martes, 10 de noviembre de 2009

El fotógrafo inusual


No es usual, pero de vez en cuando las buenas personas, que además son buenos profesionales, reciben el reconocimiento público en forma de premio. En esta ocasión se han juntado lo inusual de este hecho con lo tampoco nada habitual de que el premiado en la categoría de Premio Nacional de Fotografía sea un fotoperiodista, Gervasio Sánchez.
Yo no conozco a Gervasio, pero tenemos una amiga común, Carmen Quesada, que me ha hablado en muchas ocasiones de él, curiosamente el jueves y el viernes pasados, el día que le dieron el premio, hablábamos de él por cosas de Facebook, sin saber entonces de su galardón.
Otros que le conocen hablan tan bien de Gervasio como Carmen, así que no debe haber dudas de su bonhomía. Cuando Ramón Lobo participó en el Foro de Etnosur en Alcalá la Real junto a Rosa María Calaf y a Fran Sevilla (qué lujo de trío) contó algo sobre Gervasio cuando ambos coincidieron en Sarajevo; era una historia sencilla, la de un fotoperiodista cordobés afincado en Zaragoza que en una ciudad castigada por una estúpida y cruel guerra (como todas las guerras) acudía todos los días al hospital para visitar a los niños allí ingresados y llevarles caramelos y una sonrisa.
Ese mismo fotoperiodista es el que se desplazó a Sierra Leona para convivir con un misionero español dedicado a rescatar de las garras de otra guerra estúpida y cruel a niños soldado. Gervasio los acogió en su cámara de fotos y los trasladó a las páginas de un libro, donde además contaba la labor de ese misionero y de paso trataba de abrir nuestros ojos.
Con anterioridad a estos niños soldado, Gervasio había fotografiado a víctimas de las minas antipersona en guerras estúpidas y crueles en África y Asia. Sus “Vidas minadas”.Y junto a sus fotos, denunciaba la doble moral de países como el nuestro, cuyos sucesivos gobiernos democráticos venden armas y minas antipersona a los países donde hay estúpidas y crueles guerras.
Gervasio Sánchez no es un tipo cómodo para el poder político y económico, porque con sus fotografías y sus palabras dibuja los excesos de esos poderes y su resultado entre los más desfavorecidos de cualquier esquina del mundo en África, en Asia, en América o en Europa.
Ahora anuncia que su próxima parada en 2011 es España y que su ojo y su pluma se pondrán al servicio de la dignidad y de la justicia para aquellos que desaparecieron y aún hoy permanecen desaparecidos; los ausentes a los que la memoria histórica no logra hacer retornar. “Quiero hablar de otros desaparecidos, los nuestros, porque siento vergüenza de la instrumentalización de la memoria histórica en este país, dividida entre los que no quieren sabe nada y los que quieren ganar audiencia” (Gervasio Sánchez, “Disparos en el frente de la verdad”, El País, sábado, 7 de Noviembre de 2009).
Eso será en 2011, ahora al recibir la noticia de que había sido galardonado con el Premio Nacional de Fotografía 2009 ha querido recordar a otros desaparecidos que sí tienen nombre, Juantxu Rodríguez, Ricardo Ortega, Miguel Gil o Julio Fuentes, fotógrafos y periodistas fallecidos en países en conflicto cuando trataban de que viéramos a través de sus objetivos y de sus palabras. Unos desaparecidos a los que él dignifica con su trabajo desde hace 25 años.


Foto: Gervasio Sánchez, junto a su fotografía "Sofía y Alía", de la serie "Vidas minadas"; de la web http://dombenito.files.wordpress.com/2008/09/gervasio.jpg.

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