Hay
ciudadanos que prefieren instalarse en el guindo y creer que los políticos, en
Madrid, en Sevilla o en el ayuntamiento de su ciudad, andan la mayoría ocupados
en el gobierno de las cosas y las personas.
Nada
más lejos de la realidad. Aunque a alguno le cueste creerlo, dado el tiempo que
falta para las próximas elecciones municipales, la verdad es que los partidos
políticos están más preocupados por mantener alcaldías o acceder a ellas. De
ahí que hayan comenzado ya los movimientos internos para la designación de
candidatos y las apariciones externas para ganarse el favor de los potenciales
votantes.
En
la capital jiennense, a día de hoy, no es probable que repita alguno de los
candidatos a alcalde de las últimas municipales. Fernández de Moya, enterradas
sus aspiraciones de ser consejero, tras el enésimo fiasco de Arenas en
Andalucía y las pésimas previsiones de futuro del PP en las autonómicas, mira al
exterior. Aunque su principal mentor en Madrid, Cristóbal Montoro, tenga el
cartel de prescindible, los “cadáveres” de la Gürtel y los sobres de Bárcenas,
unidos a los movimientos generados por Aznar, pueden propiciar la apuesta por
caras nuevas y la caída de algún peso pesado en Madrid y Sevilla,
paradójicamente lastrado por el peso de esos sobres. García Anguita, que se vio
con el bastón de alcalde ante la marcha de Fernández de Moya a Sevilla, se
postula como heredero y cabeza de cartel. Algo que no todos ven claro en el PP.
En el PSOE, las cosas están más confusas. Fernando Calahorro, a quien en su último ofrecimiento para encabezar la lista socialista Zarrías le invitara a permanecer en la Junta de Andalucía, donde le auguró un gran futuro cuando era delegado provincial de Economía (una delegación no inversora y por tanto, poco propicia para ganar adeptos y generar clientelismo; igual que la Subdelegación del Gobierno), se ve, ya jubilado, ante su última oportunidad. A priori cuenta con el respaldo del PSOE local, que podría jugar la carta de su secretario general, Fernández Palomino, si Calahorro no obtiene suficientes respaldos. Conviene recordar que entre los apoyos del secretario general local se hallan algunos viejos enemigos de Calahorro que no ven con buenos ojos su candidatura.
En el PSOE, las cosas están más confusas. Fernando Calahorro, a quien en su último ofrecimiento para encabezar la lista socialista Zarrías le invitara a permanecer en la Junta de Andalucía, donde le auguró un gran futuro cuando era delegado provincial de Economía (una delegación no inversora y por tanto, poco propicia para ganar adeptos y generar clientelismo; igual que la Subdelegación del Gobierno), se ve, ya jubilado, ante su última oportunidad. A priori cuenta con el respaldo del PSOE local, que podría jugar la carta de su secretario general, Fernández Palomino, si Calahorro no obtiene suficientes respaldos. Conviene recordar que entre los apoyos del secretario general local se hallan algunos viejos enemigos de Calahorro que no ven con buenos ojos su candidatura.
Otro
de los aspirantes a encabezar la lista socialista es el ex delegado de Obras
Públicas y Vivienda, Rafael Valdivielso. El sobrino de Zarrías, que ha
comenzado a dejarse ver por los barrios, cuenta con el respaldo del provincial,
pero la insostenible situación del parlamentario y ex consejero Vallejo por los
casos de los ERE e Invercaria, ambos en sede judicial y con procesos abiertos,
podría llevarle al Parlamento andaluz y alejarle del Ayuntamiento de Jaén.
La
tercera opción es la ex delegada de Educación, Angustias Rodríguez, que también
cuenta con el respaldo de la Ejecutiva provincial y que mitigaría así el
desaire de Sevilla al rechazar la propuesta de Francisco Reyes para situarla al
frente de la delegación provincial del Instituto Andaluz de la Mujer.
En
IU habrá nueva candidatura. El provincial quiere a alguien con tirón que
ratifique los datos de las encuestas y el trabajo realizado desde la Junta. Y
la Asamblea local, enfrentada a la provincial y contraria a la política de
alianzas con el PSOE en la Junta, defiende su autonomía para elegir a quien
encabece la lista y marcar los tiempos. No descarten sorpresas: desde un remake
a un opción similar al diputado en Cortes, Garzón, joven, preparado y próximo
al 15-M.
En
cualquier caso el debate, como habrán percibido, se sitúa una vez más en los
nombres para ocupar la poltrona. Sin propuestas, vaya a ser que nos las
creamos. O nos ilusionemos.
A fin de cuentas, los tiempos en la política
son ficticios y los acuerdos papel mojado. De modo que lo que hoy es, mañana no
existe.
Artículo emitido en SER de Úbeda el 5 de junio de 2013.
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