miércoles, 30 de noviembre de 2016

La ciudad que no despierta

Nunca he sentido especial predilección por hospitales y cementerios. Pero al regresar a Jaén y por circunstancias de la vida he tenido que visitar unos y otros con demasiada frecuencia. Hasta tal punto que hace unos años, cuando todavía estaba abierto, me encontré una mañana gris de primavera paseando por el viejo cementerio de San Eufrasio. Ya había nichos vacíos, como ojos ciegos en la pared; calles cortadas con vallas por peligro de derrumbamientos, lápidas hechas pedazos y panteones que mostraban su deterioro por la ausencia de mantenimiento. Pero el síntoma inequívoco del abandono fue aquella familia con su hija que estudiaba Medicina en Granada reclamando huesos a un operario; el mismo operario que al dirigirse a uno de los nichos vacíos y extraer del hueco un saco con huesos no pudo evitar que algunos de esos huesos abandonaran el saco en caída libre hasta el suelo. Creo que mi presencia pasó desapercibida y no me cobraron por el macabro espectáculo, pero imagino que medió entre ambas partes la correspondiente transacción, huesos a cambio de una propina.
El cementerio de San Eufrasio, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) por la Junta de Andalucía en 2011, es un claro ejemplo de cómo se hacen las cosas en esta ciudad. O de cómo no se hacen. Hay para nuestra desgracia muchos más ejemplos. Y no es una cuestión de ideologías, aunque no falten los voceros, los pesebristas e incluso los ignorantes, que los hay, dispuestos a defender una postura o la contraria en función del color político de los gobernantes de las instituciones, llámense Ayuntamiento, Diputación provincial o Junta de Andalucía. 
Había un proyecto de Patmos e IUVENTA para transformar el viejo camposanto en un parque, un jardín al estilo del que existe en muchas ciudades europeas, que permitiría disfrutar de su patrimonio arquitectónico e histórico y sin duda, lo convertiría en un lugar a frecuentar por los jiennenses y por los visitantes de nuestra ciudad. Su destino ha sido el mismo que el de otros muchos proyectos, el extravío en el camino.
Dicen que no hay dinero. Siempre la misma justificación. Pero es una verdad a medias. Es cierto que hay menos dinero y sobre todo muchas carencias y por tanto, mucha demanda. Y también es seguro que mucho de ese dinero ha ido a parar a los bolsillos de nuestros representantes políticos y sus “amiguetes” a cambio de favores, adjudicación de proyectos y en concepto de sobresueldos, indemnizaciones por imaginarios expedientes reguladores... y siempre con la financiación de los partidos políticos de fondo. 
Hay dinero. Y malos gestores. Muy malos gestores. Incapaces de tomar decisiones o responsables de tomar la decisión equivocada. No siempre, por supuesto, pero en demasiadas ocasiones y habitualmente causando un perjuicio a la ciudad y a sus habitantes. Y también hay ciudadanos acomodados, una sociedad apática y conformista incapaz de reclamar sus derechos y defender sus demandas, que en algunos casos, cuando lo hace, asume los roles de los políticos y convierte su reivindicación en imposición. Inflexibles, hablamos y no escuchamos. Desdeñamos el diálogo y el acuerdo y contribuimos a la parálisis de la ciudad. Con menos culpa que nuestros gobernantes, obviamente, pero no exentos de responsabilidad. No podemos contentarnos con votar cada equis tiempo y pensar que con depositar un papelito en una caja de cristal o de plástico ya hemos cumplido. 
Muchos coincidimos en el diagnóstico sobre las patologías de esta ciudad. Discreparemos en las soluciones, pero no tiene sentido empecinarse en acabar en las manos del forense cuando el sanador es el cirujano. 
Jaén no se mueve. Es una ciudad dormida con habitantes que no quieren despertar. Hasta tal punto que parecemos cadáveres, como esos que ya ni descansan en San Eufrasio. Frente a aquella ciudad sin sueño de Federico García Lorca donde “No hay olvido, ni sueño: carne viva” es Jaén una ciudad sin memoria, dormida, carne muerta.

Artículo publicado en el blog "En Jaén donde resisto", el 23 de noviembre de 2016. 

martes, 29 de noviembre de 2016

El adiós de Fidel

Al final era un ‘viernes negro’. Y el sábado despertamos con la noticia de la muerte de Fidel. No tengo lágrimas para la muerte de dictador alguno, pero si hay tristeza en el corazón por el adiós del revolucionario. Aquel barbudo que con otros como él lideró desde Sierra Maestra una revolución, “la revolución más hermosa” en palabras de Vargas Llosa, que daba esperanza a un continente, incluso más allá. 
Decía Cabrera Infante que las revoluciones mueren cuando triunfan y que lo que viene después es otra cosa. Quizás tenga que ver con la esperanza truncada en decepción, con los sueños y la realidad. O con esas dos Cubas, una física, que es la Isla, y otra que es la que se lleva en el corazón.
Cuba siempre ríe y llora, de alegría y tristeza. Y sangra, se duele, grita… y vive. Porque hay en la Isla un canto a la vida, hasta en la muerte. A Cuba se la ama. Y no es por llevarle la contraria a Pablo Neruda, pero no se apagarán las guitarras, aunque la patria vuelva a estar de duelo y la tierra vuelva a oscurecerse. 
Esta vez no mandó parar Fidel, paró él; aunque la realidad es que llevaba desde 2006 parado, el tiempo en que ha tardado en morir el hombre para alimentar diez años más el mito. 
Murió Fidel y hay quien festeja desde el odio y desde el rencor, pero en el fondo es una celebración de dolor; los unos, por la pérdida del comandante, del compañero Fidel; y los otros, por el abandono de la Isla, por el no retorno, por la herencia de hombres sin tierra legada de padres a hijos. 
Y también hay hienas que nunca pisaron la Isla, que no saben ni quieren saber y ríen porque es su condición. Presos de su naturaleza como el escorpión de la fábula. Y levantan las copas de la ignorancia para brindar contra el muerto al que desconocen. 
A pesar de los detractores, le acompañarán las palabras de Martí hasta su tumba de Santa Ifigenia. Sin que ahora importe demasiado que pueda ser cierta su apropiación de la figura del Padre de la Patria. Ya saben “sin ser martiano, no se puede ser bolivariano; sin ser martiano y bolivariano, no se puede ser marxista y sin ser martiano, bolivariano y marxista no se puede ser antiimperialista”. 
“La muerte es la cosecha” y en algún cielo ya se dibuja una nueva revolución. Fidel Castro, el Che Guevara y Enrique Meneses se han reencontrado en una Sierra Maestra que no aparece en los mapas; una cordillera eterna de sueños, de ideales, de esperanzas. Y Meneses, una vez más, estará ahí con la cámara de fotos y la máquina de escribir. 
¡Socialismo o muerte! Siempre será 26 de julio. Nunca faltarán quince para luchar. Ni uno para contarlo.
¡Hasta la victoria, siempre!

Foto: Fidel Castro, por Enrique Meneses. Fundación Enrique Meneses.

sábado, 26 de noviembre de 2016

Hasta en la cerveza

Como ya sabrán un año más se ha presentado la cerveza de navidad. Me enteré por las redes sociales y cuál no fue mi sorpresa al ver la foto que acompañaba la información, foto que se repetía al día siguiente en algunos periódicos locales, en la que el humorista Santi Rodríguez aparecía rodeado por políticos de distintas instituciones que le comían el terreno. 
Por desgracia es algo demasiado habitual. Los políticos nos representan en las instituciones, a pesar de que no podamos elegirlos en listas abiertas. Y a pesar de que tengamos que tragar con un simulacro de elección directa, cuando en realidad no elegimos a quien desempeñará la Presidencia del gobierno o de la comunidad autónoma. Ni siquiera a quien ocupa el sillón de la Alcaldía. Nos dan el paquete completo y cerrado en forma de papeleta y eso es lo que hay. 
Pero fuera de las instituciones los políticos no nos representan. De hecho, muchos de ellos ya ni siquiera lo hacen en las instituciones. Y su presencia e intervenciones nos causan vergüenza. 
Algunos se han apropiado de parte de nuestro dinero, con o sin sobres. La mayoría nos ha arrebatado la ilusión y por si eso fuera poco, ahora se presentan con nuestra cerveza. 
Y eso sí que no. Aunque la Cruzcampo de navidad no sea exactamente nuestra cerveza. La nuestra era la Alcázar, aquella de la que estábamos orgullosos, con la que nos sentíamos identificados y con la que teníamos una cita cada navidad. Era y siempre será nuestra rubia con espuma. 
Esa misma rubia con espuma a la que rinden homenaje con “Artcázar” los artistas Arturo Molero, Juan Carlos Contreras, Elena Ortega y ‘el Creata’. Y a título póstumo nuestro añorado ausente, David Padilla.
Qué falta de vista. Qué oportunidad perdida. No se me ocurre mejor compañía para Santi Rodríguez en esa presentación cervecera que estos creadores ‘made in Jaén’ con algunas de sus obras. 
Ahí lo dejo. Quizás el año que viene nos sorprendan y cuenten con ellos o con otros como ellos. También podían presentarnos a los maestros cerveceros que transforman el agua de Jaén en rubia con espuma y a todos los que hacen posible esta alquimia. Seguro que no nos decepcionan.
A quién corresponda, y que cunda el ejemplo, abran paso a la sociedad civil y dejen a los políticos en las instituciones; es allí donde deben cumplir su función. Porque los teníamos en la sopa y ahora, hasta en la cerveza.

 Artículo emitido en SER Jaén, "La Colmena", el 24 de noviembre de 2016.

lunes, 21 de noviembre de 2016

Persecución


Siempre pregunto que porqué correr si nadie te persigue. La realidad es que sé de lo inútil de correr porque hay cosas de las que no se puede escapar. Todos en mayor o menor medida estamos sumidos en una persecución. A mí me persigue una canción: “En cualquier fiesta”, de La Mode. 
Decían que fue premonitoria de lo que pasaría con aquello denominado “Movida madrileña”. No lo sé. A mí siempre me pareció una canción de despedida, un adiós irrevocable. 
Pero siempre vuelve. Puede que porque en el fondo no se acaba de ir, no termina de sonar y está en bucle en algún lugar de mi existencia. Quizás tenga que ver con aquella ‘Persistencia del tiempo’ que plasmara en lienzo el genio Salvador Dalí. Quizás sea ese tiempo perdido sin ser gastado, en letra de Fernando Márquez “El Zurdo”. Quizás sea la derrota sin memoria. O solo la búsqueda sin acierto de respuestas a demasiadas preguntas, de aquel otro tiempo perdido ‘proustiano’ o de aquel destinado a llegar. 
Quizás solo quede la certeza de las cicatrices como mapa contra el olvido en una tierra partida. Y en uno de sus pliegues se oculte una oportunidad para aquellos a los que se les negó una y otra vez el giro de los pies en la pista de baile. 
Recuerdo que en mi casa contaban que cuando era pequeño daba vueltas sin parar cuando oía la música. Como un derviche girando sobre sí mismo con los brazos por encima de la cabeza en busca del éxtasis.
A lo mejor la vida es un baile inconcluso a la espera de una noche cualquiera y una fiesta. Aunque es probable que nunca te inviten a la fiesta y también que si lo hacen no seas más que el convidado de piedra. O el maniquí. Ahí reside el engaño.

¨Las fiestas se dan sobre todo para aquellos a quienes no se invita”, Etienne de Beaumont.

jueves, 10 de noviembre de 2016

Un museo sin mangas

Nunca he entendido muy bien eso de las inauguraciones de la obra pública. Como norma general siempre me ha parecido algo anticuado, anacrónico e impropio de regímenes democráticos. 
Y todavía entiendo menos eso de inaugurar a trozos. Ya sé que es una mera cuestión de propaganda y boato, pero es ridículo. No tiene sentido inaugurar autovías tramo a tramo cuando su construcción acumula veinte años de retraso. 
Ahora nos anuncian la apertura parcial del Museo Íbero de Jaén a mediados de 2017. 
Un proyecto que nació hace 20 años. Cuyas obras comenzaron en 2009 para finalizar en 2012, aunque después el plazo se amplió a finales de 2015; y hasta hoy. Y cuyo presupuesto ha pasado de 18 millones de euros a casi 30 millones. 
Años de demora y mayor coste para decirnos ahora que el Museo Íbero se abrirá sin estar terminado. Algo así como si encargamos al sastre un traje y nos lo entrega sin una pernera, sin una manga y sin botones. Y nos dice, te lo pones y si eso más adelante vuelves y lo termino. En román paladino, qué cuando tengas dinero para pagarme, lo acabo. 
No me parece bien. Una cosa es una obra de ampliación o de remodelación que no impida el uso de un edificio, y por tanto, permita mantenerlo abierto aunque sea de forma parcial, y otra cosa es que un proyecto de nueva creación después de un considerable retraso se presente como si fuese un retal. 
Imagino que muchos pensarán que mejor eso que nada. Que se abra ya. Pero no es serio. Uno tiene la sensación de que casi todo en esta ciudad se hace tarde, mal o nunca. Y es absurdo. 
Según el catedrático de la Universidad de Jaén, Arturo Ruiz, es “el único museo que va a existir en el mundo de este tipo”. Porqué no empezamos por creerlo, asumirlo y tratarlo como se merece desde un principio.
¿Es qué todavía no hemos aprendido que como con el aceite de oliva, de poco o nada nos sirve tener un gran producto si luego no lo ‘vestimos’ bien y lo vendemos en una garrafa de plástico? 
Porqué no renunciamos a la propaganda y apostamos por el conocimiento.

 Artículo emitido en SER Jaén, "La Colmena", el 10 de noviembre de 2016.



miércoles, 9 de noviembre de 2016

No era no

Ya no se lleva eso de una rosa y una sonrisa. Ahora es tiempo de espinas. De esas que brillan al amanecer y buscan teñirse de sangre en una asonada entre peleles, llámense Sánchez o Díaz, que no tendrá vencedores.
En el PSOE no supieron o no pudieron matar al padre y hoy FG es un viejo iracundo inmerso en una lucha frente al espejo, donde aparece la imagen de lo que fue o creyó ser. No puede evitar el riesgo del jarrón chino, acabar hecho pedazos, aunque en su caso los fragmentos de porcelana se incrusten en la carne de los militantes socialistas. 
Ahora quieren hacernos creer que llegará el viento del norte para restañar las heridas. López, la tercera vía. Cuando la realidad es que hace mucho tiempo el rumbo señala a Grecia y a Italia. PASOK y PSI. La deriva o la desaparición o el mal menor de la escisión. Catarsis y ave Fénix. 
En el sur, el sol nos niega la luz y cuando miramos la luna vemos el dedo. Desorientados, tuertos por aquello de que en el país de los ciegos se es reina o reyes, se hacen maletas ante un futuro con la inconsistencia del castillo de naipes. 
Si ella abandona Sevilla para ir a Madrid, ¿él abandona Jaén para ir a Sevilla? Los sucesores, aspirantes a la “autoridad soy yo”, esperan que la mano que mueve los hilos haga desplomarse las fichas del dominó y les aúpe al sillón. 
Pero ¡ojo a las conspiraciones! En el Paraíso Interior, Reyes ha sufrido en carne propia el aviso a navegantes y ha visto como hacían caer a su hombre de confianza, para algunos su delfín. 
Los adversarios tradicionales son ahora los aliados, infieles pero aliados. Pero, a qué se dedican los antaño amigos y compañeros de partido. ¿recuerdan aquello de “Él que se mueve no sale en la foto”? Pues no pierdan de vista al fotógrafo. 
En el sur se preparan las maletas en lo que parece una huida hacia adelante. Un viaje a ninguna parte. Se romperá el jarrón chino o el cántaro de la lechera, puede que ambos. Y los fragmentos no servirán ni para creer en el destino, ni para marcar el camino.

Artículo emitido en SER Úbeda, el 8 de noviembre de 2016.