lunes, 20 de marzo de 2017

"Cosas"

Hay cosas y cosas. Y luego están las “Cosas” de mi amigo Javier Martínez escritas con el talento de Pedro Lendínez. 
Con los amigos uno tiende a ser parcial, de modo que digas lo que digas se entiende en clave de amistad y eso muchas veces, casi siempre, se malinterpreta y el que escucha, salvo excepciones, es proclive a creer que alabamos la creación de un amigo por encima de su valor real. 
Es posible, por eso como en tantos otros ámbitos de la vida lo mejor es verlo con los propios ojos y a partir de ahí calibrar si lo visto merece la pena o por el contrario es prescindible.
Dicen que a la tercera va la vencida y aunque no siempre se cumpla, no es menos cierto que en esta ocasión fue así. Las dos anteriores representaciones por cuestiones de fecha se quedaron en un intento, pero no más. 
Así que tenía apuntada la fecha en el calendario de la siguiente representación en la Sala Señora Ciempiés, pequeño gran local de Jaén que por desgracia exhibe el cartel de “Se vende”. Por si eso fuera poco el mismo día de la representación me encontré con Javier por la mañana, así que ese lunes era el día. Y lo fue. 
Una hora de reloj. Una hora en la que al talento en el texto de Pedro se sumó el talento interpretativo de Javier. No voy a destripar nada y menos ahora que anuncian gira fuera de los límites provinciales. Solo les diré que me pareció fascinante la variedad de registros y el hilo de palabras que la hacían posible. 
Y añadiré que disfruté viendo a Javier al fondo de la sala frente al público, en el que más de uno éramos amigos, cierto, en el que más de uno repetía, cierto también, y en el que ninguno creo se sintió defraudado. 
Conocíamos las cosas de la vida, las cosas del querer, las pequeñas cosas e incluso el lado oscuro de las cosas pero éramos ajenos a estos 60 minutos de otras “Cosas”, las de Pedro y Javier, que ahora son también un poco nuestras cosas. 
Puede que ya lo fueran, porque forman parte de lo cotidiano, de nuestro entorno, de nuestra forma de relacionarlos con los demás y por supuesto, de cómo somos o cómo nos hacen ser las cosas que nos pasan y las que nosotros hacemos que pasen. 
“Cosas”, a secas, como el pan de Chukri.

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