miércoles, 7 de abril de 2010

Una explicación

Pensaba sobre cuál es la distancia entre lo que parece y lo que es. En cómo se mide esa distancia. Y en esas, lo reconozco, me he enredado. Quizás la distancia sea algo tan simple como una explicación. Y sin embargo, en muchas ocasiones, nada menos simple que una explicación.
Hay partidarios de ofrecer siempre una explicación. Y los hay de no ofrecerla nunca. Entre medias, los seguidores de las explicaciones en función de a quién vayan dirigidas o lo que es lo mismo, de no darlas a quién no las acepta o a quién entienden no las puede comprender.
Al margen de posibles y subjetivas categorías o subcategorías, hay personas que están obligadas a dar explicaciones, con independencia de su inclinación o rechazo a darlas y de los destinatarios. Y esa obligación de dar explicaciones está íntimamente ligada al concepto de responsabilidad, en sus más amplias acepciones.
En ocasiones no es extraño, diría que comienza a ser habitual, que lo que parece y lo que es sean lo mismo; y aún así, pese a que la distancia sea imperceptible, seguirían siendo necesarias las explicaciones; que por otro lado, es conveniente no confundir con la justificación de los actos, porque por todos es sabida la existencia de actos injustificables.
Pese a las explicaciones siempre habrá quien prefiera creer lo que parece antes que cerciorarse de lo que es. De igual manera que algunos prefieren lo que pudo haber sido a lo que fue.

2 comentarios:

  1. la distancia entre lo que parece y lo que es se nos enreda tanto como la que hay entre lo que deseas y lo que tienes. O al revés?. Saludos, gato

    ResponderEliminar
  2. La distancia no es algo tan simple còmo una explicaciòn,ni se puede superar con ella.
    La distancia se incuba poco a poco cómo consecuencia de no dar explicaciones aunque por jeraruìa,responsabilidad, cariño u otras circunstancias se estè oligado a ello.
    Parece,es, ¿pudo haber sido?.....palabrerìa, ¡sòlo distancia!

    ResponderEliminar