sábado, 7 de enero de 2017

El templo olvidado

Si creyera en los Reyes Magos les escribiría una carta para Jaén, pidiéndoles entre otras cosas la apertura de la iglesia de Santo Domingo. 
Pero me tendré que conformar con políticos que creen que el bastón y el sillón les da la talla que les falta o que ambicionan gobernar un país y son incapaces de abrir la puerta de un templo. Con estos no hay carta que valga. 
De los grande almacenes, tan de moda y tan concurridos en estas fechas, me gusta lo que venden dentro, pero los edificios me parecen espantosos. Con las iglesias, menos de moda y menos concurridas, me ocurre lo contrario. 
La iglesia de Santo Domingo colindaba con mi casa. Así que era la preferida por mi abuela para llevarme a misa, junto a las cercanas del hospital San Juan de Dios, La Magdalena o San Juan. 
Recuerdo que mis primos, mi hermana y yo nos situábamos en el balcón de la casa más cercano a la iglesia y observábamos las comitivas, ya fueran entierros o bodas. A la par, despojaba a las cortinas de esas bolas textiles que remataban sus bordes para utilizarlas de proyectiles en las pistolas de gomas que comprábamos en el kiosco de La Magdalena o en “Los guapos”, en Martínez Molina. 
Después volví a Madrid. Tras mi regreso prevalece de la iglesia el recuerdo de una puerta cerrada y un cartel de obras. Han pasado más de 40 años. 
En febrero de 2016, la presidenta de la Junta de Andalucía prometió una inversión de un millón y medio de euros para finalizar la rehabilitación y la apertura del templo. Se ve que Ferraz tira más que Los Uribe. Y Jaén suena en la sucesión pero nunca en la progresión. 
A grupos como “Iniciativas, andamios para las ideas”, “Acción conjunta por el patrimonio” o la “Asociación cultural Patmos” les duele la boca de reclamar su apertura. Además piden un debate para definir su uso público, porque iba a ser un espacio polivalente que albergara exposiciones como la del Renacimiento y Vandelvira, allá por 1992. Y me temo que la iglesia hoy no albergue ni almas. 
No soy optimista en lo concerniente a Jaén. Aquí solo pasa el tiempo y por más que se intente avanzar y mirar al futuro siempre volvemos atrás. El presente es pasado. 
Como por pedir que no quede. Y por eso de que a principios de año todos rebosamos buenas intenciones y firmes propósitos igual en 2017 si toca. A quién corresponda, reabran la iglesia de Santo Domingo. Aunque sea por los mercaderes.  

Artículo emitido en SER Jaén, "La Colmena", el 5 de enero de 2017.

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