viernes, 15 de octubre de 2010

El "Tintorro Party"

La autoría de españolizar el “Tea Party” no me pertenece. La denominación “Tintorro Party” corresponde a Iñaki Gabilondo, a raíz de los abucheos al presidente del Gobierno en el desfile militar del 12 de octubre y de la exhibición, sin complejos, de la extrema derecha española. Nacional, católica y cerril.
En esto no soy partidario del lirismo. Instalados desde hace algún tiempo en la antesala del fascismo, que algunos nunca han abandonado, determinadas actitudes e ideas sólo pueden denominarse como tal. Sarkozsy expulsando gitanos rumanos, ante el beneplácito de la Unión Europea y el apoyo de otros presidentes europeos, entre los que para nuestra vergüenza se hallaba el español; Fini, un fascista, contemplado como la esperanza y la solución de Italia; un país en el que Berlusconi, il nuovo ducce, se ha encargado de desmantelar la idea de Estado, incluso el propio Estado, y el respeto a leyes e instituciones; Aakesson, líder de la extrema derecha sueca, logrando representación parlamentaria, 20 escaños de xenofobia…
Y en España, algunos que bordean la democracia, estandartes de ideas y actitudes poco democráticas o antidemocráticas y que pese a ello presiden o aspiran a presidir comunidades autónomas y ayuntamientos o se sientan en los distintos parlamentos nacionales o autonómicos, no han tardado en traer la desesperanza manifestando su apoyo y simpatía al grupo extremista estadounidense del “Tea Party”. O entrando como elefantes en la cacharrería de la inmigración, ya sea en Cataluña o en Melilla, sin medir o sin que importen las consecuencias más allá de un previsible puñado de votos.
Como mediterráneo, aunque bebedor ocasional de té, prefiero el café. El buen tinto lo bebo solo, sin acompañamiento que lo estropee. Y sí he de beber tintorro, que sea en un Varguitas; aunque me da que el bautizado por Gabilondo no se traga ni con gaseosa.

2 comentarios:

  1. Gato, el lirismo no le resta realidad. Sean tea o tintorro party, los dogmas son los mismos.
    En cuanto a la degustación en solitario del tinto, a veces se agradece en compañía de una buena conversación.
    Un beso.

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  2. Esa buena conversación la acompañaría mejor de una rubia con espuma. Un beso.

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