viernes, 2 de febrero de 2018

Cipreses

“Ciprés (Agua estancada.)”, escribía Federico García Lorca. 

Esa agua estancada que nos trae el hedor, lo podrido. Nos hace ciénaga y lodazal. Nos evoca una ciudad sucia, donde se abre paso el olvido y habitan las ratas. Una ciudad sin esperanza.
Perdida entre olivos y ahora también entre cipreses, Jaén es el ring donde se miden los políticos; el cuadrilátero donde la ciudad recibe los golpes y los ciudadanos besan la lona. No tiramos la toalla, pero si no andas presto te la birlan como las promesas de hoy y los proyectos de ayer, con dedos de trilero y lengua de mercachifle. 
Algo falla si se talan cipreses sin permiso, para que se vea la publicidad de unas vallas ubicadas ilegalmente en un terreno de titularidad pública, ¡frente a la Jefatura de la Policía Local! Y no ocurre nada hasta que el “mudo ciprés”, loado por Gerardo Diego, aunque devanado ‘canta la gallina’ y en las redes sociales se agitan las ramas.

“Los cipreses creen en Dios”, apuntaba Gironella.

Me pregunto si la tala los vuelve descreídos. Con ese mismo descreimiento que se apodera de nosotros. Por la ceguera. Por la sordera. Por la inacción. Por el tarde, mal y puede. Por el vuelva usted mañana. Por el presente arrebatado, que es una forma de negar el futuro.

“La sombra del ciprés es alargada”, redactaba Delibes.

“El que a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija”, apostilla el Refranero.

Mutilado el árbol, mengua la sombra y se da paso al artificio. Jaén es un teatro de sombras, sin magia; un muro blanco donde las manos sucias proyectan figuras chinescas. 
Pero como en el tablero de juego, mienten las manos. La baza es de parejas o tríos. No hay mus. Y órdago a la chica. Hoy es la intermodal o la cámara oscura. Ayer era la Catedral o la cantera de la Fuente de la Peña. Y siempre es el tranvía. En la ciudad del tahúr hay más figuras en la bocamanga que en la baraja. Y la partida se juega bajo la mesa.

“Sombríos cipreses, mármoles rotos”, recitaba José Hierro.

La ciudad es un nuevo cementerio alzado para los vivos. Jaén, donde hoy es ayer; y mañana también.

 Mi artículo para SER Jaén, "La Colmena", del 1 de febrero de 2018.

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