miércoles, 2 de diciembre de 2015

Habemus alcalde

El relevo se ha consumado. Como los matrimonios. Y ya tenemos nuevo alcalde. Javier Márquez sustituye a José Enrique Fernández de Moya. 
El cambio me ha hecho recordar a la difunta Duquesa de Alba y aquella afirmación sobre su hijo Cayetano “cambia de camisa como de novia”. Porque en este caso puede que hayamos cambiado de novia, pero la camisa es la misma. 
Disculpen pues que no comparta el entusiasmo por el trueque. Tú, el bastón de Jaén y yo, el sillón de Madrid. 
Es cierto que el listón que deja el alcalde a la fuga está tan bajo que cualquier cambio nos va a parecer bueno. Es obvio que ganaremos en las formas, porque el nuevo alcalde no gasta los malos modos de su antecesor, pero lo de la mejora en la gestión está por ver. Aunque también es cierto que no parece algo difícil de superar. 
Ahora bien, esta subida de un listón bajo mínimos no significa que Márquez disponga de un cheque en blanco, a pesar del aval de los tres concejales de ciudadanos. Tan previsible. 
El acto de toma de posesión ya ha supuesto una ruptura con la etapa anterior. Tanto en las formas como en el fondo. Con presencia de las distintas administraciones al margen de su color político, como debe ser, y con el anuncio de proyectos, para el casco antiguo y el polígono industrial. 
También asistió el presidente regional del PP para bendecir el cambio. Cuesta entender porque Moreno Bonilla aceptó la imposición de Fernández de Moya como candidato a la alcaldía, cuando era un secreto a voces su plan de fuga y Márquez se dejaba querer. 
Hubiera sido más lógico presentar a Márquez como candidato y dejarle las manos libres para elegir a sus compañeros de viaje. Entre los que a buen seguro no estaría el concejal Miguel Contreras, esa herencia envenenada que le dejan Fernández de Moya y García Anguita, cuyos modos nos recuerdan tanto al ya ex alcalde. 
Los entusiastas del cambio en la alcaldía pregonan, como anticipo navideño, el desbloqueo de los proyectos tutelados por Ayuntamiento y Junta de Andalucía, con el tranvía a la cabeza. 
Argumentan el talante del alcalde, como hacían otros con el presidente Rodríguez Zapatero, y su condición de jiennense. Como si los anteriores alcaldes hubieran sido de Cuenca o Sebastopol y como si Márquez no fuera del PP. 
Esperemos que el relevo sea para bien. Porque peor es difícil, pero no imposible.
 
Artículo emitido en SER Jaén, "La Colmena", el 2 de diciembre de 2015.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario