Ahora construyo un puente. Para lograrlo no es suficiente con el yo, necesito también al otro, y a partir de ahí cualquiera que quiera sumarse al proyecto es bienvenido.
Se pueden construir puentes con las palabras y la mirada. Y también con la amistad o entrelazando las manos. Y se pueden construir puentes sin tener idea de fuerza o resistencia. E ignorando todo o casi todo sobre técnica y materiales.
Estoy construyendo un puente que no se dónde lleva y para qué sirve, salvo que al otro lado haya alguien y entonces, el fin es claro.
Los puentes unen. Son como una mano tendida a la que asirse. Un camino sobre el abismo. Y una senda de colores como el arco iris, el más hermoso e inalcanzable de los puentes. Pero no son como el camino que sumado a otros muchos conduce siempre inexorablemente a un único destino.
Algunos se construyen sobre ríos y mares y otros cruzan gargantas o barrancos. También los hay interplanetarios, submarinos y ocultos en las profundidades de la tierra que sólo pueden ser atravesados en el mundo de los sueños. El mío se alza sobre las lenguas de agua. Espero que libere a las lenguas de carne de su letargo en la boca y que en ese despertar sean incluso capaces de soñar con otras bocas. Y espero que ese puente sea un nexo entre islas, para pisar tierra más allá de las soledades compartidas.
Se pueden construir puentes con las palabras y la mirada. Y también con la amistad o entrelazando las manos. Y se pueden construir puentes sin tener idea de fuerza o resistencia. E ignorando todo o casi todo sobre técnica y materiales.
Estoy construyendo un puente que no se dónde lleva y para qué sirve, salvo que al otro lado haya alguien y entonces, el fin es claro.
Los puentes unen. Son como una mano tendida a la que asirse. Un camino sobre el abismo. Y una senda de colores como el arco iris, el más hermoso e inalcanzable de los puentes. Pero no son como el camino que sumado a otros muchos conduce siempre inexorablemente a un único destino.
Algunos se construyen sobre ríos y mares y otros cruzan gargantas o barrancos. También los hay interplanetarios, submarinos y ocultos en las profundidades de la tierra que sólo pueden ser atravesados en el mundo de los sueños. El mío se alza sobre las lenguas de agua. Espero que libere a las lenguas de carne de su letargo en la boca y que en ese despertar sean incluso capaces de soñar con otras bocas. Y espero que ese puente sea un nexo entre islas, para pisar tierra más allá de las soledades compartidas.