domingo, 24 de julio de 2011

Talentos ocultos

En ocasiones algo tan básico como echar un pestillo para cerrar la puerta de un aseo puede convertirse en un rompecabezas. Y nos revela lo imposible de algunos de los elementos o de las situaciones que vivimos cotidianamente.
La solución improvisada es sencilla, basta con hacer un agujero en el marco de la puerta y el pestillo encuentra el espacio para cumplir con la función para la que está destinado. Mientras que su par queda expuesto a la soledad en el otro lado de la puerta, sin uso posible y por tanto, mostrando su inutilidad.
En el espacio que separa a ambos queda lugar para la elucubración sobre la profesionalidad o conocimientos de quien instaló este mecanismo de avanzada tecnología y sobre el talento de quien diseñó y transmitió las directrices para su instalación. Y queda la duda de saber si algún usuario se creyó capaz de correr el pestillo, preso de un talento oculto.

sábado, 23 de julio de 2011

La bajada del telón

Terminaron en Baeza los días de teatro. UNIAescenaBaeza bajó el telón. Atrás quedan dos semanas en las que he tenido el privilegio de disfrutar con cuatro espectáculos teatrales. Cuatro obras diferentes que refuerzan la concepción de este proyecto como una muestra de artes escénicas.
El teatro comprometido de La barraca del Zurdo, de la compañía Laví e Bel, y el espectáculo de percusión Sensormen, del grupo Yllana, para algunos un valor seguro en lo alto de un escenario. Y dos apuestas por el teatro clásico, desde dos prismas opuestos; De Fuenteovejuna a Ciudad Juárez, de la compañía The Cross Border Project, y Auto de la Sibila Casandra, de la compañía Nao d’amores.
En caso de duda conviene no perder de vista los clásicos. Y en esto, el teatro no es distinto a otras expresiones artísticas e incluso vitales. De Fuenteovejuna a Ciudad Juárez, recientemente galardonada en el Almagro Off, del Festival de Teatro de Almagro, es una adaptación de la obra de Lope a la realidad de esta ciudad fronteriza mejicana; desgraciadamente conocida por el asesinato masivo de mujeres, lo que se ha denominado feminicidio. Una actualización de un clásico, que sorprende por la cuidada adaptación de texto y contexto a una realidad geográfica diferente, pero que evidencia la universalidad y la vigencia del asunto abordado por el autor español, pese a los siglos transcurridos, y que no es otro que el abuso de poder y la ausencia de justicia.
El Auto de la Sibila Casandra es justo lo contrario, la recuperación de una pieza clásica manteniendo en escena los elementos originales de la misma: lenguaje, música, vestuario…
Tenía referencia de la compañía Nao d’amores por su representación de la obra El cristo de los gascones. Y de su directora de escena, Ana Zamora, por ser reconocida como uno de los valores jóvenes con más talento y proyección en las tablas españolas y por haber participado en anteriores ediciones de la Escuela de Teatro de la UNIA. Incluso reconozco que el nombre de la compañía me gusta y que me resulta evocador; y por supuesto, una declaración de intenciones de lo que profesan sus componentes hacia el teatro.
Hay quien sólo contempla el mundo del espectáculo, en sus distintas expresiones, como un trampolín al éxito y a la fama; y por tanto, como sinónimo de enriquecimiento. No son pocos, pero sin duda son la excepción. Porque hay otros, como Nao d’amores, que transmiten pasión y respeto. Gente que cree en lo que hace, que ama lo que hace y que lo ofrece generosamente al resto.
Quizás no todo el mundo pueda apreciar una representación de teatro medieval, con música medieval y en castellano antiguo; lo que exige una atención extra del público, pero sobre todo de los actores, que no sólo deben aprenderse el libreto en una lengua que es la suya, pero cientos de años atrás, sino que también deben interpretarlo. Quien logra apreciarlo, además de sentirse transportado unos siglos, es consciente de que asiste a una representación teatral mayúscula.
Dicen que todos tenemos algún talento, pero aunque no sea así, es un privilegio disfrutar del talento de los otros. Un privilegio que de una forma u otra siempre está a nuestro alcance y al de nuestros bolsillos y por el que recibimos más de lo que ofrecemos: un calculado silencio, la mirada expectante como la de un niño, una ovación cerrada y una respetuosa incorporación, para, ya erguidos, seguir aplaudiendo hasta que baja el telón y continuamos con nuestras vidas.

viernes, 15 de julio de 2011

La barraca del Zurdo

Días de teatro en Baeza. La muestra de artes escénicas UNIAescenaBaeza, que se celebra a la par y como complemento de la Escuela de Teatro de la UNIA, permite durante dos semanas disfrutar de un amplio programa de teatro, danza y títeres.
Representaciones como La barraca del Zurdo, de la compañía Laví e Bel. Una barraca contemporánea a aquella otra sobradamente conocida por ser su promotor aquel poeta y dramaturgo granadino asesinado en el mes de agosto del 36; Federico García Lorca, muerto por las balas, pero abatido por el germen de la intolerancia, por rancios modos y creencias, por la irracionalidad del exterminador y por todo aquello que revestido de decencia socava desde el provincianismo oscuro y profundo la convivencia, la fraternidad y la libertad.
Leí una referencia hace tiempo sobre esa barraca del Zurdo en un texto sobre las Misiones Pedagógicas de la República Española, pero sólo hace unas semanas he conocido la historia de Daniel Buenaventura “el Zurdo” y su barraca, por programarse esta obra en la edición de UNIAescenaBaeza de este año.
La barraca del Zurdo es la historia de una familia de la farándula, de 1920 a 1983; o lo que es lo mismo, una etapa de la historia de este país contada a través de las vivencias de algunos de aquellos perdedores, que sin embargo nunca fueron derrotados.
Por eso, La barraca del Zurdo es la memoria histórica de un sueño de libertad. Ese mismo sueño truncado durante 40 años y apenas recuperado entre 1976 y 1982. Y también es la historia de un compromiso con el teatro y con unos ideales, entre los que la cultura y la educación siempre fueron una prioridad.
La barraca del Zurdo evoca inevitablemente a Lorca y pese a ello, el exilio de Buenaventura y su familia y el desgarro provocado por ese destierro remiten consciente o inconscientemente a Cernuda. Al dolor por España de aquellos que injusta y erróneamente fueron calificados de antiespañoles o de malos españoles y que demostraron que el amor a la patria no tenía que ver con la palabrería, los gestos y los actos de uniformes y sotanas. De igual manera que en aquella época, el honor era algo ajeno a crucifijos y sables, pero podía adornar el cuchillo de una barraca.
Esta obra es una apuesta valiente por mantener la memoria y el compromiso, en un momento en que la sombra de los que truncan sueños de libertad se alarga y en el que demasiados sucumben a la tentación de dejar de soñar; acariciando peligrosamente la derrota.

lunes, 11 de julio de 2011

El mar

En la provincia que habito no hay mar. Sólo un puñado de pantanos y un océano de tierra y olivos, cuyas crestas se blanquean con la escarcha y las brumas del amanecer. Tierra donde varan los barcos con espolones alegóricos de sueños inalcanzados. Donde no existe anclaje más profundo que las raíces de esos olivos.
Un océano sin orilla, apenas limitado por el asfalto de las carreteras que lo cruzan. Donde los castillos, construidos con piedras en lugar de arena, son islas. Promontorios desde los que se otea la vida.
El mismo océano pintado una y otra vez con óleos y palabras. El que en el estío, cuando los pasos y deseos de la multitud se encaminan al litoral en busca de ese otro mar, permanece impertérrito ante ese sol que agrieta la tierra y surca los troncos de los olivos.
Nunca podrá ser ese otro mar. Ni siquiera aspirar a ser la mar, destino y sueño de marineros; musa inagotable del poeta. Pero en este mar interior, donde el aire silba entre las ramas, nadar es volar.

miércoles, 6 de julio de 2011

Asediados

El infierno nos ha dado un par de días de tregua, hasta que de nuevo se alimenta su caldera. Es lo habitual en el estío sureño, pero la reiteración informativa nos hace creer que es algo excepcional, como si las altas temperaturas fueran cosa de otra estación.
Sobrevivimos al asedio, porque el cuerpo no deja de sorprendernos y de demostrar una inimaginable capacidad de adaptación al entorno. Con sudor y sin lágrimas, es cierto, y con un sobreesfuerzo para mantener los sentidos alerta y la capacidad de seguir laborando a pesar de las escasas horas de sueño. Porque el infierno en esta tierra no entiende de sol o luna y aprieta lo mismo a la vuelta del mediodía que entre las sábanas.
Aún así hay quien gusta de torturarse con las previsiones del tiempo y de enzarzarse en discusiones donde el argumento son unos grados de más o de menos sobre la línea de los 40. Argumentos reforzados por esos mapas televisivos incandescentes, que por momentos parecen capaces de abrasar el televisor y liberar llamas por las estancias de nuestras viviendas.
En el Sur hace calor. Sí. Y sin embargo, hay peores infiernos a los que descender y demonios que no entienden de veranos o inviernos para manifestar su presencia. Esos mismos demonios que habitan en nosotros, con los que intentamos aprender a convivir y que en escasas ocasiones nos dan una tregua. Son los que nos otorgan la condición de asediados; aquellos que no necesitan vernos empuñar una bandera blanca, conocedores de que no hay rendición posible.

martes, 5 de julio de 2011

El 2 de La RaRa

Es sabido que cuando se gesta el proyecto de una nueva publicación es relativamente fácil editar el primer número por el entusiasmo y las ganas de los que alumbran esa publicación. Y del mismo modo se sabe que lo realmente complicado es sacar el segundo número a la calle, porque la euforia inicial se desvanece y con ella el compromiso y una parte de la ilusión empleados en su elaboración e indispensables para la supervivencia del proyecto. De ahí que muchas publicaciones mueran tras su primera aparición, bien como número cero o como número uno.
Sólo la perseverancia de quien promueve la publicación evita tan prematura defunción. Como en el caso de La RaRa, cuyo número 2, gracias a la convicción en lo que hace de su editora Rakel Rodríguez, ve ahora la luz.
Si el primer número de esta revista literaria marcó una senda de ida y vuelta hacia la otra orilla del Atlántico y unió España y Cuba, con fonda en Matanzas; este segundo número continúa apuntalando ese puente entre ambas orillas, para comunicar ahora España y Argentina con las palabras, las ilustraciones y las fotografías de acá y de allá.
Rakel mantiene su sueño editorial, esa apuesta con sus correspondientes porciones de romanticismo y locura, y sigue sumando “raros” a la causa y ahondando en la “rareza” de los reincidentes como este gato.
Las puertas de esta casa de La RaRa y Ediciones RaRo siguen abiertas para aquellos que quieran visitarla. Pasen sin compromiso y sin miedo a ser tachados de “raros”. Observen a través de los versos y contemplen La Argentina desde múltiples miradas. Disfrútenla. Y por favor, al salir, dejen abierta la puerta; o si quieren, entornada.

(La revista se puede descargar desde el blog : www.rakelraro.blogspot.com)