viernes, 31 de julio de 2009

Símbolos del pasado

Leo que ha comenzado la retirada de símbolos franquistas en la vía pública de Barcelona. Imagino el disgusto de los nostálgicos y la conversión de esta retirada en munición de gran calibre contra catalanes, rojos, masones y demás desechos de tienta, que deberían ser juzgados por tribunales terrenales, condenados y expuestos en la plaza mayor, ya que no conviene dejar todo al albur del juicio de Dios y de la historia.
Yo como los gatos ando cerca del suelo, aunque de vez en cuando tienda a las alturas. Y no lo hago sólo en mi callejón, sino en otros territorios, propios o ajenos. Que eso sí, tengo la delicadeza de no marcar. Trato de que mis sentidos estén despiertos, a ser posible más que yo, y que a ser posible también lleguen a donde yo no alcanzo.
Hace 15 años, deambulando como un gato, descubrí en el suelo de la ciudad en la que habito uno de esos resquicios del franquismo que con naturalidad conviven entre nosotros, sin que en muchas ocasiones seamos capaces de verlos o percibirlos (basta mirar las placas metálicas de las viviendas de protección oficial donde perviven el yugo y las flechas). Mi resquicio es una tapa de registro, que lucía, pulidos por las pisadas, el yugo y las flechas. Este descubrimiento supuso que durante un tiempo buscara en mi deambular otras tapas como aquella; una búsqueda fructífera porque a pocos metros descubrí otra tapa de registro luciendo su correspondiente yugos y flechas.
Lo pensé muchas veces. Incluso se lo comenté a una amiga fotógrafa; pero sólo hace 3 meses me decidí por fin a hacer la fotografía de la tapa con el yugo y las flechas. La vida a menudo se ríe de nosotros y el tiempo ha querido que una de las calles en las que hay una de esas tapas haya cambiado su nombre y ostente ahora el de un pintor, un bohemio que representa lo contrario a lo que aún, y pese a quien pese, simbolizan ese yugo y esas flechas. Pese a ese guiño de la vida, no entiendo que cueste tanto cambiar una simple tapa de registro.

jueves, 30 de julio de 2009

Copia o duplicado

Oigo o leo lo de doblar matrículas y enseguida recuerdo a aquellos forzudos de feria y su falsa barra de hierro. Así que imagino a un tipo con un coche o furgoneta robada, doblando la placa, realizando un esfuerzo físico tan poco exigente como el de los forzudos de feria. Y pienso que es una extraña forma de pasar desapercibido. Veo un vehículo circulando por la carretera con la matrícula doblada e inmediatamente imagino a la guardia civil dándole el alto. Veo un vehículo estacionado frente a un edificio público o un lugar “sensible” y rápidamente imagino a la guardia civil o a la policía examinándolo y comprobando que todo está en orden. No sería más fácil colocarle al vehículo robado una matrícula falsa, copiada o duplicada.

miércoles, 29 de julio de 2009

Reciclaje escultural


Crear desde lo supuestamente desechable; desde lo aparentemente inservible y sin embargo, reciclable. José F. Ríos es un artista local, pintor hiperrealista, escultor e ilustrador, hasta donde yo llego. Y no es poco. De hecho, su arte le ha llevado desde Orcera, un pequeño pueblo de la Sierra de Segura (en el Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas), hasta el nada pequeño Houston, en los tampoco nada pequeños Estados Unidos de América.
Afincado en la ciudad en la que habito, compartimos hace 5 años y por cosas del destino las páginas de un libro de relatos de viajes, Caminos de Jaén, de Ediciones RaRo. Él, evidentemente, con sus ilustraciones.
Conocía su pintura por una exposición en la sala de una caja de ahorros y por haber visto alguno de sus cuadros colgando de la pared de algún bar de copas. Y conocía algunas de sus originales esculturas por haberlas visto también en algún bar de copas. Y también recuerdo haber mantenido alguna conversación sobre su pintura con mi padre; debo reconocer que más de su agrado que del mío, y sobre sus esculturas, donde si existía coincidencia, es decir, que el agrado era mutuo.
Ahora, José Ríos me ha sorprendido gratamente con unas esculturas realizadas con señales de tráfico, conos de señalización, luces, hormigoneras…, material de obra reciclado, que dan vida a dos enormes pavos reales y a un jardín. Obras que se han instalado en el centro de dos nuevas rotondas, en las inmediaciones de la universidad de esta ciudad en la que habito. Arte al aire libre, a modo de museo abierto, que permite y facilita la convivencia de los ciudadanos con la cultura y contribuye a difundir una imagen vanguardista de la ciudad. Un nexo entre un presente con esbozos de modernidad y el futuro, que supongo germina en la universidad y que espero sepa disfrutar y valorar, más allá de la simple estética, estas obras de arte. Casi un símbolo: la construcción del futuro con un material que percibimos inservible. Como la propia vida.



viernes, 24 de julio de 2009

Fundamentalistas

Un periodista a la hora de elaborar una noticia debe distinguir entre información y opinión, para realizar bien su trabajo. Si tuviera que escribir una noticia sobre el aborto o sobre el anteproyecto de la nueva ley del aborto debería ceñirse a la información: explicar los principales aspectos de la ley, las diferencias con la anterior, destacar su carácter novedoso si no existiera alguna ley anterior, reseñar a sus defensores, a sus detractores y a quienes la ley les causa indiferencia, situarla en el marco jurídico de países cercanos por proximidad geográfica, política…, y como es obvio omitir su opinión sobre la misma, es decir no manifestar su rechazo, su respaldo o su indiferencia.
En el caso de tener que elaborar una columna de opinión, el asunto cambia. En este espacio, aún con la inclusión de datos meramente informativos, el periodista puede expresar su rechazo, su respaldo o indiferencia hacia esta ley e incluso, sería aconsejable, argumentarlo. Actuando así, el periodista además de ejercer el derecho de informar, con una buena praxis, estaría garantizando el derecho a la información; en ambos cumpliendo con su obligación y con las exigencias de su profesión.
Entiendo que esto es extrapolable a cualquier profesión u oficio y a las personas que los ejercen. Por eso me llama la atención la actuación y actitud de algunos de los jueces del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), porque pienso que cuando a estos jueces se les demanda un dictamen jurídico sobre el anteproyecto de ley del aborto o sobre cualquier otro asunto de su competencia, éste debe sustentarse en fundamentos jurídicos y no en convicciones personales.
De lo contrario, nos exponemos a una inviable legislación a la carta, que también debería prever los posibles cambios en las convicciones o creencias de los ciudadanos; y lo que a mi juicio es peor, a imposiciones de corte fundamentalista alejadas de criterios profesionales; porque si en un dictamen profesional tiene más peso la creencia que la ciencia para qué necesitamos los órganos profesionales y sus dictámenes.

jueves, 23 de julio de 2009

Fuegos de estío

Con el cielo plomizo y el calor azuzando como el fuego. Abrasando. Como una maldición bíblica o azteca o como un mal de ojo perenne. El verano en el Sur pone a prueba a sus gentes.
Siempre se alabó la fortaleza de gentes de otras tierras, pero por estas latitudes cuando hasta el aire hierve hay que resistir. Unos lo achacan al hábito, como si alguien pudiera habituarse a estas temperaturas y a esta sensación térmica; otros, desmereciendo, afirman que no es para tanto, y otros, aseveran orgullosos que es una cuestión de carácter.
Pero cuando el sol roza ardiendo la piel y hasta falta el aire en los pulmones porque el poco aire que hay arde como si fuera fuego, no hay hábito, descrédito o carácter al que acudir para refrescarse. Bajo estas condiciones sólo hay lugar para los instintos y entre ellos, el de supervivencia. Resistir y adaptarse. Sólo así se puede explicar que en el Sur, en estío, con el cielo ardiendo como el carro del profeta Elías, la vida continúe; se mantenga ese pulso vital y las ciudades no caigan en el letargo. Con más o menos ganas, con más o menos energías, seguimos respirando. La cabeza y el cuerpo responden, a partir de ahí, el misterio de la vida.
Mientras, en el Norte, falsos aprendices de Prometeo esparcen en campos y montes fuegos de muerte. Tierra, agua y fuego para un macabro ritual de destrucción. Suena la muerte, como preludio del dolor. Y la danza del maestro Falla se convierte en un réquiem.

miércoles, 22 de julio de 2009

Un modelo de convivencia


Tengo un amigo que parió un festival. Etnosur, encuentros étnicos en la Sierra Sur, que se celebra durante un fin de semana del mes julio en Alcalá la Real, tierra fronteriza sobre la que se alza el castillo de la Mota. En España hay un numero considerable de fortalezas de la Mota y a este trozo de tierra también le tocó la suya.
Hace 13 años de aquel sueño hecho realidad y como es evidente el festival ha crecido, han aumentando sus actividades, conciertos, cine, foros, talleres, circo, pasacalles… y el número de personas que acuden a él también. Yo se que mi amigo, Pedro Melguizo, el padre de la criatura, no es partidario de la masificación y siempre ha apostado por un festival más familiar, alejado de esos otros festivales de estío con afluencias de miles y miles de personas; pero también se que es difícil lograrlo y al final, estos encuentros étnicos que se celebran en la ciudad, se han convertido desde hace esos 13 años en destino de miles de personas durante un fin de semana del mes de julio, pero sin llegar al público de otras citas como el FIB o Pirineos Sur.
Este año, Etnosur se ha celebrado el pasado fin de semana. Y para allá nos fuimos el sábado mi santa, los peques y yo. Queríamos ir al circo, pero no logramos entrar. Los casi 100 kilómetros de distancia entre la ciudad que habito y Alcalá la Real, el tiempo que tardamos en encontrar aparcamiento y el hecho de que las puertas para acceder al recinto del circo se abren una hora antes y por tanto se petó, nos impidieron acceder. Lo siento por mis peques, pero es el peaje del éxito. Que nadie se venga a engaños, no es culpa de nadie. Hay mucha gente, muchas actividades y todos no podemos asistir a todas, cuestión de aforo. Además, en Etnosur todas las actividades son gratuitas, y tan diversas que es imposible que no congreguen a muchos espectadores. En ediciones anteriores tuve la fortuna de disfrutar con la música en directo de L’Ham de Foc, la Orchestre National de Barbés, Mawaca y Especialistas; y también tuve el inmenso e impagable privilegio de asistir a una mesa redonda de la que formaban parte Rosa María Calaf, Ramón Lobo y Fran Sevilla, para hablar sobre los corresponsales de guerra más allá del tópico de las 3 des: divorciado, depresivo y dipsómano.
No entramos al circo, de modo que para hacer tiempo hasta que empezaran las actuaciones musicales decidimos matar el gusanillo del hambre y nos fuimos al Pipiripao, un espacio para la manduca, una oferta gastronómica diversa, variada, multicolor, para todos los gustos y bolsillos; un deleite para el olfato y el gusto, pero también para la vista.
Porque Etnosur es precisamente eso, una mezcla, una fusión. El festival se celebra en el casco urbano de la ciudad; así que sus calles, sus plazas, sus monumentos, sus edificios emblemáticos y por supuesto sus habitantes se fusionan con él, forman parte de él. Durante 3 días, durante ese fin de semana de julio, la Sierra Sur, con Alcalá la Real como epicentro, ofrece un modelo de convivencia, una pauta de interacción natural entre alcalaínos y visitantes, a pesar de las diferencias estéticas y formales. No sería posible concebir este festival, estos encuentros, de otro modo.
Y aunque mis peques no pudieran ir al circo, me gusta que disfruten de esto, que vean las cosas con una perspectiva amplia, que se integren en el paisaje y que, a ser posible desde pequeños, aprendan a no juzgar o prejuzgar a alguien por su color, por su procedencia, por su forma de vestir; que comprendan que la convivencia es algo en lo que nos debemos implicar todos y que si otro mundo es posible, debemos empezar por aprender a convivir en el que tenemos. Ese es el germen de Etnosur y aunque supongo que habrá más modelos o referencias, nunca imaginé uno mejor.
Al leer esto, más de uno pensará que escribo así por amistad. Es porque no me conoce. Nunca he abusado de la amistad y en este caso concreto, la amistad me permitió conocer el festival cuando sólo era un proyecto, un sueño dormido sobre el papel, y después, cuando despertó para ser una realidad, disfrutar de él.

martes, 21 de julio de 2009

Lecciones de periodismo

Matar al mensajero. Frente a la presunta comisión de un delito, en lugar de pedir explicaciones a sus militantes y cargos públicos y si procede la asunción de responsabilidades, el PP opta de nuevo por disparar al muñeco. Tras el juez Garzón, la Policía, el Gobierno de Zapatero… ahora le toca el turno a la prensa. Pero sólo, y eso es bastante curioso, al grupo Prisa. Se ve que el PP no lee Público o que todavía no le da la relevancia a Roures y compañía que ZP y el propio Roures y sus compañeros de viaje si creen tener.
No contento con matar al mensajero, el PP también osa impartir lecciones de Periodismo. Y sin pudor alguno alude a la libertad de expresión y a la deontología profesional de los periodistas y de los medios de comunicación del grupo Prisa, por si éste no tuviera bastante con su delicada situación económica. No recuerdo clases magistrales de Periodismo del PP cuando El Mundo publicaba informaciones que ponían al Gobierno de González en la picota o cuando sus informaciones coincidían con la teoría de la conspiración del 11-M, secundada por el PP desde el mismo día del atentado, con el papelón estelar del entonces ministro Acebes.
En esto, como en tantas otras cosas, se trata de ser un demócrata; de asumir principios y valores democráticos. Y en este sistema de gobierno, según dicen el menos malo, la prensa es un pilar fundamental. Y por supuesto, la libertad de prensa. Me da igual que sea el PP, el PSOE o cualquier otro partido democrático al que le disguste el papel de la prensa cuando denuncia comportamientos irregulares o delictivos protagonizados por sus dirigentes, militantes o cargos públicos.
La prensa tan denostada, siempre en entredicho por sus servidumbres, sus excesos y su vedettismo es imprescindible, guste o no, en una sociedad democrática. Dicen que no nos enteramos de las cosas o que nos enteramos de pocas; sin la prensa seguro que no nos enteraríamos de nada.

viernes, 17 de julio de 2009

De lo efímero


Dónde estabas en los malos tiempos. Cuando la vida se rompe y apenas se puede sobrevivir. Cuando decrece la esperanza y no se alcanza a ver el final del camino. Cuando se intuye que sólo nos espera el abismo.
El jaramago ya está seco, frente a la promesa de otros brotes. Y sin embargo, en el jardín, junto al busto de Machado, florecen las rosas. Y el tiempo, si existió alguna vez, aquí se para. Poco o nada importan los aires de fuera, las buenas o las malas nuevas. En este jardín, con el silencio apenas interrumpido por fugaces pasos y ecos de alguna pasajera y ligera conversación, habita el sosiego.
Sosiego y tranquilidad conviven con la soledad. Una soledad, aquí a solas en el jardín, que no dista de mucho de otras soledades, en otros lugares, entre otras personas. Y en ese espacio en el que el tiempo no importa o parece no importar sólo se puede o se debe permanecer un momento, un instante; el suficiente para que la financiación autonómica, la corrupción del PP y sus casos Camps, Bárcenas… y la tragedia de Dalila y Rayan se conviertan en un llanto lejano, que convive con las serpientes de verano en el papel y en las ondas y que probablemente se ha convertido en una de esas serpientes; reptando día a día entre nosotros, entre la miseria individual y colectiva, sin que nadie sea capaz de darle caza. Noticias de papel y aire, con el cuerpo partido en dos como sirenas, sin que seamos capaces de vislumbrar donde dibuja el mar la línea divisoria entre lo humano y lo animal, entre lo que parece y lo que es.
En este jardín, durante un breve momento, puedes renunciar a esa realidad, a esa cotidianeidad, aún a sabiendas de que esa renuncia es ficticia. Merece la pena, aunque en ese instante uno se de cuenta de que se ha quedado solo.
Miro el busto del poeta y recuerdo sus versos:

“En mi soledad/ he visto cosas muy claras,/ que no son verdad”.

Proverbios y cantares (A José Ortega y Gasset). Antonio Machado

viernes, 10 de julio de 2009

La trompeta de Jerry


A veces la vida te tiene guardada una sonrisa. Y de la forma más inesperada te la ofrece. De modo que esa sonrisa por sorpresa te produce un gozo y una satisfacción desmesurada. Cercana a la euforia.
Algo parecido me ocurrió ayer. En la ciudad en la que habito, durante estos días hay programado un festival de jazz, con el nombre de Jazz entre Olivos, que ha traído por estas tierras del Sur a jazzistas como Chano Domínguez, Spyro Gyra, D’3 Pardo, Posé y Roper, Nono García&Tito Alcedo, Kike Perdomo, Orange Groove y el bluesman John Mayall.
En la edición de este año, la undécima, los organizadores han tenido la maravillosa ocurrencia de celebrar las actuaciones en lugares emblemáticos de la ciudad, de modo que han fusionado el jazz con calles, plazas, patios, jardines, parques… Por motivos diversos no había acudido a las primeras actuaciones y la de ayer, de un bailaor flamenco, Juan de Juan, no me llamaba la atención.
En esas estaba cuando un amigo nos comentó a otro amigo y a mí que con el bailaor actuaba Jerry González. No dábamos crédito, porque nadie había informado sobre la participación del trompetista portorriqueño venido, vía Trueba y Chano Domínguez, desde el Bronx a Madrid. Y vaya que venía. Lo confirmamos y descubrimos que además llegaba bien acompañado del percusionista Israel Suárez “Piraña”, de Antonio Serrano y su armónica y del bajista Alain Pérez, habitual de las actuaciones de Paco de Lucía. Casi ná.
¡Qué decir! Cuando Jerry se pone la trompeta en los labios, ésta se despierta y su voz de metal sube y te lleva con ella a lo más alto en esa subida. Jerry, con su sombrero blanco y sus inseparables vidrios en los ojos, incluso se arrancó con la caja a la percusión, acompañando al “Piraña”. Sublime. Las notas enroscándose en la torre de la Catedral y yo, sin vidrios en los ojos pero con los ojos como platos y una sonrisa regalada.
Decía Trueba que Jerry es el último pirata del Caribe; por eso no de es de extrañar que tras abandonar la Fort Apache Band y el Bronx e instalarse en el Foro se uniera a los Piratas del Flamenco. Y ya ven sin abandonar a su también inseparable Thelonius, sigue bebiendo del bebop y de los ritmos afros, a los que ha sumado ahora el flamenco. Sólo o en compañía del “Piraña”, de “Cigala”, de Bebo, de Calamaro y de la mano de Trueba y Limón. ¡Manteca!
Y como tengo dos piratas en casa y algo de gato, para allá regresé, deambulando por el callejón, sintiendo aún la voz y el soplo de Trump y Jerry, y exhibiendo una sonrisa que, sin saberlo, la vida me tenía guardada.

Foto del fotógrafo Francis J. Cano.

jueves, 9 de julio de 2009

Los giles de la pluma

“Los periodistas parecemos gilipollas”, dixit Carles Francino en su programa matinal de radio. Y a mí me gustaría saber si su afirmación se refiere a todos los periodistas o sólo a los que cubren ruedas de prensa donde no se permiten hacer preguntas; incluidos los de la Cadena SER.
Probablemente ese estadio de la idiotez, de alcanzarse, tenga su origen en la carencia reivindicativa de los periodistas y en su incapacidad para organizarse con garantías en torno a la profesión. Claro, que para llegar ahí sería necesario antes poner freno a las dos principales lacras del periodismo: el intrusismo y la precariedad.
Es evidente que una profesión unida y organizada tendría más capacidad y más fuerza para reivindicar mejoras en la situación laboral y en el ejercicio del periodismo. Esto último debería estar superado en algo tan elemental y básico como que un periodista acude a una rueda de prensa para preguntar y no para que le “vendan” anchoas por trajes.
Y eso permitiría a un periodista levantarse de una rueda de prensa en la que no le permiten preguntar o simplemente, no difundirla; es decir, tener capacidad para que su criterio, ya que su trabajo es el mutilado, sea tenido en cuenta por el medio de comunicación para el que trabaja.
Porque al no ser así, la aseveración de Francino, al margen de que más de un periodista alcance con creces la gilipollez, es inexacta o al menos discutible, ya que la condición de gilipollas del periodista, dudosa, le vendría dada por su propio medio de comunicación. Porque es su empresa periodística la que no le permite levantarse de la rueda de prensa y es el medio de comunicación para el que trabaja el que difunde los contenidos de esa presunta rueda de prensa a la que ha asistido.
Desde esa perspectiva, por distribuir la riqueza, y aún a costa de acusaciones de corporativismo, el calificativo de Francino más que al periodista es aplicable al convocante (persona u organización) de la rueda de prensa y a los medios de comunicación, cuyas servidumbres (manifiestas u ocultas) se anteponen a su principal activo: el periodista, y contribuyen a su desprestigio y al de la profesión.
Ruedas de prensa sin preguntas, imágenes enlatadas y facilitadas por la propia organización del acto, impedir el acceso a los medios de comunicación, y el ya tristemente famoso “no toca” vulneran el ejercicio del periodismo.
Con estos ingredientes es fácil que en ocasiones parezcan giles los que no lo son y que los que son giles, no lo parezcan.

martes, 7 de julio de 2009

A golpe de infamia

En Zelaya con zeta no hay rastro de poesía. Ni siquiera un verso. Y qué decir de Micheletti, que suena a neumático, a goma que mueve los tanques.
Pienso en el 11 de Septiembre de 1973. En Chile. Veo el asalto al Palacio de la Moneda y distingo la dignidad y la infamia.
En Zelaya con zeta y en Micheletti no aprecio dignidad. Tampoco en una parte de la Iglesia que una vez más, como en Chile, como en España y como en demasiados lugares, cede el palio a los usurpadores.
Los últimos días, tras el ruido de los sables y el sonido de las botas en el pavimento, oigo muchas voces y el ladrido de algún perro. Golpe de estado constitucional frente a golpe de estado militar. Enzarzados en un debate entre lo malo y lo menos malo, mientras la posibilidad de una democracia real en Honduras y en tantos otros países hispanoamericanos se diluye en los libros de historia.
Miramos a Lula y a Obama buscando la luz, pero una vez más las armas nos dejan a oscuras. Y en esa oscuridad, perdemos de vista la esperanza.

domingo, 5 de julio de 2009

Admiración

Todos hemos sentido admiración por alguien en alguna etapa de nuestras vidas. En algunos casos seguimos sintiéndola. Por un personaje histórico, por un familiar, por un amigo… En ocasiones esa admiración llega hasta la idolatría, sin ser conscientes de que también en muchas de esas ocasiones acabamos creando ídolos con los pies de barro.
Por diferentes motivos, esa admiración es uno de nuestros secretos mejor guardados, aunque a veces pese a nuestros esfuerzos por mantenerla oculta es tan evidente que los que están a nuestro alrededor la descubren, a nuestro pesar.
La ocultación resulta pues casi infantil en muchos de esos casos, aunque otras veces se hace desde la consciencia, a sabiendas de que la persona admirada causa rechazo y manifestar en público nuestra admiración hacia ella descubriría lo peor de nosotros mismos.
Sin embargo, existen personas que no tienen el menor reparo en enseñar la patita y declarar en voz alta su admiración por personajes abyectos, despreciables, miserables… como el mismísimo Hitler.
Eso es lo que acaba de hacer el mandamás de la Fórmula 1, el tal Ecclestone. Mostrarnos su lado oscuro, aunque supongo que para él será el perfil bueno. Hasta la fecha pensábamos que el tipo se dedicaba a jugar con cochecitos y a ganar un dineral con ello, pero ahora, tras una entrevista con “The Times”, descubrimos a un politólogo consumado. Elogia a Hitler, defiende los regímenes totalitarios frente a la democracia y propugna como primer británico a Max Mossley, presidente de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), que manipuló su apellido real Osley, pensando así que podría ocultar que su padre era el líder del partido nazi británico. Ya saben el mismo Mossley al que hace poco pillaron en una orgía al más puro estilo de la SS, incluidos uniformes nazis y presas judías.
Pensábamos que el automovilismo era un deporte, donde se corre a velocidad de vértigo y se avanza con paso de gigante en innovación y tecnología. Y ahora descubrimos que sus principales valedores van a velocidad de vértigo con el paso cambiado y que en lugar de mirar al futuro se recrean en un pasado prescindible (que conviene recordar sólo para que no se repita).
Ecclestone y Mossley, vaya derrapada.

sábado, 4 de julio de 2009

Estacionalidad

Al hacerse público el dato supe que no era tan bueno. No me mal interpreten, cualquier baja en la fila de los desheredados, aunque sea provisional como la mía, me parece una buena noticia. Pero supe que era un artificio, producto de esa palabra abominable: la estacionalidad.
Recordemos cuando se hizo público el anterior: disminución del desempleo, fin de una tendencia, brote verde, euforia de los gobernantes, silencio de la oposición… Y ahora, bueno, ahora hay un nuevo descenso, disminución por segundo mes consecutivo, pero…. se da el dato y rápidamente se fabrica otra noticia.
Desde la perspectiva de la información y de la opinión da mucho más juego, ¡donde va a parar!, la dimisión del director del CNI que el dato del paro; aunque la verdad es que la dimisión de ese tipo no le interesa a nadie o a casi nadie (a El Mundo, a una parte del PP, a Rubalcaba y poco más) y el desempleo lo sienten en sus carnes los desheredados y su entorno.
Decidí esperar un par de días para ver lo que pasaba. Y claro, no hay posibilidad de sorpresa, ya no se habla del paro. Ni unos, ni otros. Unos, porque han conseguido su objetivo, han grabado casi de forma subliminal la buena nueva de que hay menos desheredados, pero sin alharacas por lo que pueda reflejar el dato de octubre; y los otros, porque tampoco tienen pajolera idea del dato de octubre y es mejor reunirse con los empresarios para diseñar otra campaña de acoso y derribo contra los derechos adquiridos por los trabajadores. Empleo barato, despido barato, sueldos bajos, pero siempre y a ser posible los de los demás. Obligaciones sin derechos.
Yo, en mi ignorancia, nunca he entendido que se pueda crear empleo destruyendo el ya existente. Pero debe de ser un problema de formación y amistades, porque estudié en la Complutense en lugar de dar clases en Georgetown y no me codeó con ex presidentes responsables de la actual crisis económica, de Guantánamo y de la guerra de Irak, si no, fundamentalmente, con la canalla de lengua y pluma fácil, y eso sí, refinada ironía. Nada que ver con el exabrupto pretendidamente gracioso del innombrable en sus cursos hechos a medida.
La teoría es fácil para estos depredadores del estado del bienestar, porque para ellos es fácil convertir a una persona en una cifra y enviarla a la fila de los desheredados. Sin importarles que en ese tránsito se pierdan todos los atributos de las personas, la capacidad de comunicarse, la de emocionarse, la de sentir, la de comprender. Todas. E incluso tratan de arrebatarte la dignidad. Y digo tratan, porque hay un elevado número de desheredados que además de intentar abandonar la fila, luchan día a día para mantener esa dignidad. Pelean duro para no ser sólo un número en una estadística de ida y vuelta, tan del gusto de estos salvapatrias poseedores de recetas mágicas que nunca aplican. A ellos sí habría que aplicarles la estacionalidad; para no sufrirlos todo el año.

viernes, 3 de julio de 2009

Un "Sueño" al alcance de las manos

El sueño de la razón produce monstruos. Y Goya lleva ese sueño a sus grabados al agua fuerte, a sus desastres de la guerra y a sus caprichos. Los sueños a veces se convierten en pesadillas; otras, representan deseos, anhelos inalcanzados, y muchas otras, se confunden con la realidad.
En los sueños tienen cabida la fantasía, la alegoría y la vida, la propia y la ajena. En los sueños se plasma un universo íntimo, privado, confidencial. Difícil de interpretar o comprender, a pesar de los intentos de algunos como Freud.
El arte y la literatura siempre han sido y serán un refugio para los sueños y por tanto, un destino para los soñadores. En contadas ocasiones, ambos, arte y literatura, deambulan de la mano por la senda onírica, sin que sueños y soñadores puedan establecer el origen de esa simbiosis.
El sueño de la razón produce monstruos. Y Goya refleja ese sueño en una parte determinada de su obra, sin que sepamos si la sentencia es fruto de esa obra o es la obra fruto de la sentencia.
Algo parecido ocurre con los “Sueños” de Zabaleta. Ese pintor lamentablemente aún poco conocido de Quesada, un pueblecito de Jaén, que también llevó ese sueño de la razón a una treintena de dibujos de agua tinta, marcadamente surrealistas.
Una obra recogida y difundida por Cela en “El Solitario y los Sueños de Quesada”. Una selección de 25 de esos dibujos, donde la mano y la mente de Zabaleta trazan una visión onírica del mundo, el demonio y la carne. Una mirada personal a la que se unen las palabras y la propia mirada de Cela.
Ayer, alcancé uno de esos “Sueños” de Zabaleta. No me atreví a tocarlo con los dedos, pero tuve el privilegio de contemplarlo del mismo modo que lo haría el pintor de Quesada cuanto terminó de dibujarlo.
Ayer volví a Quesada. Volví al Museo Zabaleta. Y aunque tengo motivos para reflexionar sobre esta época de retornos que estoy viviendo y cuyo significado, si es que lo tiene, desconozco; preferí dejar a un lado mis sueños, mis vigilias y mis propios monstruos para disfrutar de nuevo de la obra del maestro.
El lunes pasado, la Diputación de Jaén desempolvó el dibujo “No son dragones, no”, de la serie “Sueños de Quesada”, que dormía en el Instituto de Estudios Giennenses, para cederlo al Museo Zabaleta. Y en la tarde de ayer en esos retornos que no se interpretar, ni comprender, me hallé ante el dibujo y en extraña y anacrónica comunión osé incluso tratar de verlo con los ojos de su autor.
No fue un sueño y sin embargo, ante el “Sueño”, sentí el deseo de soñar; aunque el sueño de la razón produzca monstruos.


Reproducción del "Sueño" descargada de la web de la Fundación Zabaleta, www.fundacionzabaleta.org.