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sábado, 13 de octubre de 2012

Viaje a la nada

Una vez escribí desde la tierra que habito un artículo sobre el País Vasco y un ignorante con mando en plaza me conminó ante mi sorpresa a situar a Euskadi “muy al norte” de Andalucía, cuando para mí “muy al norte” se hallaba Escandinavia.
Hoy en uno de esos guiños que guarda la vida escucho que otro con mando en plaza afirma en ese mismo País Vasco que “fuera de España y Europa se está en ninguna parte y condenados a la nada”.
Cuestión de perspectiva, dirán; o de geografía. Pero contemplo el globo terráqueo y veo que frente a esa hipotética nada, Europa (qué decir de España) abarca una pequeña superficie en lo territorial y que disminuye aún más si ampliamos esa mirada a su peso político en el actual concierto mundial; donde parte de esa nada la ocupan los Estados Unidos de América y los denominados países emergentes (BRICS), Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.
Y lógico, apuntarán también, que quien nos conduce a ninguna parte, más allá de territorios del pasado doméstico, carezca de la capacidad de mirar por encima de la tapia del patio de su casa y reduzca el universo a lo conocido y por tanto, piense que fuera de él habita la nada.  
El problema es que la ignorancia no es cosa del que la padece, porque se busca hacer copartícipe de la misma al mayor número posible de personas; si fuera posible a la sociedad en su conjunto. Así que no se dejen engañar y sobre todo eviten el contagio, porque fuera de España y Europa hay algo más que mar y tierra y se está y se es. Cosa muy distinta es que eso guste o tenga que gustar.
En resumen, que lo malo no es que un ignorante se niegue a viajar a ninguna parte, lo preocupante es su insistencia en que le acompañemos. ¿Será para escapar de la nada?.

viernes, 11 de diciembre de 2009

De nuevo, Berlusconi

Cuando uno es joven tiende en demasía a tirar de atributos y ponerlos encima de la mesa. Siempre de palabra. Pero a determinada edad y en boca del primer ministro de un país suena a fanfarronada y a mal gusto.
A Berlusconi parece que el escenario italiano le parece insuficiente y ha decidido trasladar sus bufonadas a otros países; en esta ocasión a Alemania, ya que ha sido en Bonn, en la reunión del Partido Popular Europeo (PPE), donde el primer ministro italiano ha alardeado de sus “pelotas” y de su condición de “super premier”.
Como si se tratara de un participante del ya desaparecido Club de la Comedia, Berlusconi se permitió contar un chiste protagonizado por él mismo, Obama, el Papa y un joven; rememorando aquellos viejos chistes españoles de un francés, un inglés… Puro humor.
De paso, entre gracieta y bufonada, aprovechó de nuevo para criticar al presidente de la República Italiana, a la Corte Constitucional…, es decir, a toda persona o institución que esté en desacuerdo con su gestión política. Simplificando, en la línea berlusconiana, el que no está conmigo es de izquierdas. Un rojo, para que nos entendamos. E intuyo, siguiendo esa misma línea, que de escasos atributos.
La estrategia por repetida ya no debería sorprender a nadie; primero, una muestra de su cara chistosa, y a continuación, una nueva demostración de fascismo e intolerancia. Berlusconi no sólo avergüenza a los italianos, se ha convertido en una vergüenza para Europa. Pero por lo visto, ni sus propios correligionarios del PPE, incluido Rajoy, son capaces de enmendarle la plana a “il nuovo ducce” y optan por reírle las gracias y mirar hacia otro lado, ignoro el motivo, cuando retrata sin recato su talante democrático.
Sí el neofascista Fini es el único antídoto a los excesos de Berlusconi, algo no funciona en Italia, y por extensión, en Europa.

Foto: Berlusconi, en el momento de contar su chiste en Bonn. AFP (Publicada en El Mundo.es, viernes, 11 de diciembre de 2009).

lunes, 8 de junio de 2009

Preocupación

Debe ser la nota predominante en los dos principales partidos nacionales. Tras la euforia y decepción iniciales, los datos arrojan posos de amargor en la victoria y de dulzura en la derrota. La realidad es tozuda, ha ganado el PP y ha perdido el PSOE, pero las lecturas de los resultados electorales muestran más flexibilidad y evidencian que en política uno más uno no son siempre dos.
Las direcciones de ambos partidos deben estar muy preocupadas. Ambas son conscientes de que las elecciones europeas señalan el fin de un ciclo, pero de quién. En el PSOE saltan las alarmas porque han entrado en una dinámica de perder elecciones, las gallegas, las europeas…, porque son incapaces de movilizar a su potencial electorado y porque los supuestos “referentes” del partido, al margen del ZP, es decir Blanco y Pajín, son un fiasco y la autocrítica continúa en el cajón de las utopías. Sin embargo hay esperanza, porque cuando lleguen las elecciones generales la crisis será historia, porque esperan que el candidato oponente siga siendo Rajoy y porque piensan que si hay voto de castigo se ha recogido ya en estas elecciones.
En el PP saben que esto no da más de sí. Han ganado las elecciones europeas con un cartel electoral que representa lo contrario de lo que defiende Rajoy y su junta directiva dentro del partido conservador, el ala derecha del partido; y a pesar de la crisis y del lógico desgaste del partido en el gobierno sólo han logrado un par de escaños más y unos 500.000 votos de diferencia con respecto al partido gobernante, insuficiente para ganar las elecciones generales. Por un lado quieren dar a entender que Rajoy ha ganado las elecciones, cuando es evidente que no se presentaba, y por otro, apuntan a que ha ganado el ex presidente, que tampoco se presentaba, porque el candidato y la línea de la campaña electoral seguían los planteamientos del sector ultraconservador del partido. La cuestión es si se abrirá la veda y de aquí a final de año habrá nuevo cartel electoral para Moncloa. Sin embargo hay esperanza, porque esta victoria puede ayudar a desgastar más a un gobierno sin respaldo parlamentario y a ganar tiempo para lograr convencer a algún partido nacionalista como CiU para que respalde una moción de censura (que a buen seguro no van a presentar) o para que un gobierno acorralado convoque elecciones anticipadas.
Si miramos al resto de Europa, estas elecciones arrojan curiosas paradojas como que los partidos que representan el sistema responsable de esta crisis han conseguido mayor respaldo en las urnas (más de 100 escaños de diferencia) que aquellos que buscan soluciones a la crisis o que los votantes de izquierdas penalizan a sus partidos por escándalos económicos y por la crisis (caso de Gordon Brown en el Reino Unido) y los votantes de derechas respaldan a sus partidos a pesar de escándalos de corrupción (caso del PP en Madrid y Valencia, en España o caso de Berlusconi en Italia).
Mientras en Europa se dispara la abstención, en España se mantiene el mismo desinterés que hace 5 años por todo lo relacionado con las instituciones europeas. Ni frío, ni calor. Y mientras en Europa avanzan partidos xenófobos (caso británico) o partidos de ultraderecha (caso holandés), en España no hay temor a una irrupción de formaciones políticas de esta índole porque ese espectro ideológico está sumergido en una sola formación política. Para lo bueno y para lo malo.
¿Y los ciudadanos? También preocupados. Los españoles y los del resto de Europa; principalmente los que han ido a votar, porque no entienden que más del 50 por ciento de sus conciudadanos no lo hayan hecho. Y porque cuesta entender que los partidos cuya política económica nos ha llevado a la crisis sean capaces de sacarnos de ella. Europa es azul y el panorama negro. Así que, otra paradoja, miramos a USA y esperamos que The Big Hope se convierta también en la “salvación” para Europa.

domingo, 31 de mayo de 2009

Nos queda la palabra


Sueño con barricadas y trincheras. Yo, que renuncio al hierro en pro de la palabra. Las barricadas y las trincheras son urnas, y no hay fusiles, han florecido en votos. Y oigo de nuevo el grito agónico ¡No pasarán!, que no pudo evitar lo que vendría luego, pero cimentó la esperanza de los vencidos, que no derrotados.
Vislumbro la construcción de una casa común de la izquierda, por el acoso de la diestra y el autoderribo de la siniestra. No veo camino o sendero que conduzca a ella. Y me pregunto cómo vamos a construir el rascacielos de Europa, si somos incapaces de trazar una senda hacia esa casa sin proyecto, pero en construcción.
Todos los caminos conducen a Roma y nosotros buscamos el que nos lleva a Bruselas y a Estrasburgo, tan distante de esa Italia y su nuovo duce, sin encontrar antes nuestro propio camino. Pero no hay arquitecto. No hay hacedor. No tenemos al gran timonel, ni siquiera uno pequeño.
Y a pesar de los pesares, aún es primavera. Aún nos queda la palabra. Es tiempo de votar. Pidamos la palabra. Y votemos.

“Si abrí los labios para ver el rostro/ puro y terrible de mi patria,/si abrí los labios hasta desgarrármelos,/ me queda la palabra”.
“Pido la paz y la palabra”, Blas de Otero, 1955.