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miércoles, 16 de septiembre de 2020

Manifiesto

Me pide el cuerpo un manifiesto para que las voces no se apaguen, para no bajar las manos, para que los pies se muevan y el cuerpo no se duerma. Y sobre todo, para que la cabeza no pare de soñar, de idear, de crear… 
Es el tiempo de las palabras, de esas que expresan convicción y firmeza, de esas que denuncian y reivindican; de esas palabras que han de ser escuchadas por quienes toman las decisiones, por aquellos que son elegidos a través del voto para representar a los ciudadanos, por aquellos que gobiernan. 
Es el momento de que esas palabras suenen en la calle, de que el eco las difunda y las lleve a los rincones de pueblos y ciudades, a los palacios y a los despachos, a las mesas y a los móviles, a los medios de comunicación y al resto de los ciudadanos, porque no es solo cuestión de la industria de los eventos y espectáculos, no es solo asunto de quienes hacen posible la cultura, es también responsabilidad de aquellos que la recibimos, de los que la consumimos, de los que la disfrutamos en sus distintas modalidades, formatos y lugares. 
Hay quien todavía se atreve a afirmar que la cultura no alimenta. No es cierto. No solo alimenta el espíritu, además da de comer a muchos profesionales y a sus familias, directa e indirectamente, generando empleo y riqueza en numerosos sectores. 
28 ciudades se visten de rojo en este septiembre con el apoyo presencial de los principales afectados por la situación de discriminación que está padeciendo el mundo de la cultura y esos sectores que lo apoyan y dependen de él. Y con el respaldo virtual de muchos más, habitantes de otras ciudades, que se suman a esta denuncia y a la incompresión por el abandono y el desinterés de esos gobernantes y representantes políticos a los que se les llena la boca con la palabra cultura, a los que no dudan en hacerse la foto en esos eventos a cuyos organizadores y promotores están llevando a la ruina. ¿Para qué sirve un ministro de Cultura que deja caer el telón sin ni siquiera dar opción a levantarlo? 
Me pide el cuerpo un manifiesto para hacer una llamada a la movilización. Que no se apaguen las voces, que no bajemos las manos, que no dejemos de mover los pies, que el cuerpo no se duerma y que la cabeza no pare. 
¡Alerta roja!

domingo, 21 de marzo de 2010

Oportunismo

Hay palabras que da igual como se usen, se digan como se digan y sin importar a quién se dicen. Suenas rotundas, con un deje de crítica e incluso de descalificación. Con ánimo de ofensa y con la esperanza de dejar en evidencia al destinatario. Son un compendio de significado e intención.
Las pronunciamos casi arrojándolas sobre el otro y no medimos su grosor, ni reparamos en nuestra condición y nuestros actos. Así que es fácil imaginar que al ser expresadas de forma desmedida, no se calibra la posibilidad de yerro y mucho menos, la de recoger velas y si fuera necesario rendir las naves.
Es más sencillo reducir las imágenes a blanco y negro y trazar líneas divisorias al estilo del “estás conmigo o contra mí”.
Ignoro quien es Joan Antoni Guerrero, salvo que es periodista y que promueve un blog (http://orlandozapatatamayo.blogspot.com) de reciente creación con el nombre del disidente cubano fallecido, Orlando Zapata; en el que se recogen adhesiones contra “el Gobierno cubano” y se defiende “la excarcelación inmediata de los presos políticos cubanos”.
Lo que no ignoro es que ha estado presto para arrojar la sospecha del oportunismo sobre Víctor Manuel y Ana Belén por firmar la mencionada adhesión en forma de carta. Hasta tal punto que el propio Víctor Manuel publicó ayer sábado, 20 de Marzo de 2010, una misiva “A propósito de Cuba”, en la sección de “Cartas al director” del diario “El País”, recordando que ya en el año 2003 se envió una carta parecida al “Gobierno cubano reclamando la liberación de 75 presos políticos (Orlando Zapata entre ellos) y firmada por un numeroso grupo de artistas e intelectuales entre los que me encontraba. ¿Es posible que no tenga noticia de ello el promotor del manifiesto, el señor Guerrero, para manifestar que más vale pronto que tarde al saludar la adhesión de algunos firmantes?”.
Yo nunca promovería un manifiesto como el que ha promovido Joan Antoni Guerrero, aunque también reivindico la excarcelación de presos políticos en Cuba y me sumo a las denuncias por la muerte de Orlando Zapata, resultado de su paso por las cárceles cubanas. Y no lo promovería no por estar en desacuerdo, sino por entender que no me corresponde a mí semejante atribución o protagonismo. Entiendo que son otros dentro de Cuba y fuera de ella, pero especialmente desde dentro, los que deben promover estos actos y el resto, sumarnos y apoyarlos de acuerdo a creencias y valores.
Me parece desafortunado promover un manifiesto de estas características y cuestionar a algunos de los que se adhieren al mismo. Del mismo modo que me parece peligroso erigirse en defensor de la libertad con entusiasmo y escasa memoria; baste recordar que el comandante barbudo antes de convertirse en el dictador de hoy fue un defensor de la libertad; jugándose la pelleja antes, durante y después de su estancia en Sierra Maestra.
No estoy en contra de los manifiestos, sino de aquellos que sin transparencia los promueven. Y lamento la facilidad con que se promueven manifiestos contra la dictadura cubana y la falta de entusiasmo y de iniciativas contra otras dictaduras o contra otras vulneraciones de los derechos humanos, incluso en países democráticos.
Recuerdo una viñeta de Máximo, publicada hace algunos años en “El País”, sobre Ernesto Che Guevara y su icono mundialmente conocido y difundido, la imagen creada por el fotógrafo Korda; reproducía Máximo el icono y añadía “Cuánto vivo, a costa de un muerto”. Pues, eso.

sábado, 31 de octubre de 2009

El síndrome del oso polar

Los artistas son una especie en peligro de extinción. Son como los osos polares, en palabras de Miguel Bosé. Y yo que tengo por un tipo inteligente al hijo del torero y del ángel, al oírle pienso que las cosas deben estar realmente mal. Sobre todo cuando añade la necesidad de recuperar y potenciar la figura del mecenas como garante de la creación artística (en cualquier disciplina) y por tanto, de su supervivencia.
Valiente, claro y oportuno. Bosé habla donde debe hablar y cuando hay que hablar y además lo hace de forma directa y sin ambages. Al oírle no puedo evitar pensar en tantos otros que son o tiene conciencia de ser especies o sujetos en peligro de extinción. Hay sobrepoblación de osos polares. Y por lo que veo, el síndrome se extiende por otros hábitat y entre sus orígenes está como no la maldita crisis. ¿Económica?, por supuesto; pero supongo que también las crisis personales y creativas.
Al día siguiente, descubro que ese gremio tan denostado no se queda sólo en la denuncia, sino que avanza con las palabras al escenario de la reivindicación, dando forma al manifiesto “Otra política y otros valores para salir de la crisis”. Son actores, cantantes, escritores, periodistas… Unos 300 y entre ellos, muchos de aquellos a los que quisieron despreciar llamándoles titiriteros y cómicos, como si hubiese desprecio o menosprecio en la polichinela o en la interpretación.
El peligro de extinción del oso polar es real y aún así, queda margen para estirar las garras y dar un zarpazo que no hace sangre, pero que debería agitar nuestras mentes.
Yo que no llego a oso, pues me quedé en gato, sumo también mis pequeñas garras a ese manifiesto.