Mostrando entradas con la etiqueta Iñaki Gabilondo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Iñaki Gabilondo. Mostrar todas las entradas

lunes, 4 de abril de 2011

El regreso de Iñaki Gabilondo

No vamos sobrados de referentes, ni en lo personal, ni en lo profesional. Es más, diría que la carestía es de tal magnitud, que vagamos huérfanos por estos tiempos convulsos. Por eso el regreso de uno de esos referentes, al menos en lo profesional y pese a sus detractores, es una buena noticia; algo de lo que también estamos escasos últimamente.
Vuelve Iñaki Gabilondo. De lunes a viernes, en versión videoblog en las webs de la Cadena Ser y El País (http://blogs.cadenaser.com/la-voz-de-inaki/ y http://blogs.elpais.com/la-voz-de-inaki/). Una versión que se ha estrenado hoy lunes y que reproduce el formato de sus breves y certeros comentarios/editoriales en el informativo de Cuatro; que marcaban diferencias con el resto de informativos, aproximándolos al modelo estadounidense y otorgándoles ese plus cualitativo de informativo de autor.
Sin embargo, este regreso no esconde la delicada situación del Grupo Prisa y su deriva, incrementada con el desembarco de los inversores estadounidenses y reflejada en la marejada de fondo por la oferta del grupo de Roures para la incorporación de Gabilondo a La Sexta y la oposición de Prisa por su condición de consejero de la SER y Unión Radio y la no menos importante de imagen e icono de prestigio de esta cadena durante las últimas décadas; lo que algunos denominan “periodista de cabecera”.
Las decisiones empresariales, las fusiones de cadenas de televisión y los nuevos mecanismos de censura modelo Berlusconi derivados de éstas nos seguirán privando de sus entrevistas, pero nos queda la mesura de su tono y el rigor de sus análisis, compartidos o no, como un contrapunto deseable al ruido de la caverna.

viernes, 15 de octubre de 2010

El "Tintorro Party"

La autoría de españolizar el “Tea Party” no me pertenece. La denominación “Tintorro Party” corresponde a Iñaki Gabilondo, a raíz de los abucheos al presidente del Gobierno en el desfile militar del 12 de octubre y de la exhibición, sin complejos, de la extrema derecha española. Nacional, católica y cerril.
En esto no soy partidario del lirismo. Instalados desde hace algún tiempo en la antesala del fascismo, que algunos nunca han abandonado, determinadas actitudes e ideas sólo pueden denominarse como tal. Sarkozsy expulsando gitanos rumanos, ante el beneplácito de la Unión Europea y el apoyo de otros presidentes europeos, entre los que para nuestra vergüenza se hallaba el español; Fini, un fascista, contemplado como la esperanza y la solución de Italia; un país en el que Berlusconi, il nuovo ducce, se ha encargado de desmantelar la idea de Estado, incluso el propio Estado, y el respeto a leyes e instituciones; Aakesson, líder de la extrema derecha sueca, logrando representación parlamentaria, 20 escaños de xenofobia…
Y en España, algunos que bordean la democracia, estandartes de ideas y actitudes poco democráticas o antidemocráticas y que pese a ello presiden o aspiran a presidir comunidades autónomas y ayuntamientos o se sientan en los distintos parlamentos nacionales o autonómicos, no han tardado en traer la desesperanza manifestando su apoyo y simpatía al grupo extremista estadounidense del “Tea Party”. O entrando como elefantes en la cacharrería de la inmigración, ya sea en Cataluña o en Melilla, sin medir o sin que importen las consecuencias más allá de un previsible puñado de votos.
Como mediterráneo, aunque bebedor ocasional de té, prefiero el café. El buen tinto lo bebo solo, sin acompañamiento que lo estropee. Y sí he de beber tintorro, que sea en un Varguitas; aunque me da que el bautizado por Gabilondo no se traga ni con gaseosa.

viernes, 11 de junio de 2010

No se me alboroten

Alguien debió avisar. Debió gritar con voz alta y clara: no se me alboroten. Pero no se hizo. Y el hipnotizador de serpientes entró en escena. Para muchos fue un regreso, pero sólo porque no están al día. Más preocupados de engullir programas nocivos para el cerebro o de jalear a descerebrados líderes, pasaron por alto la magnífica entrevista que, a principios de mayo, le hizo Iñaki Gabilondo en su “Hoy” de CNN+, un par de días antes de que el Comité de Expertos para la Reforma de la UE, que preside, entregara su informe sobre los futuros retos europeos con la vista puesta en el periodo 2020-2030.
Previamente a esa entrevista, el presidente de este Comité de 12 sabios de la UE había intervenido en sendos actos en Estados Unidos y en Europa, para adelantar algunas de las conclusiones de su informe, entre las que se defiende la energía nuclear, la entrada de Turquía en la UE, la desaparición de la jubilación anticipada, una apuesta real por la I+D+i, cambios en la política migratoria…, y como propuesta principal, la refundación de Europa.
Un informe y sus conclusiones (discutibles y debatibles) y un Comité activo, que como mínimo ponen en cuarentena la “teoría del jarrón chino” sobre los ex presidentes de gobierno en España. Una teoría que a tenor de lo visto respaldaba un elevado número de españoles, incluidos los militantes y votantes del PSOE. Al menos hasta ayer, cuando como Fidel, Felipe llegó, vio y mandó parar.
Con la excusa de la celebración del centenario del grupo parlamentario socialista en el Congreso de los Diputados, el pasado y el presente del PSOE, Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, comparecieron juntos, frente a un retrato de Pablo Iglesias.
Tras su condena al ostracismo en la Sede de Gobelas (voluntaria o auspiciada por ZP), Dios, como le denominara en su día su secretario de Organización, Txiki Benegas, volvía para repartir doctrina e insuflar ánimo entre sus deprimidas y desconcertadas huestes: “Cuando las cosas van mal, militancia pura y dura”.
Ignoro cuánto durará en esta ocasión el encantamiento de serpientes, pero es indudable que ha surtido efecto. Y no sólo entre sus seguidores, sino también en una de pronto enmudecida oposición.
Las comparaciones son odiosas. González no es santo de mi devoción por el peso de las sombras; pero ayer, si no los conociéramos, no habríamos sabido identificar quién representaba el pasado y quién el presente del PSOE. Frente a un ZP, a pesar de su discurso, perdido, desanimado, agotado… emergía un González en plena forma.
Y como pese a su condición de odiosas, nadie escapa a las comparaciones, es también inevitable confrontar a este ex presidente con el que le sustituyó. No voy a extenderme, pero hay una clara diferencia entre trabajar para los demás o hacerlo para uno mismo; de igual manera que entre sumar y restar.
Apareció Felipe. Y se armó tremendo alboroto.

miércoles, 24 de febrero de 2010

El destello de la mirada

Me consta que Iñaki Gabilondo cuenta con una pléyade de críticos y detractores. Y a pesar de que puedo compartir algunas de las opiniones o de las críticas de éstos hacia él, nunca he ocultado la admiración que siento por este periodista y su forma de ejercer la profesión; en particular, sus entrevistas.
Pese a su condición, a mi entender, de primera víctima del desembarco de Berlusconi en PRISA y su destierro a CNN+, para mí es un placer asomarme a esa ventana llamada “Hoy”, abierta en ese exilio de CNN+; donde habita la pausa frente a otros “vértigos” nocturnos, donde se ha desterrado al grito para favorecer el entendimiento, donde se renuncia al adoctrinamiento para abrir camino a la explicación y donde se imparte magisterio sobre cómo entrevistar.
Anoche ese placer me llevo a disfrutar de la presencia del fotoperiodista Gervasio Sánchez. Un profesional que como Ramón Lobo, Fran Sevilla, Rosa María Calaf y tantos otros me hace ser consciente de lo pequeño que soy, de lo que me falta por aprender y que quizás no consiga aprender nunca y del privilegio que resulta leerlos, escucharlos o como en el caso de Gervasio, leerlo y ver sus fotografías, aunque anoche me deleitara escucharlo.
Se ha hablado y escrito mucho sobre la neutralidad del periodista, la necesidad de alejarse, de tomar cierta distancia con los sucesos, para no contaminar su mirada. Es otro de los viejos debates del periodismo. Gervasio no es neutral. Exhibe sin pudor su implicación, su compromiso con los protagonistas de sus historias (las víctimas de las minas antipersona, los niños soldado, los desaparecidos de Irak, Chile, Argentina…) pero eso no le impide mostrar la realidad con rigor y con veracidad. Conserva claros la mirada y el verbo. Y no duda en utilizarlos para denunciar al poder, cualquier tipo de poder, económico, político, militar o civil; para señalar con el dedo de la imagen y la palabra a los mercaderes y a los fariseos y para alejarnos de nuestra propia complacencia.
Yo creo que Gervasio Sánchez lo consigue, aunque sólo sea por unos minutos como anoche, cuando al magisterio de Gabilondo le acompaña la sinceridad y el destello de su mirada.

viernes, 15 de enero de 2010

La primera víctima


Dicen que la verdad es la primera víctima de una guerra. He recordado esta sentencia al conocer la noticia de que Iñaki Gabilondo abandona los informativos de Cuatro y pasa a CNN+.
La fusión de Cuatro y Tele 5 no es una guerra y sin embargo, tengo la impresión de que se ha cobrado en Gabilondo a su primera víctima. Ya sabemos que a Berlusconi, il nuovo ducce, no le gustan las verdades del barquero, ni las de La Reppublica, L’Unita, y RAI 3 en Italia, ni las del Grupo PRISA en España, en especial las de El País, y en cantar esas verdades, aunque algunos duden, Gabilondo es un maestro.
Cebrián, obligado por la mala situación económica de PRISA resultado de su gestión, ha entregado el mando a Berlusconi y temo que la lista de la vendetta de éste será extensa y estoy convencido de que además entre los damnificados ocupará un lugar de privilegio la actual audiencia de Cuatro.
Los informativos de un cadena de televisión sirven además de para informar para fijar su línea editorial. El informativo de Gabilondo en Cuatro, con impronta de autor, era inequívoco en ese aspecto, gracias a sus breves y magistrales editoriales.
La pérdida es irreparable, porque la experiencia de su relevo al frente del matinal Hoy por Hoy en la Cadena SER nos demuestra que no hay recambio con garantías.
Con la ausencia de Gabilondo nos privan de una mirada única y un estilo propio para acercarnos a las noticias diarias y de un profesional que impartía magisterio con sus editoriales y sus entrevistas; una enseñanza impagable para cualquier estudiante de Periodismo y un espejo en el que mirarse para cualquier avezado periodista.
Su salida nos condena a la orfandad de esa forma de concebir la información y también nos hará menos libres, porque las verdades del barquero mutarán a cantos de sirenas. Al tiempo.
Foto: Iñaki Gabilondo, tomada de indice.cadenaser.com/2005/08/30/index.html.