien empuje a “que la chupen y la sigan chupando”, previa disculpa a las damas. Che qué boludo, ahora se creyó también un caballero.

martes, 13 de octubre de 2009

Visionarios

El que más y el que menos se ha aventurado a desafiar a las Moiras, y ha exhibido una visión del futuro; aunque ignoro si esa visión tiene su origen en ciertas dotes adivinatorias o son simples manifestaciones del deseo.
El escritor Gore Vidal haciendo alarde de sus dotes adivinatorias o bien exhibiendo un deseo augura el “fin del imperio” en Afganistán, y de paso califica a su país, Estados Unidos, como “una casa de locos que va a acabar con Obama”. Y, simplificando, sitúa las causas del fin en la intelectualidad de Obama y en la corrupción de las personas.
No contaba el escritor con que a los dos días el Comité Nobel Noruego del Parlamento de Noruega (no Suecia) otorgaría el Nobel de la Paz al presidente estadounidense; más por lo que hará que por lo hecho, en un ejercicio de adivinación o de deseo estratosférico.
Cuentan que los emperadores romanos se hacían acompañar de personas que aseguraban ver el futuro en el vuelo o en las vísceras de las aves. Pero no recuerdo que cuenten que alguno de estos adivinos avisara a Julio César de las intenciones de Bruto y los senadores romanos. Como mucho vaticinaban el resultado de una batalla, que en aquella época con el potencial humano y armamentístico romano no supondría siquiera jugársela al 50 por ciento. Y es que los irreductibles galos, con Astérix y Obélix a la cabeza, se limitan a zurrar a las legiones romanas en las páginas del cómic.
Cualquier avezado observador internacional o cualquier analista político se atreverían a predecir sin necesidad de escudriñar a las aves que la decisión del Constitucional italiano de anular la “Ley Alfano”, que permitía la inmunidad del presidente italiano, es el principio del fin de Berlusconi. E incluso podría haber previsto la reacción de il nuovo ducce acusando a jueces, prensa e incluso al jefe del Estado, Giorgio Napolitano, de ser unos “rojos”.
Y sin embargo, tampoco se pude vaticinar que el propio Berlusconi promulgue otra ley de inmunidad para su aprobación e Italia viva su particular Día de la Marmota, para que su presidente gane tiempo y continúe sin pagar su cuenta a la justicia. Eso sí, parece que Fini puede convertirse en el nuevo Bruto.
En España no hace falta bola de cristal, ni lectura de manos o de los posos del té. Aquí, para envidia de los adivinos del Imperio romano, basta con mirar el vuelo de las gaviotas. Y a falta de Bruto, sabemos que contamos con Don Vito Corleone. Aunque puestos a adivinar, me pregunto si alguien es capaz de predecir dónde está el final de la correa.

sábado, 10 de octubre de 2009

Ausencia de si mismo

(A LOS INVISIBLES)

No imagino peor ausencia que la ausencia de uno mismo. No imagino transitar por territorios en los que no me reconozca, en los que no conozca a la gente que me rodea o en los que sea incapaz de identificar esos territorios.
Yo que no concibo las fronteras me pregunto quién delimita con exactitud las líneas de esos territorios de la mente a los que a ninguno se nos niega el paso o la estancia y en los que muchos transitan y otros permanentemente habitan. No hay mapa que conduzca a esos territorios, que marque el camino, pero se me ocurre que el dolor, la frustración, la pérdida, las obsesiones e incluso un mal viento pueden ser buenos guías. Fatales lazarillos.
Hay muchos invisibles en este espacio llamado vida en el que nos movemos. Y en la mayoría de los casos son invisibles porque apenas les miramos, porque con certeza no queremos verlos. Comodidad, tranquilidad, cobardía, miedo…. tenemos infinitas coartadas, tantas como palabras para definirlas; aunque ni siquiera seamos capaces de llamar a los invisibles por su nombre y ni siquiera seamos capaces de justificar con palabras nuestras coartadas.
Dice Leopoldo María Panero que “Nos vuelven locos en la calle y en el manicomio rematan el trabajo”. Hoy, 10 de octubre, es el Día Mundial de la Salud Mental. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) al menos un 10 por ciento de la población mundial padece algún trastorno grave y una cuarta parta ni siquiera está diagnosticada. Sólo nos acordamos de la salud cuando nos visita la enfermedad. Aunque hay enfermedades como ésta que viven dentro de nosotros hasta que un día se manifiestan. No habito el país de la locura, de la demencia, de la esquizofrenia, de la depresión, pero se que no necesito invitación para visitarlo y habitarlo; se que el billete de ida lo expide nuestra propia mente. Y también se que en demasiadas ocasiones no hay billete de vuelta.
La mente es un enigma. Y la locura, un estigma que vuelve invisible al que la padece y causa la ceguera del resto. Aún así siempre hay excepciones, siempre hay quien se rebela contra la falta de luz; abre sus ojos porque también ve con los ojos del corazón y trata de abrir los nuestros. Esas personas, como mi amiga Chabela, son la esperanza de los invisibles para convertirse en visibles. Y puede que sin saberlo también la nuestra, para abandonar la oscuridad y avanzar hacia la luz. Para ver.


He vivido entre los arrabales, pareciendo/ un mono, he vivido en la alcantarilla…/ transportando las heces,/ he vivido dos años en el pueblo de las moscas/ y aprendido a nutrirme de lo que suelto./ Fui una culebra deslizándose/ por la ruina del hombre, gritando/ aforismos en pie sobre los muertos,/ atravesando mares de carne desconocida/ con mis logaritmos./ Y sólo pude pensar que de niño me secuestraron para una alucinante batalla/ y que mis padres me sedujeron para/ ejecutar el sacrilegio, entre ancianos y muertos./ He enseñado a moverse a las larvas/ sobre los cuerpos, y a las mujeres a oír/ cómo cantan los árboles al crepúsculo, y lloran./ Y los hombres manchaban mi cara con cieno, al hablar,/ y decía con los ojos “fuera de la vida”, o bien “no hay nada que pueda/ ser menos todavía que tu alma”, o bien “cómo te llamas”/ y “qué oscuro es tu nombre”./ He vivido los blancos de la vida,/ sus equivocaciones, sus olvidos, su/ torpeza incesante y recuerdo su/ misterio brutal, y el tentáculo/ suyo acariciarme el vientre y las nalgas y los pies/ frenéticos de huida./ He vivido su tentación, y he vivido el pecado/ del que nadie cabe nunca nos absuelva.

“El Loco”. “Last River Together”, Leopoldo María Panero, 1980.

jueves, 8 de octubre de 2009

Los herederos de Lorca

No entiendo a los herederos de Federico García Lorca. Comprendo algunas de sus razones y reconozco la solidez de algunos de sus argumentos, pero se me escapa el cambio de actitud y la falta de claridad en lo fundamental: identificación y ubicación definitiva de los restos.
Los herederos de Lorca han gestionado su legado y han contribuido a la pervivencia del mito en el tiempo, lo que ha supuesto la difusión universal de su obra y la generación de numerosos ingresos directos e indirectos, pero también la filiación del poeta con unos valores específicos.
Desde su asesinato en la noche del 18 de agosto de 1936 (la madrugada del 19 para ser más exactos), numerosos investigadores han tratado de arrojar luz sobre las últimas horas del poeta y sobre dónde descansan sus restos. Uno de estos investigadores es Ian Gibson, a mi juicio el estudioso más exhaustivo sobre Lorca, que defiende la identificación de los restos de la fosa entre Víznar y Alfacar, a unos metros de la Fuente de las Lágrimas, para confirmar que entre ellos están los del poeta.
Los herederos de Lorca subrayan que la obra de Federico es universal, por tanto es de todos, pero que la persona les pertenece a ellos. Discrepo. Podría argumentar que no se puede, ni se debe desligar la persona del artista, pero me parece algo recurrente e innecesario. Si recordaré que las comparaciones son crueles. Salvando las distancias artísticas y creativas entre Federico García Lorca y Víctor Jara, los caprichos del tiempo han querido que la segunda exhumación del cantautor chileno coincida con la localización y apertura de la fosa donde supuestamente descansa el poeta granadino y que dicha segunda exhumación se está haciendo sin solicitar siquiera permiso a la familia; aunque es justo recordar que en la primera no sólo participó la familia, sino que la impulsó consciente de los valores representados por Víctor Jara, algunos de los cuales están también presentes en Lorca.
Al fascismo no sólo le disgustaba la obra poética y sobre todo teatral (en especial La Casa de Bernarda Alba) de Lorca, sino también su ideología republicana y su condición sexual. Es más, pienso que Lorca podría haber salvado su vida por su obra, pero nunca por su filiación política y por su sexualidad. Pesó más lo de “rojo” y “maricón”, que lo de “intelectual”, aunque esto último también ayudara.
Por respeto a Federico García Lorca y a los demás ausentes que habitan en las profundidades de la tierra, en pozos, cunetas y fosas; por respeto a los valores representados por Lorca, la familia debería permitir la identificación de los restos y contribuir así a aclarar la verdad. De seguir en el esperpento, ignoro si la familia de Rafael Rodríguez Rapún continúa con vida y de ser así, sí tendrían derecho a reclamar la identificación del poeta, por ser Rafael su último novio.
El hecho principal, el asesinato de Federico García Lorca y tantos otros, identificados y anónimos, no varía y exige su recuerdo como testigo de la memoria y la condena de los asesinos; pero saber dónde están enterrados los restos del poeta, ya sea en el mismo lugar en el camino entre Víznar y Alfacar donde fue fusilado junto al maestro republicano, Dióscoro Galindo, y a los banderilleros anarquistas, Joaquín Arcollas y Francisco Galadí, o en un lugar elegido por la familia: la Huerta de San Vicente (previo pago de 300.000 pesetas de la época, según el investigador Fernando Guijarro) o el panteón familiar, junto a Laura de los Ríos, en Nerja, acabaría con la especulación y la rumorología, acordes con las dos últimas posibilidades apuntadas y continuadas con otras como la de que los restos del poeta podrían estar en el Valle de los Caídos (según el historiador Miguel Caballero), y serviría para impulsar el desarrollo de la Ley de Memoria Histórica y por tanto, para avanzar en la reparación y en la recuperación de la dignidad y la justicia.
Hasta la fecha, los herederos de Lorca están demostrado una enorme falta de generosidad, a la par que injustificadamente se empecinan en un juego de dudas innecesario, dando pábulo a la mentira cuando son los únicos que conocen la verdad de dónde está enterrado Federico.
Nadie, ni siquiera la Junta de Andalucía, podría negarse a que el parque donde se halla la fosa entre Víznar y Alfacar se convirtiera en la última residencia del poeta.