jueves, 6 de junio de 2019

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El próximo alcalde de Jaén debe ser Julio Millán. No porque haya obtenido más respaldo electoral que el otro candidato que puede optar a la Alcaldía, Javier Márquez, sino porque es el único de los dos que hoy genera cierto entusiasmo y una opción real de cambio de rumbo en la política municipal.
Ambos están legitimados para el cargo, porque aunque es cierto que el candidato del PSOE ha sido el ganador de las elecciones municipales y Márquez, el claro perdedor, la democracia es, nos guste o no, entendimiento, diálogo, acuerdos; o si lo prefieren aritmética, suma de voluntades, y en este caso, de concejales. 
Los electores han dicho con sus votos que no respaldan la gestión de un alcalde que había sido designado a dedo y que en su primera cita electoral como candidato a la Alcaldía se ha dado un buen batacazo, en la línea del PP en las recientes convocatorias electorales. 
La mala noticia para ambos y para la ciudad de Jaén es que necesitan la participación de Ciudadanos. En el caso del candidato socialista con el voto de sus cuatro concejales o con una abstención y el voto favorable de los dos concejales de Adelante Andalucía para ser elegido alcalde y gobernar en minoría. En el caso del candidato del PP solo hay una fórmula, a los cuatro votos de Ciudadanos debe sumarle los dos concejales de VOX, es decir, compartir el bastón de mando con la ultraderecha. 
Ciudadanos ya ha anunciado que quiere cuatro concejalías, incluida Urbanismo. Nada nuevo, su trayectoria en el Ayuntamiento en los últimos cuatro años ha sido pedir sillones y pasta, aunque la petición parece desmesurada para la representación obtenida; una vez más los resultados del partido de Rivera han estado por debajo de sus expectativas. 
Lo triste o lo gracioso, según el cristal con que se mire, es que la decisión no se va a tomar en Jaén. Aunque la candidata de Ciudadanos juegue al despiste, al final decidirá Madrid. Y puede que el próximo alcalde de la ciudad vaya en el mismo paquete que el de Granada y Córdoba y alguno más.
Por si hubiera pocos actores en esta obra, el PP de Requena, es decir del ex alcalde Fernández de Moya, está vendiendo el paño del adiós de Márquez y su retiro al blindado sillón de senador, la renuncia de Carazo como concejal y la propuesta de Reyes Chamorro como alcaldesa con los votos de Ciudadanos y VOX. 
Por ser positivos, lo bueno de quien se vende es que quien va a pagar sabe que solo es una cuestión de precio. Así que se trata de averiguar hasta dónde se está dispuesto a llegar y luego, dar explicaciones convincentes. En esto último, créanme, es donde se haya la mayor dificultad.

Mi artículo para SER Jaén, "La Colmena", del 6 de junio de 2019.

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