miércoles, 4 de noviembre de 2015

La ciudad de los muertos

No entiendo el culto a los muertos, ni comparto determinadas creencias, pero desde que murió mi abuela en 2008 cada primero de noviembre acudo al cementerio de San Eufrasio a llevarle flores al panteón familiar. 
Y cada año siento la misma vergüenza e indignación ante el lamentable estado de ruina y abandono del cementerio. Zonas valladas impidiendo el paso por temor a derrumbes, panteones semiderruidos, lapidas rotas... Hasta estudiantes de Medicina en busca de huesos. Una muestra de que en esta ciudad no se respeta ni a los muertos. Lo que no debe extrañarnos dado el trato que se da a los vivos. 
No deja de ser una paradoja que solo presente un buen estado la fosa 702, donde se levanta el monumento a las víctimas del franquismo. 
Y no valen excusas. Hablamos de un BIC, un Bien de Interés Cultural, que ahora solo se abre entre los últimos días de octubre y los primeros de noviembre para cumplir con la tradición. Y el resto del año permanece cerrado por ruina. 
Las asociaciones Iuventa y Patmos presentaron un proyecto para convertir el cementerio en un parque y poder mostrar así su patrimonio histórico y artístico, como ocurre en ciudades como Roma, París o Viena. Era y es una solución, una buena solución. Pero... 
El alcalde repartía las culpas del estado del cementerio entre la Iglesia católica, como propietaria, y la Junta de Andalucía, como declarante del BIC, y justificaba el papel del ayuntamiento con una inversión en “tareas de emergencia”. Un año más tarde, la concejal de Sanidad y Consumo exhibe los mismos argumentos. Solo falta una definición clara de qué se considera emergencia. 
La realidad es que el equipo de gobierno municipal ha renunciado a la gestión y apuesta por la congestión.
Dicen que no hay dinero en las arcas municipales, porque hay que pagar las nóminas. Y sin embargo, la plantilla y las contrataciones siguen aumentando, con lo que se incrementa el gasto en recursos humanos y, aceptando ese argumento, se deja de invertir en otras partidas. Con el resultado ya conocido de abandono, ruina, suciedad... 
Se preguntaba Larra el Día de los Difuntos ¿Dónde está el cementerio? ¿Fuera o dentro? (De la ciudad). Yo no tengo dudas, dentro de la ciudad. En las instituciones, en manos de muertos vivientes. Y de vividores. Jaén es San Eufrasio. Jaén es el cementerio.

Artículo emitido en SER Jaén, "La Colmena", el 4 de noviembre de 2015.


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