viernes, 25 de mayo de 2018

Desterrados

Me enteré el lunes por la mañana. Y no daba crédito. Aunque en Jaén no deben sorprendernos estas cosas, porque por desgracia ya estamos acostumbrados a ser los últimos de la fila. 
La realidad es que el Jaén Paraíso Interior, nuestro equipo de Fútbol Sala, jugará el segundo partido de las semifinales del play off al título de liga contra el Inter Movistar en Granada. La dictadura de las teles. El caso es que para poder retransmitirse por televisión desde el Pabellón de La Salobreja habría que cambiar la superficie de la pista por una azul y tener unos marcadores LED de los que carecemos. 
El Ayuntamiento de Granada se ha puesto a disposición del club, ha manifestado su orgullo por acoger la semifinal y ha abierto sus puertas a equipo y afición. Es curioso que los munícipes granaínos traten mejor al equipo que el Ayuntamiento de Jaén. 
No les gusta al alcalde y a sus concejales nuestro equipo de Fútbol Sala. Para hacerse las fotos cuando gana sí, pero para otras cosas… Lo tienen tan atragantado que hasta les cuesta decir el nombre y nunca lo pronuncian, siempre le llaman el Jaén Fútbol Sala, lo de Jaén Paraíso Interior les debe producir urticaria. Y deben haber aleccionado bien hasta a la ‘negra’ del alcalde en redes, porque tampoco ella llama al equipo por su nombre. Al menos el alcalde tiene quien le escriba, aunque sea pagando. Yo puestos a elegir, que me escriba el Profesor Mustio Collado. 
Sin embargo, con el Real Jaén es otra cosa ¿por qué será? 
Al margen de por lo que ustedes están pensando, tiene su lógica. El Jaén Paraíso Interior Fútbol Sala es admirable. Es un ejemplo. No me canso de repetir el mérito que tiene este equipo. Su triunfo es el resultado del trabajo, del esfuerzo, de la humildad, de la unión… Grande en la victoria, pero también en la derrota. Representa los valores que queremos ver en el deporte y los que nos gustaría inculcarles a nuestros hijos. Y a ser posible trasladarlos al conjunto de la sociedad. 
Además, se ha ganado el respeto de los de aquí y de los de fuera. Ha aumentado nuestra autoestima y ha hecho que nos sintamos orgullosos de ser lagartos. Y por si todo eso fuera poco ha generado un caudal de ilusión; una marea amarilla que inunda nuestra ciudad y aquellas ciudades donde juega. 
Es decir, lo contrario de lo que nos proporcionan los gerentes del Hotelito de los Líos, como bautizara el añorado Fernando Arévalo a este nuestro Ayuntamiento, que a mí me recuerda más al Club Social de Cheyenne, pero sin James Stewart ni Henry Fonda. 
¿Qué el destierro a Granada pone en evidencia las carencias de nuestra ciudad? Naturalmente. Entre otras la ausencia de un pabellón deportivo que reúna las condiciones para la celebración de estos eventos y similares. Y por tanto, la necesidad de que comience a construirse de una vez el anunciado Oliva Arena. 
No hay dinero, ni siquiera interés en gestionar una solución para que ese partido se hubiese jugado en nuestra ciudad, pero si lo hay para la celebración de otros eventos, a lo que se ve más lucrativos, aunque ajenos a la identidad de la ciudad; como ese campeonato de pádel para el que se ha levantado una mole de hierros frente a la Catedral. 
¿Una cosa no es incompatible con la otra? Por supuesto. Pero deja claras cuáles son las preferencias y las prioridades del alcalde y sus concejales. Espero que las cuentas participen también de esa claridad. Porque frente a los iluminados seguimos huérfanos de luz.

 Mi artículo para SER Jaén, "La Colmena", del 24 de mayo de 2018.

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