jueves, 6 de febrero de 2014

De idas y venidas

Meses asustándonos con que se rompía España y ahora resulta que lo que se rompe es el PP. Por la derecha, con la irrupción de VOX, que se sumará al bocado electoral iniciado por UPyD y Ciutadans; por las encuestas, que hasta las cocinadas no disimulan ya la sangría de la pérdida de votos (12 puntos desde 2011, según la última del CIS); por la ley del aborto, que cada día anuncia nuevas discrepancias de cargos públicos del PP con la reforma del ministro Gallardón; por la corrupción, que tras los tesoreros Bárcenas y Lapuerta ahora pone en el escaparate a su ex secretario general y mano derecha de Aznar, Francisco Álvarez Cascos, identificado por la UDEF como el PAC (nada que ver con la política agraria europea) que se embolsó más de 900.000 euros con cargo a la Gürtel; y por las espantadas, Mayor Oreja, renunciando a encabezar las europeas; Zoido, las andaluzas; y la más que previsible renuncia de Fernández de Moya a la Alcaldía de Jaén.
Es sabido que a Fernández de Moya le quema el sillón de la Plaza Santa María y que su aspiración es una silla en Sevilla o Madrid. Hasta en dos ocasiones ha tenido las maletas preparadas para marcharse. Esta semana parecía la definitiva, pero tampoco; el PP andaluz, ring del combate Cospedal-Arenas, ha pospuesto hasta el mes de marzo la designación de su nuevo líder, que antes de ser designado ya parece menos líder.  
Por si acaso, y contra pronóstico, el entorno de Fernández de Moya ya había filtrado que su sucesor en la Alcaldía será el concejal de Urbanismo, Javier Márquez, “Cuqui” para los amigos, hombre de diálogo alejado de la prepotencia y la soberbia instalada hasta la fecha en el consistorio jiennense. Se va Fernández de Moya y deja en herencia su fracaso, su incapacidad para la gestión más allá de la confrontación (el tranvía, el uso del edificio del Banco de España, la dependencia…) y su mal estilo. Con el relevo, y sin que sirva de precedente, gana Jaén.
Y entre idas y venidas, seguimos esperando el anunciado relevo al frente de la Delegación del Gobierno de la Junta de Andalucía. Un relevo que según pasa el tiempo resulta cada vez más improbable. Bien por la mano de Dios, Juan de Dios Gálvez, el empresario frailero hermano de la delegada; bien por la docilidad ante las órdenes de Sevilla, que ha impuesto la callada como respuesta y la inacción política. Los  nuevos tiempos.
Como no puede haber solo malas noticias desde la Junta, al acertado nombramiento de Elena Víboras como consejera de Agricultura, le ha seguido, también con retraso, el nombramiento de Julio Millán como delegado provincial. Otro acierto, por la persona elegida y por el desalojo de la anterior delegada, Irene Sabalete, inapropiada para ese y para cualquier otro cargo representativo. Como ejemplo, el bochorno que hizo pasar a propios y extraños, junto a la diputada provincial Adoración Quesada, cuando ambas se hicieron hueco a base de codazos para colarse en la foto junto a Sabina en un acto y una instantánea académica, que fotógrafos y medios de comunicación tuvieron a bien no publicar.  
Y tampoco todo pueden ser cuitas de la miseria política. También hay espacio para la “miserable poesía”; su autor, Manuel Lombardo, acaba de presentar su último poemario “Inventario de nieve”. Y ahí nos movemos, sin avanzar, entre lo inventariado y lo perdido. Entre la nieve y el humo.


Artículo emitido en SER Úbeda el 6 de febrero de 2014.
 
 

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