viernes, 26 de febrero de 2016

#enJaénsiHay

#enJaénsiHay. Hay talento, hay ganas y mucho trabajo y esfuerzo. Algunos lo sabemos desde hace tiempo, otros no quieren enterarse y los hay que directamente no se enteran. Pero falta el empujoncito. El impulso de las administraciones públicas. 
No todo es poner dinero. Se puede apoyar la cultura difundiéndola, cediendo espacios, dando oportunidades, renunciando a las listas negras, apostando por incluir frente a la exclusión, reconociendo el talento y valorando a los de aquí y desterrando ese catetismo ilustrado tan del gusto de nuestros gobernantes y allegados. 
El sábado la cultura tomó las calles en Jaén. Con alegría, con mucho arte, pero también hablando claro y fuerte. Diciendo que queremos más, de lo de fuera, pero también de lo de dentro. 
Me dicen que había mucho 'postureo'. Mucho figurante. Y es probable que algo de eso hubiera. Y también había algunos que se ponen el traje de la cultura creyendo que así ocultan los ropajes del mercader. Como si no fueran compatibles el ocio y el negocio. 
Pero eso es lo de menos. Lo importante es que ¡por fin! se agita la ciudad dormida. Que los creadores y los destinatarios de la cultura, que somos todos, sabemos qué queremos y cómo lo queremos. 
Estamos hartos de que el tren de la cultura pase de largo. Que haga parada en Córdoba y casi siempre en Graná. Y aquí, de lo poco, ná. Que tengamos que ir porque aquí no vienen. 
Y para colmo, los de aquí se van aburridos, porque nos les contratan, porque no les pagan, porque no hay teatro, no hay conciertos, no hay... ná de ná. Pero sí hasta los cines los llevamos a las afueras como si fueran burdeles de carretera. 
Es decir, que #enJaénsiHay, hay materia prima, pero falla la estructura y la infraestructura. Y también fallamos nosotros, cuando no participamos, cuando aceptamos que esto no tiene remedio y cuando nos dejamos invadir por la nube negra. 
El sábado la cultura salió a la calle y dijo aquí estamos, queremos estar aquí. Veannos, en Jaén somos y existimos, no miren hacia otro lado. No busquen más excusas. 
Y ahora, ¿qué? Es muy sencillo, crean en la cultura y apuesten por ella. Y crean y apuesten por los de aquí.
Además la cultura genera empleo y contribuye al desarrollo social, económico y mental. 
#enJaénsiHay, pero no hay ¡He ahí el dilema!

Artículo emitido en SER Jaén, "La Colmena", el 24 de febrero de 2016.

viernes, 12 de febrero de 2016

Margarita

Fue en un intervalo breve de tiempo. Primero, uno, y luego, el otro. Los abandonaron a ambos. Y en lugar de lamerse las heridas se dedicaron a mojarlas en alcohol. 
Eran jóvenes y sus cuerpos aguantaban. Las resacas solo duraban media mañana y se atajaban con unas horas de sueño, una ducha y unos botijos de Mahou. 
Durante la semana les ocupaba el trabajo, pero los viernes y los sábados por la noche eran los mejores representantes de aquel peculiar club del alcohol. 
Dicen que la mancha de una mora con otra mora se quita y ellos se confiaron a los encantos de Margarita. Comenzaban con unas birras en los viejos bares de Tetuán y después casi por inercia encaminaban sus pasos al mejicano. Y allí estaba Margarita, servida muy fría en aquella copa de cóctel, grande y abundante.
No sabría decir ni un solo platillo de los que se servían, tampoco cuáles habría probado y por supuesto, ignoraba las margaritas que podían beberse en una noche, nunca las contó a partir de la segunda. 
Había algo de delirio y desesperación en aquel ritual. Las cervezas previas habían allanado el camino y ellos estaban listos para su ofrenda de fin de semana. La sal en el borde de la copa emulaba a los labios perdidos y el tequila mezclado con la lima era como aquella piel tantas veces acariciada, pero el cristal, frío y duro, les impedía olvidar y dejarse llevar plenamente por aquella fantasía. 
El tequila no era algo nuevo para ellos, habían vivido la época de los 'coscorrones' en aquella taberna de Noviciado, en la calle de la Palma, y la habían seguido por su cuenta en aquella cantina de la calle Pozas, donde las margaritas no emulaban labios ni pieles perdidas pero quemaban la traquea como el recuerdo de una mujer quema las entrañas y donde el tequila con sal y limón sabía a colonia. Y también se habían adentrado por la senda del mezcal, con su sabor a madera y aquella sensación de haber perdido la cabeza o haberla cambiado por un yunque en la mañana siguiente. 
Duró un tiempo. Ese que como las copas para olvidar no se sabe contar. Uno de ellos encontró el fruto para borrar la antigua mancha y poco a poco fueron perdiendo contacto hasta que dejaron de verse. Hoy es un reconocido empresario, marido y padre ejemplar de dos vástagos. El otro cambió su ciudad por una ciudad junto al mar. Y puestos a cambiar sustituyó a Margarita por un tequila reposado que también ayuda a recordar y del que tampoco lleva la cuenta a partir del segundo. De vez en cuando acodado en la barra de un bar levanta la copa y brinda ¡Viva México! y los más cercanos le oyen murmurar entre dientes ¡qué carajo!

jueves, 11 de febrero de 2016

Entre trileros y titiriteros

No deja de ser curioso el interés por poner el foco en unos titiriteros para que apartemos la vista de los trileros. Envían a los de las marionetas a la cárcel y sin fianza, y a otros que también gozan de dedos hábiles, pero que los usan para trincar el dinero público, intentan no sentarlos en el banquillo, les ponen fianzas de risa o les dan un sillón en parlamentos o ayuntamientos.
Por si no fuera suficiente el rugido de la caverna con el tema de los titiriteros, tan errados en su uso de la libertad de expresión como desmedida la vara que se les ha aplicado para castigar su desmesura, intentan teledirigirnos para forzar el pacto de gobierno que interesa al poder económico, en cuya propuesta siempre aparece ciudadanos. Sin importar que ni siquiera traten de disimular su origen y sus intenciones. 
Ahora ha pasado en el ayuntamiento de Jaén, pero mañana puede pasar en cualquier otro o en la propia Junta de Andalucía, donde con sus votos sostienen a Susana Díaz. 
Como saben, Ciudadanos obtuvo tres concejales en las pasadas elecciones municipales y ante la ausencia de mayoría absoluta su interés se ha centrado en que les liberaran con cargo al erario público, dada la boyantía del consistorio jiennense. 
El ex alcalde, Fernández de Moya, les concedió una liberación parcial y el nuevo alcalde, Márquez, ha pagado hasta el 90 por ciento, para intentar garantizar su mandato a ser posible sin sobresaltos. O solo con los que causan sus concejales, como el de Tráfico insultando a policías y bomberos y el de Personal y Comunicación, ex de Hacienda, dando el visto bueno a una sospechosa permuta de terrenos.
Desautorizados por la dirección regional por trincar la pasta, los tres concejales de Ciudadanos antes de que les echen han preferido pasarse al grupo de no adscritos, que es según el Tribunal Constitucional un modo de transfuguismo. 
Y para rematar, Podemos Jaén reniega de su concejal Andrés Bódalo y de su consejero ciudadano municipal David Peñafuerte. Vamos que en las divergencias los partidos emergentes se asemejan a la casta.
Serán los carnavales, febrerillo el loco o que los titiriteros que mueven los hilos no actúan en la calle.

Artículo emitido en SER Úbeda, el 10 de febrero de 2016.

miércoles, 10 de febrero de 2016

Closed

No se engañen, en Jaén no necesitamos que venga nadie de fuera a poner palos en las ruedas. Que algunos de esos tampoco ayudan, es verdad. Pero con los de aquí, sobra y basta.
Discutimos de la importancia del turismo. Analizamos su papel como motor de desarrollo económico y social. Lo calificamos como sector estratégico y lo unimos a la cultura para incluirlo en eso que llaman ahora nuevos yacimientos de empleo. Y no solo para la ciudad, sino para el resto de la provincia y la propia Andalucía. 
Y a la hora de la verdad, los turistas que vienen a Jaén no pueden visitar los monumentos porque están cerrados. Los vecinos de Jaén, tampoco. Se incumple la ley, sí, pero es que además no hay forma de saber sí abren, cuándo lo hacen y en qué horario.
Según el artículo 14.3 de la Ley de Patrimonio Histórico Andaluz, los monumentos declarados BIC (Bienes de Interés Cultural) deben abrir al público cuatro días al mes y de forma gratuita, “en días y hora previamente señalados, constando esta información de manera accesible y pública a los ciudadanos en lugar adecuado del BIC”. 
La capital jiennense cuenta con seis monumentos declarados BIC (cuatro privados y dos, públicos): la Catedral, el Arco de San Lorenzo, la capilla de San Andrés, el palacio de los Cobaleda, la iglesia de Santo Domingo y la plaza de armas del Puente Tablas. Y otros espacios como el cementerio de “San Eufrasio”, abandonado y por supuesto, cerrado al público. 
Su apertura es una vieja demanda de la ciudad. Retomada ahora por la asociación “INICIATIVAS, andamios para las ideas”. Primero, presentó un escrito con esta petición en la delegación provincial de Cultura el 29 de julio de 2015, que según la propia consejera de Cultura nunca llegó a Sevilla. Debe ser por eso de la pérdida de la silla del que va a Sevilla o por la leyenda negra de los carteros, que no garantizan ni la entrega del correo electrónico. 
Y ahora, han presentado una moción en el pleno municipal para sumar a los grupos municipales a este debate y que respalden la petición. ¡qué no es tan difícil!, Digo yo. Aunque los precedentes no invitan al optimismo; hace más de 20 años, otra asociación ciudadana, “Amigos de los íberos”, reclamaba la reversión a la ciudad de la antigua cárcel y la construcción en ese terreno de un museo íbero. 
20 años más tarde seguimos sin museo y al paso que van las obras, cuando se abra el museo, junto al valioso legado íbero de Jaén nos expondrán a más de uno como vestigio del pasado. Esperemos que al menos se abra a los visitantes, incluso en domingos y festivos, y que para entonces, también los monumentos BIC cumplan la ley y puedan ser visitados.
  
Artículo emitido en SER Jaén, "La Colmena", el 10 de febrero de 2016.

sábado, 6 de febrero de 2016

La trinchera

Miro al suelo. Levanto la vista y calculo la distancia para determinar el lugar idóneo donde empezar a cavar. Trazo una línea imaginaria horizontal y otra, vertical. Vuelvo a desaparramar la mirada por los cuatro puntos cardinales y me pregunto si aún es posible la equidistancia. Podría tratar de engañarme, pero sé cuál es la respuesta. La pala me delata. 
Y sin embargo, podría experimentar una última pirueta. Convencerme de que voy a cavar un agujero donde arrojar los oscuros pensamientos y enterrar parte del lastre que nos condena y nos amarra como el ancla al fondo del mar. Pero no hay zulo que valga, es tiempo de trincheras. 
Han abierto la caja de los truenos. Quieren amedrentarnos con el ruido y hacernos creer que hemos perdido el norte, porque oímos tronar pero no hay ni rastro ni amenaza de tormenta. Es el mismo cielo de aquellos “días azules y ese sol de la infancia” del último aliento del poeta. 
Son los de siempre. Los que gritan desde la caverna. Los heraldos negros pregonando el caos. Los matones impunes. Los encantadores de serpientes. 
Hundo la pala en la tierra para cavar dos trincheras. La real, para cuando vengan. Porque vendrán. Y la ficticia, en la que te escondes o resistes a veces por impulsos y otras simplemente para respirar. 
Quizás la vida sea una sucesión de trincheras. Una batalla continua contra el otro y contra el yo, en la que unas veces se gana y otras se claudica, pero siempre se paga un tributo. Solo que ahora no toca claudicar.
Esta vez no van a pasar. Compartiré la trinchera con aquellos que estén dispuestos a resistir y que no necesiten fusiles y bayonetas para luchar. Con aquellos que no retrocedan ante el miedo, conocedores de que la luz acaba con la oscuridad de la caverna. 
Resistir o emerger. ¡Vaya dilema!