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sábado, 4 de julio de 2009

Estacionalidad

Al hacerse público el dato supe que no era tan bueno. No me mal interpreten, cualquier baja en la fila de los desheredados, aunque sea provisional como la mía, me parece una buena noticia. Pero supe que era un artificio, producto de esa palabra abominable: la estacionalidad.
Recordemos cuando se hizo público el anterior: disminución del desempleo, fin de una tendencia, brote verde, euforia de los gobernantes, silencio de la oposición… Y ahora, bueno, ahora hay un nuevo descenso, disminución por segundo mes consecutivo, pero…. se da el dato y rápidamente se fabrica otra noticia.
Desde la perspectiva de la información y de la opinión da mucho más juego, ¡donde va a parar!, la dimisión del director del CNI que el dato del paro; aunque la verdad es que la dimisión de ese tipo no le interesa a nadie o a casi nadie (a El Mundo, a una parte del PP, a Rubalcaba y poco más) y el desempleo lo sienten en sus carnes los desheredados y su entorno.
Decidí esperar un par de días para ver lo que pasaba. Y claro, no hay posibilidad de sorpresa, ya no se habla del paro. Ni unos, ni otros. Unos, porque han conseguido su objetivo, han grabado casi de forma subliminal la buena nueva de que hay menos desheredados, pero sin alharacas por lo que pueda reflejar el dato de octubre; y los otros, porque tampoco tienen pajolera idea del dato de octubre y es mejor reunirse con los empresarios para diseñar otra campaña de acoso y derribo contra los derechos adquiridos por los trabajadores. Empleo barato, despido barato, sueldos bajos, pero siempre y a ser posible los de los demás. Obligaciones sin derechos.
Yo, en mi ignorancia, nunca he entendido que se pueda crear empleo destruyendo el ya existente. Pero debe de ser un problema de formación y amistades, porque estudié en la Complutense en lugar de dar clases en Georgetown y no me codeó con ex presidentes responsables de la actual crisis económica, de Guantánamo y de la guerra de Irak, si no, fundamentalmente, con la canalla de lengua y pluma fácil, y eso sí, refinada ironía. Nada que ver con el exabrupto pretendidamente gracioso del innombrable en sus cursos hechos a medida.
La teoría es fácil para estos depredadores del estado del bienestar, porque para ellos es fácil convertir a una persona en una cifra y enviarla a la fila de los desheredados. Sin importarles que en ese tránsito se pierdan todos los atributos de las personas, la capacidad de comunicarse, la de emocionarse, la de sentir, la de comprender. Todas. E incluso tratan de arrebatarte la dignidad. Y digo tratan, porque hay un elevado número de desheredados que además de intentar abandonar la fila, luchan día a día para mantener esa dignidad. Pelean duro para no ser sólo un número en una estadística de ida y vuelta, tan del gusto de estos salvapatrias poseedores de recetas mágicas que nunca aplican. A ellos sí habría que aplicarles la estacionalidad; para no sufrirlos todo el año.

miércoles, 28 de enero de 2009

Pastelitos de las monjas

Mi santa ha entrado hoy en el callejón del gato y su sentencia, tras leer los artículos, ha sido tajante. ¡son iguales! Es el blog de un parado. Of course, darling. ¿qué esperabas? ¿pastelitos de monjas o delicatessen para paladares refinados? It´s the question. De eso se trata Un tipo sin trabajo que busca trabajo y para no desengrasarse se entretiene con un blog.
¿Qué podía dedicarme a otra cosa? Es probable. A jugar a la petanca en el parque, a pasear e incluso a buscar trabajo en otra cosa. El problema es que me he dado cuenta de que no sé hacer casi nada y además, creo que lo que hacía hasta hora no se me daba del todo mal. Es un decir, pero puedo buscar empleos no cualificados en los que por ejemplo se demanda el uso de la fuerza física. Supongamos que consigo uno de esos trabajos; duro dos días. Seguro que me cruje la espalda, me da una lumbalgia o qué se yo… es que siempre he vivido de la cabeza y de la palabra. Así me va.
Podía dedicarme a un trabajo administrativo, pero… por un lado, dejaría sin empleo hay alguien que sin duda lo desempeñaría mejor que yo y por otro, tendría que aprender a utilizar tropecientos programas de ordenador, cuyo uso desconozco y que en el futuro no me iban a servir para nada.
Siempre me queda la posibilidad de vivir de mi cuerpo. Aunque el espejo me devuelve a la realidad y muestra lo que mis ojos no ven. La tableta de chocolate está en la nevera, donde siempre estuvo. Eso de que los brazos son venas y los verdaderos brazos se quedan en casa para no llevar peso ya tampoco cuela y del resto del conjunto me libra la desaparición de los crucifijos en las escuelas, porque con barba y en paños menores algún despistado podría pensar que me había caído de la cruz.
De estas guisas reflexivas me hallaba cuando ví la luz. Volvió la Esperanza. De hecho nunca se ha ido. ESPÍA. Seguro que para eso valgo. Por lo visto estos días se trata de seguir a la gente y redactar unos informes, que para mi no supondrían gran cosa: fulanito entra en un restaurante y sale con un tipo de su misma estatura, rechoncho, barbado, de cabeza despoblada… menganito sale de su casa, monta en su coche oficial y se dirige a su oficina. Y que vengan días.
Espe y su tridente, la Triple G (Granados, González y Güemes). Según cuenta El País, aquí ha habido pilladita de la buena y Espe mirando a otro lado. Que se van a enterar, sobre todo el tapado de Prisa, el alcalde de Madrid. Que los tribunales lo demuestren. Así es presidenta Aguirre, los tribunales deberán demostrar la trama penal, pero la política está al descubierto y huele muy mal.
Los cachorros liberales y neocon han emulado a los fontaneros más famosos de la historia, sólo que en lugar de espiar a los otros han optado por saber más de los suyos, de ellos mismos. Y en éstas estamos o estábamos, cuando se descuelga Güemes, ¡chacho! con ese apellido suavón y esa carita de no haber roto un plato. Si su suegro se mea en los rojos si la suerte le acompaña, pues él se caga en la calavera del que haga falta. Y si por medio anda el petrimetre de Mercado, ese redactor que publicó algún asuntillo del afortunado Fabra que lo llevó delante del juez, ¡a saco!
Me sorprendes Güemes. Pero hombre como te metes con Mercado, si sólo es un plumilla. Ve a por el director de El País, hombre, ve a por Moreno, ese tipo que está limpiando la redacción de los históricos del periódico y que ha copiado la doctrina de Pedro J. para vender periódicos. Cicuta en pequeñas dosis. Amarro la historia y ahora os la administro en pequeñas porciones. O si no, te metes con Cebrián, el apocalíptico, si dentro de 10 años ya no existe el periódico en papel, pues no hay que preocuparse de lo que se publique. O sí.
Lo dicho, que al final mi santa va a tener razón y me tengo que dedicar a otra cosa. A degustar pastelitos de monjas, que lo de la cicuta desde tiempo de Sócrates no está bien visto.