jueves, 22 de diciembre de 2016

Ruleta rusa

Los que son padres y tienen hijos en edad escolar ya lo saben. En los días previos a las vacaciones de Navidad se nos ha convocado en los colegios para informarnos sobre la vacunación de nuestros hijos. 
Y ¡sorpresa! No hay vacunas para todos. De modo que algunos peques no serán vacunados ahora. 
No es algo nuevo, ya en mayo del año pasado el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud comunicaba a los profesionales sanitarios que había “problemas en el suministro global” de algunos tipos de vacunas. 
Según los expertos del mencionado Consejo “dado que el objetivo de esta dosis es mantener la protección a largo plazo, no se considera que exista un incremento de riesgo por este retraso” en la vacunación. 
Yo me quedo más tranquilo; sobre todo porque mis hijos están vacunados y porque por la edad no son de los que se van a ver privados de esta dosis. Pero qué quieren que les diga, no me gustaría estar en otra piel y sin dudar de los expertos, prefiero ser yo quien decida si vacuno o no a mis hijos. 
Tampoco me gustaría estar en el pellejo de los directores y profesores de los colegios de Jaén, ni en el de los profesionales sanitarios, porque ellos en realidad no pueden responder a las dudas de los padres, ni mitigar angustias. 
El problema es de los laboratorios que elaboran las vacunas. Y ahí algo tendrán que decir y hacer las administraciones central y autonómica, el ministerio y la consejería, para que los laboratorios cumplan con el abastecimiento o para tomar medidas alternativas. 
Queda muy simpática esa manida frase de que Europa acaba en los Pirineos, pero viendo estas cosas parece cierta. Y uno tiende a pensar que en lugar de vivir en Jaén habitamos en un país tercermundista, donde medicamentos y alimentos se utilizan como instrumentos de poder. 
Cuando éramos pequeños nos decían aquello de que con las cosas de comer no se juega. Con la salud, tampoco. La realidad es que la falta de vacunas, como otras cuestiones relacionadas con carencias sanitarias, huele a recortes. Y siempre pagan los mismos. 
No se trata de generar alarma social, pero tampoco se puede permitir que la vacunación se convierta en el juego de la ruleta rusa. 
Ya saben, “prevenir es curar”.

  Artículo emitido en SER Jaén, "La Colmena", el 22 de diciembre de 2016.

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