domingo, 31 de enero de 2010

Tolerancia y reflexión

El tiempo, el paso del tiempo, los años, me han vuelto más tolerante y más reflexivo. Y aún así a veces me sale un ramalazo de zorrocotroco que pone en riesgo ambas conquistas: tolerancia y reflexión. Sin embargo ese devenir temporal no ha logrado atemperar mi vehemencia, que sólo consigue que parezca enfadado y que sean malinterpretadas mis palabras.
Por ello es frecuente que cuando critico la forma en que algunos compañeros ejercen la profesión, automáticamente alguien se altere y me pregunté sí yo lo haría mejor. La respuesta suele ser negativa: no lo haría mejor; lo que no implica que ese compañero lo haga bien. Porque mis defectos, mis virtudes, mis carencias y mis capacidades no hacen al otro mejor.
De igual manera, si censuro el desembarco de marines en Haití, inmediatamente se me etiqueta de antiamericano (lo correcto sería tacharme de antiestadounidense), pese a que no lo soy. No me gustan determinadas actuaciones de los gobiernos estadounidenses, de igual manera que no me gusta la doctrina Berlusconi o algunas actuaciones de los distintos gobiernos de España o de otros países, pero Estados Unidos me parece un gran país y por ejemplo, en lo concerniente a mi profesión ha creado escuela.
Así que soy consciente de que sí afirmo que cada vez me gustan menos los políticos, es posible que algunos se vean tentados de tacharme de lo que no soy. O igual aciertan. Pero es verdad, cada vez me gustan menos. Quizás porque rechace esa condición de mal necesario, para abrazar la de mal evitable; que es aquel que no tiene lugar.
Entiendo que en el desarrollo de cada persona se puede producir una evolución o una involución. Por lo mismo, entiendo que un partido conservador civilizado evolucione en materias como los derechos sociales o el medio ambiente y se acerque a postulados progresistas e incluso llegue a enarbolar banderas y estandartes que no hace mucho eran o pensábamos que eran patrimonio de los progresistas. Ahora, me cuesta más entender que un partido progresista involucione hacia propuestas conservadoras, contrarias a su propia naturaleza o a su origen, y que ese giro se base única y exclusivamente en la cuenta de resultados, es decir, en réditos electorales.
Puede que esa sea la causa de la desafección que se está produciendo entre los políticos y el resto de los ciudadanos. Eso y la radicalización, aunque sea de cara a la galería y barnizada de demagogia, sin medir las consecuencias reales de la misma. Una brecha peligrosa, que de no atajarse conducirá irremediablemente a la intolerancia y a la irreflexión.

sábado, 30 de enero de 2010

Retratos sin alma

No voy a extenderme en disquisiciones sobre el alma, aunque me gustaría recordar que para mí el alma se aproxima al concepto de Jodorowsky como “la esencia del ser” y por tanto, se aleja de otras nociones o creencias.
Así que reiterando mis dudas sobre la existencia del alma, de acuerdo con esas otras nociones o creencias, y siendo consciente de que en multitud de ocasiones utilizamos la expresión alma para referirnos a cosas que poco o nada tienen que ver con ella, desde la perspectiva de la esencia del ser, voy a hablar del alma o al menos de dónde puede en ocasiones estar el alma.
Todo empezó por un encargo. Un amigo se casó y decidí regalarle un retrato de su padre. Es un tema delicado, muy personal y no exento de una pizca de grosería, porque ignoro qué sensación y sentimientos provocarán en su mujer este regalo. Es más fácil regalar dinero, pero a mi no me gusta salvo necesidad apremiante; y a fin de cuentas mi amigo es él. Así que la decisión estaba tomada.
Encargar un retrato no es tarea fácil. Primero, porque hay pintores a los que el arte de retratar les está vedado (en la Cámara de Comercio de la ciudad que habito hay un retrato al óleo de mi abuelo por ser durante una serie de años su presidente y si no me lo dice mi abuela y colocan un rótulo debajo con su nombre me hubiera sido difícil reconocerlo), lo que no impide que sean maestros en el paisaje, el bodegón o lo abstracto. Y segundo, hay pintores que son buenos retratistas, pero para mí sus retratos carecen de alma.
Yo tengo un retrato con alma de mi padre, pero su autor, Carmelo Palomino, casi su hermano, murió. Lo que le inhabilitaba para mi encargo. Así que a priori y visto desde fuera pudiera parecer empresa difícil. Pero no, para mí era algo muy sencillo, porque yo sabía perfectamente a quien tenía que encargarle el retrato con alma.
Hay un pintor en la ciudad que habito que me gusta mucho. Su nombre es David Padilla. He visto muchos cuadros suyos, pero sólo había visto al natural dos retratos realizados por él. Uno, de Milagros, la mujer de un amigo y compañero de profesión al que la dama de negro se llevó antes de tiempo y cuya ausencia aún lamento y me causa dolor. Y el otro, de Don Antonio Machado.
Sin desmerecer el primero, es ese el segundo el que me encandiló. Era un encargo de la Sede Antonio Machado de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) en Baeza. Yo lo había visto reproducido en cartelería, incluso había visto alguna foto en prensa. Y me gustaba mucho, porque veía a un Machado distinto del habitual, de aquel que hemos visto miles de veces reproducido de aquella foto con sombrero en un café sevillano. Hasta que un día tuve que ir a buscar a la directora a su despacho y me encontré con que el cuadro colgaba de una de las paredes de aquel despacho.
Soy consciente de que puede parecer absurdo, pero el Machado de aquel cuadro me miró. Y yo a él también, de reojo es cierto, pero le miré. Y luego, ya de frente, contemplé la imagen de la derrota, el semblante del exilio, pero también pude observar el rostro del poeta, la luz de Juan de Mairena…. Pude ver un retrato con alma. Un cuadro único de ese poeta universal.
Cuando le hice mi encargo a David Padilla le hablé de este cuadro y lo que me transmitía. Él me contó que había querido retratar al Machado de los últimos días, al que cruza la frontera hispanofrancesa enfermo y derrotado, al Machado del exilio que llega a Collioure para morir. Pienso que lo consiguió y sus pinceles retrataron a Machado y a su alma. Entiendo que no es fácil, del mismo modo que no lo es ver el alma a alguien que como yo duda de su existencia, a menos que sea “la esencia del ser”.
Foto: Retrato de Antonio Machado, óleo de David Padilla. Tomada de http://estudiodavidpadilla.blogspot.com/

viernes, 29 de enero de 2010

La Guardia Mora


Leo con cierta perplejidad que el ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos, Taib Fasi Fihri, pide a España una reparación por los daños sufridos para los soldados marroquíes que participaron en la Guerra Civil Española (Público, Viernes, 29 de Enero de 2010).
Una tropa que Marruecos calcula entre 100.000 y 130.000 soldados y España, en 80.000; de los que 2.000 aún viven en el Norte de Marruecos y en el Sahara Occidental.
Mi perplejidad no es por la petición marroquí, se debe al hecho de saber que el Estado español paga una pensión a la Guardia Mora. No es xenofobia, tan de moda por estos lares en los últimos tiempos, y ya imagino que son derechos adquiridos por los servicios prestados al dictador. Y eso es lo que me deja perplejo, porque uno de los símbolos de la barbarie del golpe de Estado del 18 de julio de 1936 es esa Guardia Mora.
He leído e incluso oído en persona alguna narración del respeto a los derechos humanos y la exquisitez con que se comportaban estos bárbaros, auténtica guardia de corps del dictador, cuando entraban en los pueblos de España. Arrasando, robando, asesinando y violando sin que tan uno solo de ellos, que yo sepa, haya respondido por sus saqueos y sus crímenes.
Por tanto, no espero que Marruecos, país de conducta modélica en eso del respeto a los derechos humanos, tenga una mínima intención de que esa “reparación” sea real y se haga justicia con esos soldados. Porque supongo que entre esos 2.000 que aún viven quedará alguno de esos “valientes” que dejaron huella en nuestro país. Tampoco espero que el gobierno español, los precedentes le retratan, vaya a reclamar al amigo alauita la entrega de algunos de esos “héroes” para hacer justicia. Pero sí deseo que Garzón y los jueces como él, alguna Asociación de la Memoria Histórica o los familiares de las numerosas víctimas de la Guardia Mora sean capaces de abrir las causas que procedan para que “se haga justicia a estos combatientes” (en palabras del propio ministro marroquí, aunque con otra intención).
Entre las imágenes guardadas en mi memoria desde mi niñez no falta esa Guardia Mora, vestida de gala y escoltando el Mercedes en el que se desplazaba el dictador por las calles de Madrid. Ella y el No-do son símbolos imborrables de aquel periodo negro de España.
Foto: La Guardia Mora en Madrid, en 1940. Tomada del blog http://eltiempoentrecosturas.blogspot.com/

jueves, 28 de enero de 2010

Crónicas de la desgracia

Alguien tiene que contarlo. Y aunque se menoscaba a aquellos que lo hacen e incluso en los últimos tiempos se les lleva ante el juez por contarlo con pelos y señales y se les condena a cárcel, inhabilitación y multa, me siguen, corporativismo al margen, pareciendo imprescindibles.
Ya se que algunos piensan que en Haití sobran periodistas, mientras que yo opino que faltan alimentos y sobran militares estadounidenses. Es una opinión discutible, porque está hecha desde la distancia y basada en lo que cuentan los “expulsados” del aeropuerto de Puerto Príncipe, ahora convertido en base militar del Imperio.
Sin embargo, pese a las protestas de Hilaria Clinton y su “resentimiento” hacia las críticas de los medios de comunicación, yo me fío más de “vagamundos” como Fran Sevilla que de la secretaria de Estado USA o del propio Obama.
Desconfío del poder por definición. También por hábito y por convicción. Y aunque asumo que es lo práctico, no creo que ante la duda el mayordomo sea siempre el asesino. Del mismo modo que me cuesta creer que las armas de los marines sean de chocolate y sus pistolas, barras de pan.
Entre otras cosas porque fueron marines y no el mayordomo los que causaron con sus disparos la muerte de José Couso, camarógrafo de Tele5, en Irak y se supone que también fueron marines los que en Haití mataron con sus armas a Ricardo Ortega, en aquellos momentos freelance. Dos sucesos que visto lo visto y conocido hasta la fecha habrán causado pesar a la administración USA, pero ningún “resentimiento”.
Algunos dicen que los periodistas enviados a Haití sólo cuentan desgracias. Obviando que son las crónicas de un país asolado por un terremoto y por la miseria previa al seísmo.
Pero leo el “Diario de Haití” (http://blogs.rtve.es/fransevilla/posts), de Fran Sevilla, y al margen de las desgracias encuentro en sus escritos algo de esperanza, incluso para los que no estamos allí. Y dar esperanza a un pueblo como el haitiano que cuenta con un superávit de fe, pero con un déficit de esperanza me parece indispensable. Y más necesario que el desembarco de miles de marines.
Claro que esto también es discutible, porque yo siempre elijo la pluma en detrimento de la espada. Y prefiero las palabras a las pistolas, aunque sean barras de pan.

domingo, 24 de enero de 2010

La Isla del Tesoro


Cuando tenía 7 años mi tía Luz y mi tío Pepe me regalaron un ejemplar de La Isla del Tesoro, de Robert Louis Stevenson (Ediciones Petronio, 1972), por haber sacado buenas notas en la primera evaluación del curso. Hoy lo he recordado al comprar El País, ya que obsequiaba con un ejemplar de esa misma obra en una edición ilustrada, tipo cómic, de la colección Joyas Literarias Juveniles (como aquellas colecciones de Historias Selección o Historias Color, de la editorial Bruguera).
Aquel libro fue uno de los mejores regalos que he recibido en mi vida. De hecho, todavía conservo ese volumen con aquella historia de piratas, que he leído después en distintas ediciones y he visto adaptada al cine, incluso en dibujos animados, con desigual acierto.
Aunque soy de una generación ajena a las videoconsolas en sus distintas versiones, los juegos electrónicos no me son ajenos, ya que soy uno de tantos que debutó en salas recreativas y bares con los “marcianitos” y años después con el primer juego del hoy conocido como Super Mario.
Por ello, sin dudar de la capacidad de entretenimiento de estas videoconsolas, solo o en compañía, y siendo consciente de que mis peques serán fervientes clientes de las mismas, sigo pensando que la oferta de un relato como La Isla del Tesoro es insuperable por las posibilidades de ensueño que encierran sus páginas.
A pesar de sus 4 años, mis peques tienen un vivo interés por los libros desde que apenas contaban 1 año. Los compaginan con los dibujos animados y las películas infantiles. Y eso, siendo hijos de su época y por tanto de crecimiento parejo a las nuevas tecnologías, me hace pensar que el primer granito de arena está puesto.
Es evidente que ignoro que les deparará el futuro. Cuáles serán sus gustos y sus capacidades, sus aficiones y sus vocaciones. Pero en días como hoy, viendo un cómic de Ben 10 y La Isla del Tesoro en sus manos, sabiendo que los libros no son objetos extraños para ellos, se alimenta mi esperanza.

sábado, 23 de enero de 2010

Aniversarios

Uno suele asociar lo del aniversario con un cumpleaños o con un hecho a festejar. Sin embargo todos los años de manera irremediable recordamos que se ha cumplido uno nuevo de los distintos horrores y hechos trágicos que queramos o no forman parte también de nuestras vidas y en buena parte de nuestro propio bagaje existencial.
Aunque nuestra memoria no alcance a recodar todos esos aniversarios, al ser éstos una temática recurrente para los medios de comunicación y los periodistas, además de para algún avispado político, no hay peligro de que podamos olvidarnos de ella, incluso aunque fuera no hacerlo el deseo de algunos.
Mañana se cumplen 33 años de los asesinatos de los abogados laboralistas de la calle de Atocha en Madrid. Como se recordará cinco personas vinculadas a Comisiones Obreras (CCOO) y al Partido Comunista de España (PCE) fueron asesinadas por pistoleros de la extrema derecha en su despacho del número 55 de la citada calle y otras cuatro resultaron heridas.
Era el año 1977. Yo tenía 12 años y quiso la vida que mi colegio estuviera en el número 45 de aquella misma calle. De modo que todos los días pasaba cuatro veces por la puerta del edificio donde estaba el despacho de los abogados, sin saber que estaban allí y por supuesto, sin esperar lo que allí sucedería aquel 24 de enero. Quizás esa cercanía ha hecho que nunca haya olvidado esos asesinatos y que recuerde el día siguiente de los mismos, cuando pasé por aquella misma puerta, abierta y con dos policías a ambos lados de la misma y con ramos de flores en el suelo, en la misma acera. Años más tarde pasé y contemplé la placa en homenaje de los asesinados colocada en la fachada del edificio.
Hay muchas personas que desconocen aquella matanza y otros asesinatos, intentos de asesinatos y agresiones que eran habituales en aquella época, en ocasiones con cierta permisividad policial hacia los “cachorros” de la extrema derecha, agrupados en 1ª línea de la Falange, Fuerza Nueva u otros grupúsculos similares, y en otras, protagonizados por la propia Policía.
Y lo que es peor desconocen su significado. Lo que representaba en aquellos momentos el trabajo de esos abogados, su compromiso con los ideales en los que creían y su valor.
Los asesinados y sus asesinos representan aún hoy el mito de las dos Españas, que por desgracia pervive en nuestros días. Por un lado, la de los herederos de los que perdieron su vida en Atocha, 55 y por otro, la de los herederos de aquellos pistoleros que metralleta en mano creían que podían asesinar las ideas por quitarle la vida a quienes las profesaban.
Ayer por la mañana, al oír a un ex presidente del Gobierno en “Los desayunos de TVE” no pude evitar pensar en esto y en la generosidad los asesinados en 1977 y en la falta de ella de la que él y otros como él hacen gala.

jueves, 21 de enero de 2010

Milagros en exclusiva

Me gustan las películas de Berlanga. Él y Rafael Azcona me parecen, siempre me han parecido, dos tipos geniales. Dos tipos que habitan con naturalidad en un territorio creativo, donde conviven la ironía y una aguda visión de lo que somos y hemos sido como sociedad y como país. Un lugar en el que la mayoría estamos incapacitados para habitar, básicamente por ausencia de talento.
No voy a enumerar aquí las magníficas películas dirigidas y en ocasiones escritas por Luís García Berlanga y tampoco aquellas construidas con sólidos guiones firmados por Azcona, entre ellas algunas de las dirigidas por Berlanga. De hecho sólo voy a mencionar una, “Los jueves, milagro”.
Una película que me ha venido a la cabeza por la tragedia de Haití (me refiero a la actual, a la producida por el terremoto, no a la cotidiana). Porque esa tragedia nos está proporcionando, para alegría de medios de comunicación y de algunos periodistas, un milagro diario.
Parece innecesario manifestar la satisfacción y alegría que supone para mí y para cualquier bien nacido el descubrimiento y rescate de muchos haitianos con vida bajos los escombros, pero en los tiempos que vivimos no está de más. Sin embargo, la reiterada calificación de milagro a estos hallazgos me parece un desatino, más propio de periodismo sensacionalista, lo que se denomina “amarillismo”, que de un ejercicio profesional de periodismo veraz y riguroso.
El otro día veía y escuchaba a una periodista de un informativo de La Sexta, desplazada a Haití para cubrir la noticia del terremoto y sus consecuencias, informar “en exclusiva” del descubrimiento de un anciano haitiano con vida tras permanecer varios días bajo los escombros. Una “exclusiva” que a juzgar por las imágenes compartía con algún otro medio de comunicación, ya que se podía apreciar en las mismas la presencia de micrófonos de medios de comunicación extranjeros. Una crónica lamentable, desde mi punto de vista, de un hecho sin duda noticioso y que merecía un tratamiento informativo adecuado a su condición de noticia positiva entre tanta mala noticia y acorde con la dimensión de una tragedia que supera los 100.000 muertos.
La posterior constatación y difusión de nuevos milagros me ha llevado a preguntarme cuándo nos informarán también “en exclusiva” sobre algún muerto de esos miles causados por el terremoto. Más que nada porque semejante “primicia” sería digna de una película de Berlanga, con guión de Azcona.

miércoles, 20 de enero de 2010

Una cacería

El Sindicato de Periodistas de Andalucía (SPA) informa sobre el fallo de la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Sevilla respecto a los recursos presentados por el ex presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, contra la absolución del delito de injurias a dos periodistas de El Mundo de Andalucía, su director, Francisco Rosell, y su redactor jefe, Javier Caraballo.
El juzgado Penal 3 de Sevilla absolvió en su día a Rosell y a Caraballo porque entendía que pese a no haber demostrado los hechos publicados en 2001 sobre el entonces presidente andaluz, “no es exigible en la noticia una absoluta certeza o acomodación de la verdad, sino sólo una actuación diligente”, que estos periodistas habrían cumplido al tratarse de “hechos de relevancia pública”.
Esta absolución provocó los correspondientes recursos que ahora han sido rechazados por la citada Audiencia Provincial, que recoge en su fallo que ambos periodistas en la elaboración de la información habían “contrastado con la suficiente diligencia para cumplir con el canon constitucional de veracidad”.
A pesar de ser casos diferentes, al conocer este fallo no he podido evitar pensar en la condena del juez Ricardo Rodríguez al director de la Cadena SER, Daniel Anido, y al redactor jefe de Informativos, Rodolfo Irago, y en la actuación de la Fiscalía General del Estado. Porque resulta evidente que Anido e Irago no sólo cumplieron con el “canon constitucional de veracidad” y habían “contrastado con la suficiente diligencia” sino que además desvelaban “hechos de relevancia pública”.
Dado que no se cuestiona la veracidad, el rigor y la relevancia de la información elaborada por Anido e Irago y conociendo el fallo del juzgado Penal 3 de Sevilla y de la propia Audiencia Provincial sevillana no es peregrino deducir que dicha condena y actuaciones posteriores se alejan de la idea de justicia, al menos de lo que colectivamente entendemos por justicia, y adquieren un curioso parecido a una cacería, donde la verdad y el rigor profesional se desprecian, y cuyas piezas a abatir son los dos periodistas de la Cadena SER y por extensión, los ciudadanos y su derecho a la información.
La periodista Sol Gallego-Díaz nos lo recuerda: “La decisión que tome la Audiencia Provincial de Madrid sobre el recurso presentado por los periodistas de la Cadena SER…es de enorme importancia porque no se trata de fijar qué tienen derecho a publicar o difundir los periodistas, sino de determinar qué tienen derecho a saber los ciudadanos” (“Hay que contar más cosas”, El País, 17 de enero de 2010).

martes, 19 de enero de 2010

La encuesta andaluza

En Andalucía anda el patio revuelto por una encuesta publicada por el Instituto Andaluz de Estudios Avanzados (IESA) cuyos resultados concluyen que de producirse en la actualidad unas elecciones Autonómicas el vencedor sería el PP.
Al ser la primera vez en 15 años que algo refleja el triunfo del PP en Andalucía y del perdedor habitual Javier Arenas frente al poder hegemónico de los socialistas el revuelo y los consiguientes nervios y convulsiones en los gallineros han sido notables.
La encuesta lo único que hace es adelantar algo que tarde o temprano se producirá que es el triunfo del PP en este territorio, aunque no ahora porque con esos resultados: PP, 43’2 por ciento de los votos; PSOE, 41’6; IU, 7’1; Partido Andalucista, 2’4, y UPyD, 1’8, el PP no lograría gobernar la Junta de Andalucía. Arenas perdería el que probablemente es su último tren y el gobierno andaluz sería cosa del PSOE e IU.
Yo de encuestas no me creo mucho, aunque hay tantas que alguna ha de acertar o acercarse al resultado definitivo, desde el yerro de los sondeos británicos en 1995 con el primer ministro John Major, que contra las encuestas ganó las elecciones y volvió al 10 de Downing Street. Y mucho menos, cuando éstas se realizan a años vista de una consulta electoral.
Con ésta de Andalucía también soy escéptico, por la coyuntura en que se realiza de crisis económica y cambio Chaves-Griñán en la presidencia de la Junta. No digo que el cambio no sea deseable tras 28 años de gobierno socialista en esta comunidad por una mera cuestión de higiene política; tal y como ha sucedido en otros territorios como Euskadi y Cataluña, tras décadas de gobiernos de un mismo partido, con mayoría absoluta o en coalición. Aunque en el caso andaluz hay un elemento diferenciador con estos otros territorios, la inexistencia de una alternativa, porque el PP carece de proyecto para Andalucía, como ya demostró desde el gobierno de España al optar por la política del palo frente a la zanahoria para este territorio; desaprovechando una oportunidad histórica para convencer a los andaluces de su compromiso con esta tierra.
Yo esta encuesta la leo más en clave interna del PSOE. Tengo la sensación, por supuesto carente de validez científica, de que este “guiso” va destinado más a los militantes y a los votantes socialistas que al común de los andaluces. El hipotético triunfo del PP me parece más un ¡que viene el lobo! para cerrar filas, que una amenaza real al gobierno socialista de la Junta, porque el PP continúa sin ser un adversario real a esa hegemonía del PSOE y porque el enemigo está en casa, como históricamente ha ocurrido en el socialismo andaluz con Escuredo, Rodríguez de la Borbolla, Chaves y ahora Griñán.
La salida forzada de Chaves a Madrid impulsada por Zapatero supuso una derrota de ambos, escenificada en partido y gobierno de la Junta. Zapatero vetó al candidato de Chaves a sustituirle en la secretaría general del PSOE-A, Luis Pizarro, y Chaves se opuso a que su sustituta al frente de la Junta de Andalucía fuese la candidata de Zapatero, María del Mar Moreno. Un enfrentamiento que ha supuesto la llegada de José Antonio Griñán a la presidencia de la Junta, si le dejan probablemente el mejor presidente desde la salida de Rafael Escuredo, y la demora en el nombramiento del nuevo secretario general del PSOE-A, cargo que debía ocupar el propio Griñán.
Las reticencias de Chaves a que sea Griñán quien ocupe esa secretaría general y no Pizarro, que sigue maniobrando debajo de la mesa y desestabilizando al gobierno de la Junta y al PSOE, como consejero de Gobernación y desde la vicesecretaría general del partido, ha creado una situación de luchas soterradas, a la que tampoco es ajena la candidata de Zapatero, Mar Moreno, actual consejera de Educación de la Junta de Andalucía y Secretaria Federal de Política Municipal del PSOE; a juicio de muchos un cadáver político, que no obstante maniobra también debajo de la mesa, exhibiendo el apoyo de Zapatero, su condición femenina y el respaldo de la alcaldesa de Jaén, junto a Sevilla las únicas capitales cuyos ayuntamientos gobierna el PSOE, para moverle la silla al secretario general de los socialistas jiennenses, Gaspar Zarrías, actual Secretario de Estado de Política Territorial y otrora poderoso consejero de Presidencia de la Junta andaluza, y desde ahí impulsar su candidatura al gobierno andaluz para 2012.
La negativa de Chaves a la petición de Griñán de la celebración de un congreso extraordinario para la elección del nuevo secretario general de los socialistas andaluces, ha provocado que ahora sea al propio Griñán al que le interese que este congreso se demore hasta después de las elecciones Municipales, ya que no está dispuesto ante unos previsibles discretos o malos resultados a que le pase como a Rajoy, que en sus primeras elecciones Generales como candidato a la presidencia de España recibió en su culo la patada destinada a Aznar.
Griñán prefiere que sea Chaves quien asuma el resultado de las Municipales y él preparar su candidatura a la Junta de Andalucía para 2012 desde la presidencia del gobierno andaluz y desde la secretaría general del PSOE-A. No vaya a ser que le pase como a Borrell y al no controlar el partido se vea apeado de esa candidatura.
Entonces, salvo improbable adelanto electoral, en 2012, superados la crisis económica y el cambio Chaves-Griñán sabremos si la encuesta de IESA está “maquillada” y asistiremos al adiós definitivo de Arenas. Una irreparable pérdida para el PSOE, porque mientras no se demuestre lo contrario el candidato del PP es a Andalucía lo que Rajoy a España, un valor seguro para la victoria electoral de los socialistas.

lunes, 18 de enero de 2010

El apóstol de los desheredados


Hoy he reingresado oficialmente en la fila de los desheredados. Había retomado esta condición desde el pasado 31 de diciembre, pero por diversas causas no había formalizado mi adscripción de manera oficial hasta hoy.
Cuando he llegado no me ha sorprendido la cantidad de gente que había tanto en el interior como en el exterior de la oficina. He mirado con insistencia a ambos lados de la calle, dentro y fuera, pero no he visto más que a personas como yo. No he visto a Rajoy por parte alguna (se ve que hoy no había cámaras de televisión y fotógrafos, tras la correspondiente convocatoria ‘popular’). Tampoco he visto a representante alguno de su partido.
No lo entiendo. Esperaba un punto de información permanente en estas oficinas en los pueblos y ciudades de España. Esperaba a Rajoy o a sus seguidores predicando la llegada de un nuevo Mesías, el empleo. Esperaba a los ‘populares’ ilustrándonos y convenciéndonos de la bondad y eficacia de sus propuestas económicas y de lo bueno que iba a ser para los desheredados el despido libre porque así se genera empleo. Esperaba también que me explicaran cómo con sus propuestas variaría la condición de los asalariados a la de esclavos y propagarían la desesperanza entre los desheredados. Me he quedado con las ganas.
4 millones de desempleados es una cifra muy alta, tanta que de ser real no habría país occidental desarrollado que pudiera funcionar y se iría al “garete”; así que debe de haber algo de verdad en la “indiscreción” del ministro Corbacho al señalar que la economía sumergida ocupa a alrededor de un 20 por ciento de la población; tanto de verdad como para que la ministra Salgado aparezca en escena con el ceño fruncido y desmintiendo a su compañero de gobierno.
La cuestión es que de esos 4 millones de desempleados sólo 2’9 millones cobran un subsidio, es decir, que perciben un ingreso por el concepto que sea. De modo que imagino que ese 1’1 millón de desempleados restantes es el principal objetivo de Rajoy para la obtención de votos; eso sí, sin desdeñar el descontento de los otros 2’9 millones de desempleados y de aquellos en puertas de ingresar en este selecto club o con petición de socio a medio plazo (antes de las elecciones Generales).
Se me antoja tarea ardua. No por la falta de incautos dispuestos a creer cualquier cosa, por ignorancia o por desesperación; sino porque pienso que la mayoría de los desheredados pondría una vela al diablo por un empleo. Y Rajoy más que de Lucifer va de apóstol Mariano.
Foto: Rajoy ante una oficina del INEM, del fotógrafo Alberto Cuéllar, publicada en El Mundo.

sábado, 16 de enero de 2010

Insultos y descalificaciones

El fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, que no hace honor a su nombre, se queja a imagen de plañidera de una a mi juicio inexistente campaña de insultos y descalificaciones contra los jueces y la Justicia por la disparatada condena del juez Ricardo Rodríguez contra el director de la Cadena SER, Daniel Anido, y su redactor jefe de Informativos, Rodolfo Irago, que como se recordará contempla cárcel, inhabilitación profesional y pago de multa e indemnización.
Hay numerosos profesionales que necesitan de la palabra y de conocimientos sobre ella para ejercer su labor, entre ellos los jueces, y también como no los periodistas, por eso me resulta un poco pueril tener que recordarle al fiscal general del Estado la riqueza de la lengua española y la extensa lista de sustantivos y adjetivos que habilita para insultar y descalificar, incluso al amparo de la libertad de expresión. Del mismo modo, lamento tener que recordarle al fiscal general del Estado que en ocasiones como la que nos ocupa es innecesario el insulto o la descalificación ajena, porque las propias actuaciones constituyen en sí insulto y descalificación.
Es difícil entender que el fiscal general del Estado pueda vislumbrar insulto y descalificación donde no hay más que crítica a una actuación puntual de un juez (ni siquiera se cuestiona su trayectoria o actuaciones anteriores) que es una mala praxis profesional y que por elevación traslade esa crítica a la labor de un juez y a la propia Fiscalía General del Estado a los jueces y a la Justicia, porque buscando el agravio corporativo y la generalización igual se consigue involucrar a una profesión y a un estamento que no han sido cuestionados o vilipendiados y de la que muchos de sus integrantes, a título personal y asociativo, se han manifestado respecto a la conocida condena contra estos dos periodistas por hacer bien su trabajo, con rigor y veracidad.
Según Conde-Pumpido, "en un estado de derecho cuando uno no está de acuerdo con una resolución judicial lo procedente es presentar el recurso correspondiente y no, digamos, iniciar una campaña de insulto y de descalificaciones del juez y de la Justicia sino impugnar la resolución con argumentos jurídicos" (http://www.cadenaser.com/sociedad/articulo/fiscal-estado-queja-campana-insultos-descalificaciones-justicia/serpro/20100115csrcsrsoc_1/Tes).
Conde-Pumpido debe ignorar o no se da por enterado de que los dos periodistas condenados han presentado recurso ante tamaño disparate de condena. Pero también debe haber olvidado que en un estado de derecho se presupone que los garantes de las libertades, y vuelvo a recordar que la de expresión y de información son pilares de ese estado de derecho, están obligados a garantizar esas libertades.
Me siento agredido y ofendido cuando se sobreestima mi grado de necedad, como ciudadano y como periodista, por esa condena, esbozo de una mordaza al ejercicio de la profesión periodística, y porque el estado de derecho que concibo es aquel en el que se garantizan las libertades básicas del mismo. Por ello desearía un sistema democrático en mi país que permitiese una mayor participación de la sociedad y una elección de los representantes de instituciones como la Fiscalía General del Estado al margen de “simpatías” políticas, donde primase la valía profesional del designado y no esa “simpatía”. De esta forma es posible que el elegido no olvidase que su negocio es la Justicia y no la política.
A mi no preocupa que me llamen necio, lo que me preocuparía y me descalificaría sería comportarme como tal.

viernes, 15 de enero de 2010

La primera víctima


Dicen que la verdad es la primera víctima de una guerra. He recordado esta sentencia al conocer la noticia de que Iñaki Gabilondo abandona los informativos de Cuatro y pasa a CNN+.
La fusión de Cuatro y Tele 5 no es una guerra y sin embargo, tengo la impresión de que se ha cobrado en Gabilondo a su primera víctima. Ya sabemos que a Berlusconi, il nuovo ducce, no le gustan las verdades del barquero, ni las de La Reppublica, L’Unita, y RAI 3 en Italia, ni las del Grupo PRISA en España, en especial las de El País, y en cantar esas verdades, aunque algunos duden, Gabilondo es un maestro.
Cebrián, obligado por la mala situación económica de PRISA resultado de su gestión, ha entregado el mando a Berlusconi y temo que la lista de la vendetta de éste será extensa y estoy convencido de que además entre los damnificados ocupará un lugar de privilegio la actual audiencia de Cuatro.
Los informativos de un cadena de televisión sirven además de para informar para fijar su línea editorial. El informativo de Gabilondo en Cuatro, con impronta de autor, era inequívoco en ese aspecto, gracias a sus breves y magistrales editoriales.
La pérdida es irreparable, porque la experiencia de su relevo al frente del matinal Hoy por Hoy en la Cadena SER nos demuestra que no hay recambio con garantías.
Con la ausencia de Gabilondo nos privan de una mirada única y un estilo propio para acercarnos a las noticias diarias y de un profesional que impartía magisterio con sus editoriales y sus entrevistas; una enseñanza impagable para cualquier estudiante de Periodismo y un espejo en el que mirarse para cualquier avezado periodista.
Su salida nos condena a la orfandad de esa forma de concebir la información y también nos hará menos libres, porque las verdades del barquero mutarán a cantos de sirenas. Al tiempo.
Foto: Iñaki Gabilondo, tomada de indice.cadenaser.com/2005/08/30/index.html.

jueves, 14 de enero de 2010

La fábula del bebedor

Hace tiempo que desistí de confirmar o desmentir fábulas sobre mi padre. Y sin embargo eso no me exime de escuchar de vez en cuando alguna andanza atribuida a mi progenitor con más o menos literatura y con mucho menos rigor.
Hoy me ha tocado aguantar la enésima. Ésta era cierta, pero no menos sabida, porque me la contó mi padre y el propio protagonista de la historia. Mi padre murió tantas veces en vida, que cuando la negra dama vino a visitarle yo ni lo creí, ni estaba preparado para ello.
La historia no está exenta de gracia. En una de tantas de esas atribuciones de muerte, un amigo, casi un hermano, al enterarse de la noticia compró un ramo de flores y recorrió hospitales y clínicas en busca del difunto. En lugar del cadáver, encontró a mi padre con relativa salud apurando una sopa en una cama de una habitación de la 5ª planta de un hospital. Su amigo, casi hermano, arrojó bastante enojado las flores a la cama y espetó a mi padre: “no eres formal ni para morirte”.
Cuando murió el amigo, casi hermano de mi padre, más joven que él, y con la misma informalidad, se presentó un tipo en Casa Gorrión, una taberna con solera de la ciudad que habito. El amigo, casi hermano de mi padre, se llamaba Carmelo Palomino y era, sus cuadros siguen hablando por él, un magnífico pintor. El tipo al que me refiero irrumpió en la taberna, pidió un vino y comenzó a hablar de su amistad con Carmelo. Mi padre, junto a unos amigos y el dueño de la taberna, escuchaba al desconocido, que de repente nombró al Niño Amador, mi padre, y glosó su amistad con él y con el difunto para a continuación interesarse por la posibilidad de adquirir alguna obra del pintor. Al oír su nombre, mi padre preguntó al tipo por su amistad con él y tras escuchar una interminable retahila de mentiras sobre supuestas camaraderías se identificó y mandó al tipo a hacer puñetas.
Algunas de estas historias dibujan aún hoy en mi cara una mueca parecida a una sonrisa, pero otras me hacen pensar en quien las cuenta y sobre todo en para qué las cuenta, para alcanzar su minuto de gloria en la barra de un bar, para escapar de su propia miseria mental o porque acaba creyendo que es verdad lo que cuenta.
Yo guardo muchas historias de mi padre reales, aquella vez que le aparcó en Madrid el coche a Rita Hayworth porque ésta andaba subida en la uva, su “afaire” en Londres con una belleza exótica mujer del grandísimo Xavier Cugat, sus tragos junto a Hemingway en la barra de Chicote, su amistad con Paco Camino y con Manuel Benítez “El Cordobés”… y siempre recuerdo aquello que me dijo de una vez cuando le ofrecieron entrevistarle y declinó el “honor” porque iban a pensar que estaba presumiendo o mintiendo.
Hay personas que sólo necesitan beber una botella para comprender que en su fondo no hay respuestas, pero otras como mi padre dedican una vida entera a la búsqueda. Fue perseverante en esa búsqueda, pero eso no le impidió disfrutar de la vida y saborearla con intensidad.
Yo le quería, a pesar de nuestros desencuentros le quería (supongo que él a su manera también me quiso) y le echo de menos. Tengo un cuadro con su rostro pintado por su amigo, casi hermano, Carmelo. Lo miro y veo a mi padre con su perilla, con su sempiterna cachimba y el botón del cuello de la camisa desabrochado y le pido que desde donde esté me "eche una gamba”, cómo si no supiera que sí dependiera de él lo haría.
Foto: Francisco Amador Serrano, "El Niño Amador", de Pedro Aceituno.

miércoles, 13 de enero de 2010

El señuelo del desempleo

Las cartas están sobre la mesa. La recuperación económica es secundaria. Nada o poco importa que las heces sobrepasen la cintura y tiendan hacia arriba por los Gürtell, Fundescam, Palma Arena y similares. El maná es el desempleo. Sin recuperación del laboro no hay pan y sal para este país. La estrategia del PP es clara: descontento popular y descontento de la llamada clase media, materiales básicos para construir el camino hacia el triunfo electoral.
Es el caldo de cultivo para el fascismo. De nuevo, la xenofobia. La caza de brujas. La intolerancia. El rechazo al extranjero, el menoscabo del diferente. Vienen a quitarnos el trabajo; sin recordar la salvedad de que es el laboro que no queremos, el que decidimos que hicieran otros. Ahora cuando ya no hay pastel, cuando no vemos ni migajas, reclamamos nuestra porción.
El obrero votando a la derecha. Comulgando con ella. Repudian la revolución del proletariado, abjuran de la conciencia de clase, pero se echan sin rubor en brazos del capitalismo en su versión más devastadora, la que nos ha traído esta crisis. Ni siquiera se busca el atajo ilustrado del todo para el pueblo sin el pueblo, se echan en brazos de aquellos que predican el todo lo del pueblo pero sin el pueblo.
Ya no hay romanticismo para vender el alma al diablo. Cambian a Goethe por un Díaz Ferrán cualquiera y delatarían al hijo del hombre por un tercio de aquellas 30 monedas de plata, incluso por nada con tal de contentar al patrón.
Pararía el mundo y me bajaría, sólo que ya no podría volver a subir. Ese sí que sería un alto precio a pagar. Demasiado arroz para tan poco pollo. Y mucho más para un gato, que ni liga con arroz ni engulle los señuelos de los salvapatrias. Dos vueltas más al farol y me voy a mi casa.

martes, 12 de enero de 2010

Amenazado

Ser consciente de la existencia de una amenaza no implica necesariamente sentirse amenazado. El poder, cualquier poder, oprime y controla o al menos trata de hacerlo con mayor o menor sutileza. Para ello utiliza los recursos a su alcance, en ocasiones incluso aquellos de naturaleza ilegal que agraden al Estado de derecho, lo debilitan y acaban desvirtuándolo.
Soy consciente de esa realidad y aún así, y pese a lo que está sucediendo, no me siento amenazado. Sí me preocupa que sacar un 10 signifique estar suspenso y obtener un 0 sea de sobresaliente, porque al final habrá más personas predispuestas a lograr un 0. En lo profesional siempre he intentado acercarme al 10 y pese a que algún juez e incluso el fiscal general del Estado ya no escondan la mordaza, no dudo y sé que debe primar el trabajo bien hecho; aunque como en el caso de Anido e Irago el laboro bien realizado te lleve a un simbólico cadalso.
A los que respiramos en el territorio de las palabras nos pueden prohibir publicar, pero no pueden evitar que escribamos. Ese es nuestro triunfo; puede que pequeño y pírrico, pero no por ello es menos triunfo.
Ayer leía en un periódico local que la poesía del nigeriano Wole Soyinka, premio Nobel de Literatura en 1986, será por fin traducida al español y se publicará “Lanzadera de una cripta”, en edición bilingüe y a finales de enero.
Soyinka, primer escritor africano que ha recibido el citado premio, fue encarcelado acusado de conspiración durante la guerra civil de Nigeria en los años 60, adonde había regresado tras su estancia en Londres para estudiar teatro africano, por escribir un artículo pidiendo el armisticio.
Pasó 20 meses entre rejas, incomunicado, lo que no le impidió escribir en “pequeños papelillos, y a veces en plena oscuridad, algunos de los versos más intensos” (Diario Jaén, Sección Cultura, lunes, 11 de enero de 2009).
La privación de libertad, el encarcelamiento, es la consecuencia de una amenaza, ignoro si previa, pero desde luego real. Y aún así, Soyinka, como otros autores en similares situaciones, escribió, continuó escribiendo. Además, en su caso no pudieron impedir que publicara y algunos de aquellos versos vieron la luz en “Poemas desde prisión”. Es el poder de la palabra.
Foto: Wole Soyinka. EFE/Archivo EFE.

lunes, 11 de enero de 2010

El mundo al revés

El fin de semana nos deja la muerte del corresponsal británico, Rupert Hamer, del Sunday Mirror, en Afganistán, junto a un marine estadounidense y a un soldado afgano. En la colisión de un vehículo militar con una pequeña bomba casera también resultó heridoal fotógrafo británico, Philip Coburn, compañero del periodista muerto.
En algunos lugares del mundo los periodistas siguen exponiendo sus vidas para ejercer su profesión. En España, hoy un periodista no expone su vida por ejercer su profesión, pero está expuesto a numerosos riesgos que dan a su trabajo un plus de peligrosidad no deseado y que le sitúa en el escaparate de la actualidad cuando su deseo es permanecer en la trastienda.
Como ya es conocido, un juez, Ricardo Rodríguez, ha decidido que dos periodistas de la Cadena SER, su director, Daniel Anido, y su redactor jefe de Informativos, Rodolfo Irago, abandonen la trastienda y ocupen un lugar en el escaparate que ningún periodista desea.
Ahora, el fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, que no hace honor a su nombre, se suma al disparate perpetrado por el juez y avala la petición de penas de cárcel para Anido e Irago de la Fiscalía de Madrid. Una petición que supongo encontrará magnánima al ser sólo de 5 meses y no de 1 año y 9 meses como la condena del citado juez.
Uno entiende que el fiscal general del Estado es o debe ser garante de libertades y que dentro de éstas se incluyen las de expresión y de información. Del mismo modo que aún siendo profano en leyes, entiendo que si numerosos juristas han avalado en este caso que prevalezca el derecho a la información sobre otros derechos, resulta cuando menos sorprendente que la Fiscalía General del Estado deseche esos argumentos jurídicos y no haya conminado a la Fiscalía de Madrid a retirar su acusación y por tanto, su petición de cárcel para Anido e Irago. Y por tanto, respalde la persecución contra dos profesionales que han realizado su trabajo de forma correcta, con rigor y veracidad.
Si no fuera porque en el caso de Anido e Irago la condena implica cárcel e inhabilitación profesional podría contemplarse como una broma, ya que se condena a quien investiga la presunta red de corrupción en la Comunidad de Madrid, que entre otras cuestiones supuso en el año 2003 la repetición de unas Elecciones Autonómicas y el cambio de Gobierno por los tránsfugas Tamayo y Sáez, porque quien debería hacerlo o no lo hace o lo hace mal a la vista de los resultados.
El mundo al revés, se convierte la información en delito y al periodista en delincuente y prima la laxitud y una sensación de permisividad con el corrupto y el ladrón; en especial, si es un político. El aviso a navegantes ya es una amenaza y la mordaza se asemeja a un bozal.

domingo, 3 de enero de 2010

La segunda profesión más peligrosa del mundo

La prensa (los medios de comunicación) no está bien, pero los periodistas no andan mejor. Cerramos el año 2009 con la disparatada condena en España al director de la Cadena SER, Daniel Anido, y al redactor jefe de Informativos, Rodolfo Irago. Y abrimos el 2010 con la muerte de la periodista canadiense Michelle Lang, del Calgary Herald, en Afganistán, y con el secuestro de dos periodistas franceses de France 3, también en Afganistán.
La muerte de un periodista no es por desgracia algo nuevo. Lang no es la primera ni la última de una larga lista de periodistas muertos cuando realizaban su trabajo, a la que nosotros también aportamos nuestra cuota de pérdidas: Julio Anguita, Julio Fuentes, Ricardo Ortega, Miguel Gil, el cámara José Couso, el fotógrafo Juantxu Rodríguez. Y también nuestro pequeño milagro, el fotógrafo Morenatti, que “SÓLO” perdió un pie al estallar una bomba, que se podía haber llevado su vida.
Todos ellos encontraron la muerte cuando trataban de contarnos a través de la palabra y de las imágenes lo que estaba pasando en unos países, que en parte gracias a ellos ya no nos parecen tan lejanos, ni tan diferentes al nuestro. Lugares donde la gente trata de sobrevivir y donde estar vivo cuando cae la noche es el mayor logro imaginable; incluso superior al de alimentarse. Un vivo siente hambre; un muerto, ni eso.
En este caso las cifras no engañan y no se utilizan para “maquillar” éxitos o fracasos. La Federación Internacional de Periodista (FIP) acaba de publicar el informe de 2009: 137 periodistas y trabajadores de medios de comunicación muertos; 28 muertes más que en 2008. De esos 137 muertos, 113 fueron asesinados y sólo 24, fueron muertes por accidente.
Convendría no olvidar estos datos y estos hechos cuando con ligereza se habla de los periodistas y de la labor de informar. Y convendría no olvidarlo cuando se atribuye la condición de periodistas a un numeroso grupo de espantajos que puebla los medios de comunicación, en especial las cadenas de televisión, opinando de lo divino y de lo humano sin el menor rigor y profesionalidad.
En España y en muchos otros países, por suerte, un periodista no debe exponer su vida para ejercer su profesión. Pero no debemos olvidar que en otros países, por desgracia, los periodistas exponen a diario sus vidas para ejercer su profesión, que por si alguien lo ha olvidado es contar lo que pasar, con rigor y veracidad.
Como dicen que las desgracias nunca vienen solas, junto a los periodistas, mueren y son secuestrados de igual manera sus acompañantes, personas que hacen de traductores y guías, cuyas muertes y secuestros merecen un tratamiento informativo menor en los medios de comunicación occidentales. Pese a que como es obvio su muerte es tan lamentable y rechazable como el resto. Conviene también no olvidarlo.
Alguien me dijo una vez que la nuestra era la segunda profesión más peligrosa del mundo. Ingenuo o curioso, o ambas cosas, le pregunté sobre cuál era la primera, y sonriente me respondió que no se sabe.

viernes, 1 de enero de 2010

El rostro de la derrota

Despeinado por el viento y con barba de varios días. Deambula por las calles de la Ciudad Condal. De vez en cuando levanta la vista y contempla la luna llena.
Nunca creyó en eso de las crisis del hombre; ni en la de los 30, ni en la de los 40. Pero ya dejó atrás la treintena y ahora media la cuarentena. Nunca creyó en eso. Y ahora el cristal de un escaparate le escupe su imagen: la cara del fracaso. El rostro de la derrota.
Quizás sean las 8 horas sentado al volante. Quizás sea el agua caída estos días; necesaria, sí, pero demasiada para un gato. Quizás nunco tuvo oportunidades; o quizás las que tuvo no supo aprovecharlas.
Nunca esperó nada o casi nada de un año nuevo. Seguir vivo y no perder la esperanza ya es un triunfo. Y ahora cuando apenas faltan unas horas para enterrar el año deambula por las calles de esta ciudad que no es la suya, pero de la que también disfruta.
Siempre le gustó pisar las calles; en particular esas dos noches del año en que el sentido común avisa de que debes salir corriendo a casa para llegar a tiempo a la cena. Pero remolonea. Como si no hubiera prisa en esta última noche de año, como si las doces campanadas no nos convirtieran a todos esta noche en una Cenicienta.
Le sigue gustando caminar con pausa por la acera. Observar a su alrededor: gente con paquetes y bolsas en las manos y pasos apresurados; chicas pizpiretas, vestidas para la ocasión, y chicos con un brillo en la mirada; el vecino de un bloque sacando al perro a aliviarse, consciente de que mañana habrá de repetir la misma rutina, y los regazados, apurando el último trago en el bar.
Precisamente al final de la calle hay un bar. Diría que inusualmente lleno por la hora y el día. Entra y pide una caña. Da un trago y aprovecha para responder a uno de esos SMS que le han enviado para felicitarle el año. Jodidos SMS. El año pasado le faltaba tiempo para poder contestarlos y éste, apenas ha recibido un par.
Mira a su alrededor. A su izquierda, un grupo de amigos demora el regreso a casa con la demanda de la penúltima ronda. Más allá, la gente del bar, sentada en taburetes en el recodo al final de la barra, conscientes de que esta noche la cocina está cerrada y la barra apura los últimos servicios. A la derecha, una pareja ultima unos tragos largos. Él es el único que está allí solo. Parece un bicho raro, pero tampoco se va a poner a explicar que necesitaba estirar las piernas, desentumecerse, y que le apeteció tomar una cerveza.
La pareja de la derecha pide la cuenta, y uno de los décimos de lotería que cuelgan entre las botellas. Se van, dejando sus buenos deseos para el nuevo año. Apura su cerveza. Ni siquiera ha visto el número de los décimos, pero casi por un impulso al pagar la caña pide también uno de esos décimos. Se va, también tras dejar sus deseos de felicidad a los allí presentes.
Mala cosa empezar el año suspirando a través de un rectángulo de papel.