jueves, 29 de septiembre de 2016

¡Qué viene el lobo!

¿Recuerdan aquella novela de García Márquez, “Crónica de una muerte anunciada”? Pues la situación económica del Ayuntamiento de Jaén está a caballo entre esta novela y el cuento de “Pedro y el lobo”.
Mentiría si dijera que el anuncio del alcalde de que no había dinero para pagar la nómina de septiembre de los trabajadores municipales me ha sorprendido. Aunque con los precedentes, uno tenía dudas de si esta vez era cierto. Ya saben, ¡qué viene el lobo! 
Hace unas semanas hablaba con un colega de profesión del estado de las arcas municipales y ambos coincidíamos en que era imposible voltear la situación con los actuales ingresos del ayuntamiento y sus gastos, fundamentalmente los del capítulo 1 y los intereses de la deuda; que obviamente superan a los ingresos. Por lo que solo una medida tomada desde fuera, como la creación de un fondo estatal o una quita de la deuda, podría ayudar a aliviar las cargas de este y otros ayuntamientos en similar estado de agonía pecuniaria. 
Pero que nadie dude, la bancarrota municipal es el resultado de una mala gestión. 
Es cierto que la culpa es compartida y que la gestión de los últimos mandatarios de la ciudad, de uno y otro partido (PP y PSOE), ha sido nefasta, pero no es menos cierto que unos tienen más culpa que otros. 
Me hace gracia que se quiera exonerar al actual alcalde. Como si no hubiera sido concejal durante el anterior mandato municipal y como si le hubieran obligado a ser alcalde y desconociera la situación económica del ayuntamiento, que ha sido incapaz de revertir. 
Ha primado el catetismo desilustrado de ser alcalde de mi pueblo frente a un reformismo ilustrado cada vez más necesario en Jaén y en el resto de España. 
No hay modelo de ciudad y no hay modelo para gestionar la ciudad. Se ha apostado por la generación de recursos atípicos, básicamente a través de convenios urbanísticos que en muchos casos han quedado en papel mojado, y se han desechado otras fórmulas, como la racionalidad del gasto o la gestión participativa que son eficaces en otras ciudades. 
A cambio hemos tenido sospechosas permutas de terrenos municipales, blindajes en contratos municipales, una plantilla municipal sobredimensionada, derroche económico en macroproyectos inacabados o en desuso, una escasa capacidad recaudatoria y un sinfín de desatinos para los que se busca justificación en lugar de responsables. 
Pues ya saben corderos, la muerte estaba anunciada ¡Qué viene el lobo! ¡Qué ruina!


Artículo emitido en SER Jaén, "La Colmena", el 29 de septiembre de 2016.




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