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domingo, 21 de febrero de 2021

El fuego que no cesa

Desde el Sur tenía uno la convicción de que ardía la tierra que habito, fruto del enfado, el hartazgo y la frustración ante decisiones sospechosas de arbitrariedad.
Y ese fuego, que en el caso de Jaén era metafórico, se ha tornado real en otros lares. Y ahora sí, arden las calles y grupos descontrolados en un ejercicio de violencia aplican fuego que lejos de iluminar contribuye a ensombrecer.
Las llamas se apropian de las ciudades y a la par que queman contenedores y parte del mobiliario urbano van achicharrando argumentos y desvirtuando la legítima reclamación de la protesta. 
Un rapero, un tal Hasel, de dudoso gusto y escaso talento musical, es condenado. Según unos, por la letra de sus canciones, y según otros, por la acumulación de delitos. El caso es que una vez más el trasfondo es la libertad de expresión, que debería ser clara en este país tras décadas de democracia y a tenor de donde veníamos. 
Lejos de eso, la aplicación de dicha libertad es tan caprichosa como esas otras sospechosas decisiones en ámbitos políticos y judiciales. El caso es que se aplica de forma desigual y curiosamente la responsabilidad penal siempre recae a la izquierda, con la inestimable ayuda de los diferentes grupos de presión; y entiéndanse estos en su amplitud y variedad. 
No creo que todo esto sea por aquello de que el fuego purifica. Es indudable que los fuegos y las descontroladas protestas están levantando una gran cortina de humo, que beneficia a muchos y ninguno de ellos es el rapero condenado. 
El fuego siempre ha logrado atrapar la atención del que lo contempla y esa fascinación hace que se mantenga la mirada en él y no se fije o se desvíe a otros focos, que quizás literal y visualmente no arden pero achicharran. 
Y en estos casos, tanto en Jaén como en esos otros lares, siempre observo que sobran pirómanos y escasean los bomberos. Será por esa fascinación del fuego o por la creencia en el descenso a los infiernos. O será porque más allá de las llamas lo realmente importante es el humo; cuanto más, mejor.

martes, 29 de marzo de 2011

Los estamentos intocables

El de la libertad de expresión es un viejo debate. La Constitución Española de 1978 la reconoce en su artículo 20, de igual modo que lo hizo con anterioridad y como uno de los derechos fundamentales la Declaración Universal de Derechos Humanos en 1948. Y sin embargo, como en tantos temas objeto de debate, no hay acuerdo y sus límites son una delgada línea cuya marca corresponde a los jueces.
No debería pues causar sorpresa que esa marca sea flexible e incluso inexistente cuando concierne a algunos políticos o a profesionales de la opinión, que parecen disponer de patente de corso para amparados en esa libertad de expresión repartir estopa verbal a diestro y siniestro, adentrándose en territorios colindantes a la calumnia y la injuria. Y que esa flexibilidad desaparezca y la marca se convierta en una gruesa franja cuando se cuestiona el uso de la libertad de expresión en el ámbito de la cultura; en particular, cuando la creación aborda directa o indirectamente asuntos o cuestiones religiosas, ya sea en el terreno de las creencias o en el de los actos de los representantes de esas creencias.
Desde esta perspectiva se puede decir que poco hemos avanzado como sociedad cuando la Iglesia, la Corona y otros estamentos e instituciones siguen siendo o pareciendo intocables, con usos más propios de estados feudales que de sociedades democráticas avanzadas.
Con anterioridad se han visto expuestos en la plaza pública diferentes creadores de la pintura, la escultura, la fotografía, el cine y otras modalidades artísticas, desde el mundo de las letras al de la moda, por el contenido o la temática de sus obras. Y ahora le ha tocado el turno a Leo Bassi, un artista siempre polémico en sus creaciones, ya que la polémica es un elemento indispensable en la obra de aquellos que como él buscan a través de la misma la denuncia social.
Podría afirmarse que Bassi es pantagruélico en sus creaciones y que acude a la provocación como antesala de la reflexión. Incluso puede ser tildado de irreverente. Y aún así, admitir una querella en los tribunales contra el actor y contra el rector de la Universidad de Valladolid, Marcos Sacristán, por una creación de Bassi crítica con la Iglesia Católica es una muestra de desmesura, que desvirtúa y descontextualiza la creación artística y profundiza en una corriente de involución donde el grosor de determinadas líneas se marca con ligereza o con esmerada precisión y contribuye a reforzar esa condición de intocables de determinados estamentos.

lunes, 11 de enero de 2010

El mundo al revés

El fin de semana nos deja la muerte del corresponsal británico, Rupert Hamer, del Sunday Mirror, en Afganistán, junto a un marine estadounidense y a un soldado afgano. En la colisión de un vehículo militar con una pequeña bomba casera también resultó heridoal fotógrafo británico, Philip Coburn, compañero del periodista muerto.
En algunos lugares del mundo los periodistas siguen exponiendo sus vidas para ejercer su profesión. En España, hoy un periodista no expone su vida por ejercer su profesión, pero está expuesto a numerosos riesgos que dan a su trabajo un plus de peligrosidad no deseado y que le sitúa en el escaparate de la actualidad cuando su deseo es permanecer en la trastienda.
Como ya es conocido, un juez, Ricardo Rodríguez, ha decidido que dos periodistas de la Cadena SER, su director, Daniel Anido, y su redactor jefe de Informativos, Rodolfo Irago, abandonen la trastienda y ocupen un lugar en el escaparate que ningún periodista desea.
Ahora, el fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, que no hace honor a su nombre, se suma al disparate perpetrado por el juez y avala la petición de penas de cárcel para Anido e Irago de la Fiscalía de Madrid. Una petición que supongo encontrará magnánima al ser sólo de 5 meses y no de 1 año y 9 meses como la condena del citado juez.
Uno entiende que el fiscal general del Estado es o debe ser garante de libertades y que dentro de éstas se incluyen las de expresión y de información. Del mismo modo que aún siendo profano en leyes, entiendo que si numerosos juristas han avalado en este caso que prevalezca el derecho a la información sobre otros derechos, resulta cuando menos sorprendente que la Fiscalía General del Estado deseche esos argumentos jurídicos y no haya conminado a la Fiscalía de Madrid a retirar su acusación y por tanto, su petición de cárcel para Anido e Irago. Y por tanto, respalde la persecución contra dos profesionales que han realizado su trabajo de forma correcta, con rigor y veracidad.
Si no fuera porque en el caso de Anido e Irago la condena implica cárcel e inhabilitación profesional podría contemplarse como una broma, ya que se condena a quien investiga la presunta red de corrupción en la Comunidad de Madrid, que entre otras cuestiones supuso en el año 2003 la repetición de unas Elecciones Autonómicas y el cambio de Gobierno por los tránsfugas Tamayo y Sáez, porque quien debería hacerlo o no lo hace o lo hace mal a la vista de los resultados.
El mundo al revés, se convierte la información en delito y al periodista en delincuente y prima la laxitud y una sensación de permisividad con el corrupto y el ladrón; en especial, si es un político. El aviso a navegantes ya es una amenaza y la mordaza se asemeja a un bozal.

jueves, 12 de noviembre de 2009

La bloguera bloqueada

Yoani Sánchez, premio Ortega y Gasset 2008 de Periodismo (el mismo año que fue galardonado con el premio Gervasio Sánchez) y sin duda la bloguera cubana más internacional, se asomaba hace unos días de nuevo a la actualidad por ser agredida por la policía cubana cuando acudía a una manifestación en La Habana.
Es la paradoja de la Isla, tiene su particular muro de la vergüenza con el bloqueo impuesto por Estados Unidos y que como cualquier muro penaliza a los ciudadanos y mantiene los privilegios de los gobernantes, y a la vez padece el bloqueo que sus dirigentes aplican a cubanos como Yoani.
Entre tanto muro es difícil construir un futuro, en ocasiones cuesta siquiera imaginarlo; pero el pueblo cubano no se da por vencido, busca los resquicios en la pared y abre ventanas al mundo, como el blog Generación Y; ventanas para observar y por tanto, para ser observados.
Y en esas miradas cruzadas hay cabida para todo o para casi todo: alineamiento y oposición, comprensión e incomprensión, apoyo y rechazo… Yoani se ha convertido en un símbolo dentro y fuera de Cuba, lo que le hace sumar detractores y defensores. En ocasiones hay tanta pasión en ese ataque y esa defensa que se acaba por desvirtuar la realidad y por olvidar la historia, constituida por pasado y presente y no sólo por lo que acontece en la Isla hoy o desde el año 1959.
Esa tendencia a mirar la Isla con una perspectiva de sólo medio siglo convierte al viejo comandante en el epicentro de cualquier debate y lo limita a lo blanco o a lo negro, exento de cualquier matiz cromático. Y en esa disputa, la bloguera cubana continúa siendo un símbolo, pero la realidad es que se convierte en la bandera que enarbolan tanto los que atacan como los que defienden; de modo que en España lo mismo sirve para que el diario El País le de un premio, como para que el ex locutor de la COPE de lengua rápida le de bola en su engendro digital.
Yoani Sánchez sufre el bloqueo de sus gobernantes. Es víctima de un muro no tangible levantado por sus gobernantes. A este muro de vergüenza se unen otros muros que sirven para construir celdas individuales y colectivas, instrumentos que cercenan por tanto libertades individuales y colectivas. Además, fuera de Cuba, muchos otros se empeñan en aplicar otros bloqueos y tratan de explicar lo que dice o de utilizarlo en su provecho. Ella no lo necesita. Es filóloga, conocedora avezada de letras y palabras, que plasma bien claras en su blog Generación Y. Para que nadie se confunda.
Porque algunos prefieren seguir nadando en la confusión y optan por no distinguir entre la teoría inequívoca, obra de los ideólogos, y la equívoca aplicación de ésta, fruto de los gobernantes. Por ello no es conveniente confundir la agresión con derechos o valores. Los golpes siempre son golpes y nos hacen peores.
Foto: Yoani Sánchez, AFP.

viernes, 2 de octubre de 2009

Mañana, en Italia

Hoy, 2 de octubre, parece un día importante porque en Dinamarca el Comité Olímpico Internacional (COI), una organización que parece poco democrática y con un sistema de elección más que discutible para designar sede olímpica (cabe recordar la elección de Pekín a pesar de la violación de derechos humanos) y donde aparenta pesar más la capacidad de presión que las bondades de un proyecto, decidirá si Madrid alberga en 2016 unos juegos olímpicos. Yo tengo una corazonada, un deseo como madrileño, pero también una esperanza de justicia, y me “río”.
Sin embargo, es más importante para el futuro de España, incluida Madrid, y del resto de Europa lo que hoy está pasando en Irlanda, el nuevo referéndum sobre el Tratado de Lisboa y su resultado.
Y a pesar de ello y consciente de la repercusión y de las consecuencias de ambas citas en una misma fecha, yo hoy miro a Italia, pensando en mañana.
No voy a descubrir ahora a Berlusconi, il nuovo ducce, y tampoco es mi intención perder tiempo hablando de él, sino más bien de lo que provoca. Eso sí, lamento que la Italia de Da Vinci, de Maquiavelo, de Dante, de Petrarca, de Miguel Ángel, de Caravaggio, del “bello” Rafael, de Palladio, de Botticelli, de Brunelleschi, de Virgilio, de Horacio, de mis admirados Leonardo Sciascia y Giuseppe Tomasi di Lampedusa, de Alessandro Manzoni, de Leopardi, de Umberto Eco, de Camilleri, de Fo, de Moravia, de Antonio Gramsci, de Norberto Bobbio, de Fellini, de Rossellini, de Antonioni, de Visconti, de Ettore Scola, de Vittorio de Sica, de Anna Magnani, de Sofía Loren, de Marcello Mastroianni, de Verdi, de Puccini, de Rossini, de Antonio Di Pietro, de Giovanni Falcone…y del gabacho Garibaldi, de tantos otros, esté en manos de este tipo.
Mañana en Italia, lo nunca visto en un Estado de la Europa democrática, manifestación de la prensa, espero que no sólo de la prensa, para defender la libertad de expresión y la libertad de prensa. Contra el tirano y sus modos de gobierno. Contra la caricatura a la que un “bufón delirante” (en palabras de Camilleri) somete a un país que un día fue cuna de la civilización. Sólo se me ocurre gritar desde aquí ¡Forza Italia!
Dice el perseguido y amenazado escritor italiano Roberto Saviano, en su artículo “Por la libertad de prensa en Italia” (El País, viernes 2 de octubre de 2009; edición impresa, y en http://www.elpais.com/articulo/opinion/libertad/prensa/Italia/elpepiopi/20091002elpepiopi_14/Tes, edición digital), que su país “se está volviendo malvado” y que “Se equivoca quien os pida cambiar de ideas. Se trata de cambiar de actitud respecto a los métodos de quien os representa”. Frase sin duda de universal recomendación y cuyo contenido es de aconsejable y necesaria aplicación en España.
Y finalizo, también con las palabras de Saviano, “Para que en cualquier país democrático no vuelva a suceder que expresarse sobre lo que ocurre pueda significar tener que pagar con el alma, con el cuerpo con la sangre. Ésa es la libertad de prensa”.
Mañana, desde el Sur, desde la ciudad que habito, yo estaré en Italia.

martes, 21 de julio de 2009

Lecciones de periodismo

Matar al mensajero. Frente a la presunta comisión de un delito, en lugar de pedir explicaciones a sus militantes y cargos públicos y si procede la asunción de responsabilidades, el PP opta de nuevo por disparar al muñeco. Tras el juez Garzón, la Policía, el Gobierno de Zapatero… ahora le toca el turno a la prensa. Pero sólo, y eso es bastante curioso, al grupo Prisa. Se ve que el PP no lee Público o que todavía no le da la relevancia a Roures y compañía que ZP y el propio Roures y sus compañeros de viaje si creen tener.
No contento con matar al mensajero, el PP también osa impartir lecciones de Periodismo. Y sin pudor alguno alude a la libertad de expresión y a la deontología profesional de los periodistas y de los medios de comunicación del grupo Prisa, por si éste no tuviera bastante con su delicada situación económica. No recuerdo clases magistrales de Periodismo del PP cuando El Mundo publicaba informaciones que ponían al Gobierno de González en la picota o cuando sus informaciones coincidían con la teoría de la conspiración del 11-M, secundada por el PP desde el mismo día del atentado, con el papelón estelar del entonces ministro Acebes.
En esto, como en tantas otras cosas, se trata de ser un demócrata; de asumir principios y valores democráticos. Y en este sistema de gobierno, según dicen el menos malo, la prensa es un pilar fundamental. Y por supuesto, la libertad de prensa. Me da igual que sea el PP, el PSOE o cualquier otro partido democrático al que le disguste el papel de la prensa cuando denuncia comportamientos irregulares o delictivos protagonizados por sus dirigentes, militantes o cargos públicos.
La prensa tan denostada, siempre en entredicho por sus servidumbres, sus excesos y su vedettismo es imprescindible, guste o no, en una sociedad democrática. Dicen que no nos enteramos de las cosas o que nos enteramos de pocas; sin la prensa seguro que no nos enteraríamos de nada.