Es este final de noviembre de 2011 heraldo de la noche oscura. Fin de ciclo para unos. Y para la mayoría, el comienzo de un previsible camino de tinieblas (liquidación de libertades y derechos sociales, privatización y desaparición de servicios públicos básicos y universales, incremento de la carga impositiva y pérdida de la capacidad adquisitiva para las rentas más vulnerables….) del que no se vislumbra el final y que al avanzar nos sume aún más en la oscuridad.
Y aún así, en ese 2012 que espera ya sin embozar a la vuelta de la esquina, amenazando con retornar a un añejo blanco y negro con el que la esperanza se pinta de desesperanza, emerge como el faro que guía en medio de la tormenta la figura de Antonio Machado.
Regresa el poeta, por partida doble, con la celebración en este 2012 de los centenarios de la edición de Campos de Castilla y de su llegada a la ciudad jiennense de Baeza. Vuelve el viejo republicano del exilio a una España donde nos encontrará huérfanos de referentes y desnudos de valores y donde, una vez más, está todo por hacer. A un país “entristecido y luminoso”, según uno de esos escasos referentes que aún conservamos, el filósofo Emilio Lledó¹, que recurre a Machado para hablar de la luminosidad, de la decencia popular y la honestidad.
El poeta que descansa, como el presidente Azaña, en suelo ajeno, como nos recuerdan los versos de Alberti: “Descansa, desterrado/ corazón, en la tierra dura que involuntaria/ recibió el riego humilde de tu mejor semilla”². Y sin embargo, si en alguna ocasión a alguien no se lo pareció, fue siempre y es hoy la presencia de Antonio Machado imprescindible. Poeta de dolor, pero también poeta de luz.
Dolor, tristeza y luz con los que llegó a Baeza en noviembre de 1912 para tomar posesión de la Cátedra de Lengua francesa en el Instituto General y Técnico, en el que permanecería hasta octubre de 1919, fecha en que es trasladado a Segovia. Su regreso a Andalucía, tras la muerte de su esposa Leonor.
Y es ese hecho el que nos devuelve la figura del poeta, con la celebración de un centenario plagado de actividades, que culminan a finales de octubre y primero de noviembre de 2012 con el Congreso Internacional Conmemorativo Cien años del encuentro de Antonio Machado y Baeza (1912-2012), que tendrá lugar en la Sede, que lleva el nombre del poeta, de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) en Baeza.
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Y aún así, en ese 2012 que espera ya sin embozar a la vuelta de la esquina, amenazando con retornar a un añejo blanco y negro con el que la esperanza se pinta de desesperanza, emerge como el faro que guía en medio de la tormenta la figura de Antonio Machado.
Regresa el poeta, por partida doble, con la celebración en este 2012 de los centenarios de la edición de Campos de Castilla y de su llegada a la ciudad jiennense de Baeza. Vuelve el viejo republicano del exilio a una España donde nos encontrará huérfanos de referentes y desnudos de valores y donde, una vez más, está todo por hacer. A un país “entristecido y luminoso”, según uno de esos escasos referentes que aún conservamos, el filósofo Emilio Lledó¹, que recurre a Machado para hablar de la luminosidad, de la decencia popular y la honestidad.
El poeta que descansa, como el presidente Azaña, en suelo ajeno, como nos recuerdan los versos de Alberti: “Descansa, desterrado/ corazón, en la tierra dura que involuntaria/ recibió el riego humilde de tu mejor semilla”². Y sin embargo, si en alguna ocasión a alguien no se lo pareció, fue siempre y es hoy la presencia de Antonio Machado imprescindible. Poeta de dolor, pero también poeta de luz.
Dolor, tristeza y luz con los que llegó a Baeza en noviembre de 1912 para tomar posesión de la Cátedra de Lengua francesa en el Instituto General y Técnico, en el que permanecería hasta octubre de 1919, fecha en que es trasladado a Segovia. Su regreso a Andalucía, tras la muerte de su esposa Leonor.
Y es ese hecho el que nos devuelve la figura del poeta, con la celebración de un centenario plagado de actividades, que culminan a finales de octubre y primero de noviembre de 2012 con el Congreso Internacional Conmemorativo Cien años del encuentro de Antonio Machado y Baeza (1912-2012), que tendrá lugar en la Sede, que lleva el nombre del poeta, de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) en Baeza.
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