martes, 21 de julio de 2009

Lecciones de periodismo

Matar al mensajero. Frente a la presunta comisión de un delito, en lugar de pedir explicaciones a sus militantes y cargos públicos y si procede la asunción de responsabilidades, el PP opta de nuevo por disparar al muñeco. Tras el juez Garzón, la Policía, el Gobierno de Zapatero… ahora le toca el turno a la prensa. Pero sólo, y eso es bastante curioso, al grupo Prisa. Se ve que el PP no lee Público o que todavía no le da la relevancia a Roures y compañía que ZP y el propio Roures y sus compañeros de viaje si creen tener.
No contento con matar al mensajero, el PP también osa impartir lecciones de Periodismo. Y sin pudor alguno alude a la libertad de expresión y a la deontología profesional de los periodistas y de los medios de comunicación del grupo Prisa, por si éste no tuviera bastante con su delicada situación económica. No recuerdo clases magistrales de Periodismo del PP cuando El Mundo publicaba informaciones que ponían al Gobierno de González en la picota o cuando sus informaciones coincidían con la teoría de la conspiración del 11-M, secundada por el PP desde el mismo día del atentado, con el papelón estelar del entonces ministro Acebes.
En esto, como en tantas otras cosas, se trata de ser un demócrata; de asumir principios y valores democráticos. Y en este sistema de gobierno, según dicen el menos malo, la prensa es un pilar fundamental. Y por supuesto, la libertad de prensa. Me da igual que sea el PP, el PSOE o cualquier otro partido democrático al que le disguste el papel de la prensa cuando denuncia comportamientos irregulares o delictivos protagonizados por sus dirigentes, militantes o cargos públicos.
La prensa tan denostada, siempre en entredicho por sus servidumbres, sus excesos y su vedettismo es imprescindible, guste o no, en una sociedad democrática. Dicen que no nos enteramos de las cosas o que nos enteramos de pocas; sin la prensa seguro que no nos enteraríamos de nada.

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