Mientras
el gobierno de la nación responsabiliza al ex presidente Zapatero hasta del
crimen de Cuenca, que como decía mi abuela ni fue crimen ni fue nada, y desde
la Junta de Andalucía culpan al ejecutivo de Rajoy hasta de la muerte de Manolete;
en Jaén, y en privado, unos y otros no dudan en destacar la incapacidad para
gobernar de sus respectivos líderes, Rajoy y Griñán, y su nefasta gestión, que
sitúa a la provincia ante un panorama económico desolador con el incremento del
paro hasta más de 70.000 jienenses sin empleo, la disminución de jornales
agrarios, el desplome de la cosecha del olivar y la ausencia de alternativas
productivas.
Esta
incapacidad está provocando en la orilla socialista el desplazamiento del centro
de toma de decisiones de la Junta de Andalucía a la Diputación provincial. Por
un lado, por las carencias económicas de la Junta y su incómodo socio y por la
escasa talla, salvo alguna excepción, de los delegados provinciales, a imagen y
semejanza del gobierno andaluz, frente a la mayor solvencia de las arcas y de
la gestión del órgano provincial. Y por otro lado, por la propia situación
interna del PSOE.
La
consolidación de la pasarela entre la calle Hurtado, sede del PSOE provincial,
y la plaza de San Francisco, ubicación de la Diputación, garantiza el
protagonismo de Paco Reyes, como quedó patente en la reciente visita de la
ministra de empleo, en ámbitos y competencias donde antes partía el bacalao la
Delegación de Gobierno de la Junta; más preocupada ahora por disimular la
miseria, solapar al bidelegado de Izquierda Unida y calmar a los alcaldes
socialistas de la vieja guardia, descontentos y críticos con el gobierno
andaluz y la dirección regional socialista.
Otro
alcalde, el de Jaén, del PP, enterrada su aspiración de abandonar el Ayuntamiento
y ser consejero por el fiasco electoral de su partido en Andalucía, tampoco
vive su mejor momento. Sin inversiones del gobierno y la Junta y sin que
cristalicen los proyectos de instalación de centros comerciales que iban a
generar empleo y negocio, se desmarca a última hora con el cambio de ubicación
de la futura ciudad sanitaria de la capital y queda expuesto en la plaza
pública con la nariz de Pinocho; porque su “generosidad” de no cobrar como
alcalde escondía en realidad un sueldo mayor como senador.
Ante
las críticas, la respuesta como siempre es matar al mensajero. Y en lugar de
dar explicaciones en sede parlamentaria o municipal, lo “in” ahora es el
graznido en Twitter. Será por cosas de la modernidad. Jaén punto cero.
Artículo emitido en SER Úbeda el 5 de
diciembre de 2012.
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