Hay flores que asemejan lágrimas. Otras, sonrisas. Algunas parecen soñadas. Quizás porque nacen de la semilla de los sueños. Flores talladas con manos de orfebre. Joyas que colmaron el sueño de zares, para después hacer soñar al pueblo que podía ser el zar. Todo el poder a los soviets. El poder cambiante: zares, mencheviques, bolcheviques, espías y potentados. Y los sueños arrebatados.
Flores azules y espigas doradas. Pétalos sin olor, testigos de la esencia del artesano. La estética de lo sobrio frente a la suntuosidad de los materiales. Los oropeles y los miedos apenas dejan entrever el Palacio de Invierno. Y el vaso, vacío de vodka, se llena con un trozo de la historia.
Flores azules y espigas doradas. Pétalos sin olor, testigos de la esencia del artesano. La estética de lo sobrio frente a la suntuosidad de los materiales. Los oropeles y los miedos apenas dejan entrever el Palacio de Invierno. Y el vaso, vacío de vodka, se llena con un trozo de la historia.
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