domingo, 14 de octubre de 2012

No hay periodismo sin periodistas

No están los tiempos para sacar pecho. Y da la sensación de que ni mucho menos para reclamar dignidad y reconocimiento. Pero en eso estamos, a la espera de no ser confundidos con algún pecho lata tan habitual en estos días y por supuesto, desde la consciencia de saber que la dignidad y el reconocimiento se ganan día a día y de que se ha dilapidado mucho de ambos entre los empresarios de la comunicación, los políticos, los intrusos, las estrellas, las “estrellitas” y la precariedad laboral.
Algunos, de forma interesada, quieren situar el debate en el soporte, o lo que es lo mismo, en el continente frente al contenido. Otros, también por interés, buscan excusas en la crisis, a sabiendas de que el periodismo ya estaba en crisis antes de la debacle económica.
De modo que entre unos y otros engordan el debe y en el haber tan solo quedan los periodistas. Los profesionales que con aciertos y errores, pero desde la honestidad y el rigor, hacemos posible que la información fluya y que por tanto, se mantenga como un pilar básico e irrenunciable de la sociedad democrática el derecho a la información.
Suena a principio grandilocuente e incluso a algo obvio, pero es importante recordarlo, sobre todo ahora cuando se están cerrando o fusionando medios de comunicación, hay una peligrosa alineación de esos medios con el poder que los aleja de la deseable pluralidad y se aplican expedientes de regulación de empleo (ERES o ERTES) que contribuyen a que más de 4.000 periodistas hayan perdido su trabajo durante 2012.
En Andalucía, tan denostada por ignorantes y oportunistas del norte, los periodistas hemos puesto en marcha dos iniciativas para dentro de nuestras posibilidades dar la vuelta a la situación. Una, Se buscan periodistas (SBP), un proyecto que busca, a través del cooperativismo, crear medios de comunicación y empleo con el asesoramiento y la gestión de los propios periodistas; y otra, impulsada por la Asociación de la Prensa de Sevilla, la campaña #soyPeriodista, para recuperar esa dignidad y ese reconocimiento.  
Porque se puede elegir entre información y desinformación. Y porque no hay periodismo sin periodistas.  
 

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