jueves, 28 de mayo de 2015

Telas de araña

Me gustaría creer que algunas palabras quedan prendidas en los hilos del tiempo. Que van aparejadas a la memoria y evitarán por tanto la repetición de vacuas promesas y el bochorno de contemplar espectáculos que no deberían volver a producirse, porque ni siquiera deberían haberse dado. Me gustaría creer que esas palabras se esparcirán como semillas y germinarán para garantizar un futuro que hoy parece menos inalcanzable pero continúa arrumbado en el cajón de los sueños. Quiero creer que esas palabras constituyen un legado irrenunciable. La esencia del aprendizaje.
Y sin embargo, la realidad empuja al escepticismo. Abre la puerta del olvido y muestra sin pudor la ausencia de conciencia. La coartada para desaprender. Y las palabras, sin perspectiva de tiempo, se enredan para tejer telas de araña. Apresan la esperanza y niegan la ensoñación del futuro.

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