sábado, 17 de abril de 2010

El cartucho y la bala

Hoy he recordado la historia de un tipo que de tanto perder sólo conservaba una pizca de orgullo y un puñado de valores, en aparente desuso en su tiempo. Escasas pertenencias para sobrevivir.
Es un tipo de una generación intermedia, de esas que unen pasado y futuro. Así que no es extraño que haya habitado toda su vida en tierra de nadie. De esos que aprendió a encajar para poder mantenerse en pie. De esos que se asía a la esperanza para poder levantarse.
Ahora acaricia un cartucho y una bala. Todas sus expectativas de vida pasan por ese último cartucho. De fallar, de ser un cartucho hueco, sólo le quedará la bala.
Algunos creen por influencia de cine y literatura que las balas llevan escrito el nombre de a quien van destinadas. A mi no se me ocurre otra leyenda para esa última bala que la de la desesperación y la angustia; fruto de la incapacidad para vislumbrar un futuro mejor que el presente.
Y siempre me he preguntado cuántos de esos tipos cuyo último cartucho fue un nuevo fracaso no fueron capaces de utilizar la bala y nunca nadie lo supo. Cuántos optaron por la bala sin lograr comprensión. Y cuántos tipos como ese habrá hoy incapaces de ver más camino que el marcado por la bala.

2 comentarios:

  1. Hay más caminos..... sin embargo alguien dijo una vez que la diferencia entre estar vivo o muerto era que cuando ya estás muerto no piensas en una bala siquiera, te mantiene la inercia. Cuando estás vivo aún te debates en la lucha....
    ¿no será tu cumplaños por estas fechas? por cierto....

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  2. Rakel, cumplo años en febrero y soy más de buscar cartuchos que últimas balas, pero últimamente veo a la gente muy jodida.

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