Hoy
no voy a hablar de infraestructuras provinciales o de la carencia de ellas. Ni
del abandono del campo jiennense y la escasez de inversiones. Ni del olvido
sistemático al que se somete a esta tierra. Ni siquiera de los delincuentes
amparados en los escaños de los parlamentos o en los sillones de los
ayuntamientos, que hace tiempo olvidaron que su obligación es representarnos y
el buen gobierno de la cosa pública.
Hoy
voy a hablar de política y compromiso. De esas personas invisibles para la
mayoría, que desde un segundo plano dedican su vida a la defensa de unos
ideales. Con honestidad y generosidad.
Hoy
voy a hablarles de personas como Ramón Béjar, al que el mes de febrero se ha
llevado. Sin aviso. En 3 largos días, que sin embargo han sido un instante.
Una
vida dedicada al PSOE. Mamando de aquel viejo socialismo de yunque y pluma. Aquel
socialismo de Pablo Iglesias que implicaba una doble militancia, como la de Ramón,
en el PSOE y en la UGT, y la construcción del partido desde abajo.
Nada
que ver con este PSOE de principio del siglo XXI y su modelo empresarial jerarquizado,
con sede en la calle Ferraz de Madrid y franquicias en el resto del territorio.
Nada
que ver con este PSOE de cargos y secretarias, que en algunos casos también
necesitan de una secretaria, hasta para descolgar el teléfono y marcar.
Nada
que ver con este PSOE de coches oficiales. Habituado a moquetas y alfombras y
alejado de la calle, en el que priman los nombres y el poder frente a las
ideas.
Ramón
Béjar ha sido durante 30 años el jefe de la sala de máquinas del PSOE provincial.
Lo que algunos denominan el ‘aparato’. Un ‘hombre de la casa’ que gestionaba el
partido en la provincia.
Le
conocí hace 18 años y cada vez que iba a la calle Hurtado cumplía con el mismo
ritual, un pellizco a la nariz del busto de Pablo Iglesias y subir a ver a Ramón.
Será
difícil imaginar una campaña electoral sin él. Y muy raro ir a la calle Hurtado
y no verle con la mesa llena de papeles y el cenicero lleno de colillas. Puede
que hasta acabe creyendo que ahora es polla gorda el hornero quien se ocupa del
material de campaña, los mítines y la documentación de apoderados e
interventores.
Y
no será fácil encontrarle un relevo, otro jardinero fiel que cuide la rosa en
este largo invierno del PSOE de griñaninis y rubalnadas.
Saluda
a don Pablo. "Agur, Ben-Hur".
A la memoria de Ramón Béjar.
Artículo emitido en SER Úbeda el 6 de marzo de 2013.
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