martes, 14 de abril de 2009

Stanbrook


Un barco navegando en el mar y perdiéndose por la línea del horizonte bien podría ser la metáfora del final de la vida. Sin embargo, en marzo de 1939 la imagen de un barco, el mercante británico “Stanbrook”, alejándose en el horizonte simboliza el inicio de una vida. En realidad, de más de 2.000 vidas republicanas españolas.
En un año en que se cumplen 70 de la derrota republicana, tras el golpe de estado que provocó la guerra civil, y 78 de la II República y en una semana en que los medios de comunicación, en especial los made in USA, inventan un nuevo héroe el capitán Phillips frente a los piratas somalíes del océano Índico, es importante y necesario recordar y reconocer a nuestros propios héroes, de carne y hueso, como el capitán galés Archibald Dickson.
El “Stanbrook”, capitaneado por Dickson y con capacidad para 24 tripulantes, zarpó del puerto de Alicante con más de 2.000 refugiados republicanos a bordo. Según cuenta el propio Dickson, en una carta remitida al Sunday Dispatch fueron 1.835 refugiados, aunque otras fuentes como la Comisión Cívica para la Recuperación de la Memoria Histórica de Alicante hablan de cerca de 3.000. Escapando al bloqueo y a los bombardeos alcanzó el puerto de Orán (Argelia), tras 20 horas de travesía y la amenaza del capitán Dickson de estampar el barco contra el puerto si las autoridades francesas no permitían su amarre.
En el puerto de Alicante quedaron entre 18.000 y 20.000 republicanos, todos no cabían en el “Stanbrook”, que fueron apresados por las tropas franquistas y conducidos a campos de concentración. Fue la última provincia española donde ondeó la bandera republicana y sin duda una de las imágenes de la derrota y el fin de la II República.
En espera del advenimiento de la III, hoy 14 de abril, se celebra la efemérides de la II. Día de aniversario, anhelos y nostalgia, con la bandera tricolor ondeando en el corazón de los vencidos y el saludo de los compañeros resonando en sus oídos, ¡salud y república! Cualquier fecha es buena para una reivindicación, pero sin duda la de hoy lo es para reclamar la rehabilitación, la reparación y la recuperación de la dignidad de los ausentes, de los desaparecidos que todavía hoy duermen el sueño de la injusticia, que no del olvido, en cunetas, pozos y fosas.

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