jueves, 4 de octubre de 2018

Anomalías

Ya estamos de vuelta todos. O casi todos, porque algunos están de vuelta y media y a otros habría que ponerlos así. Volvemos y nos encontramos con que el verano no se ha ido y padecemos eso que algún modernito en plan ‘cool’ denomina ‘veroño’. Que rima con memoria. En realidad, es lo que siempre se ha conocido como el veranillo de San Miguel o del membrillo, pero a alguno le parecerá una anomalía. 
Regresar significa también reencontrarnos con nuestros horrores cotidianos, los políticos. La verdadera anomalía. Ya lo saben, la nueva cara del PP, Pablo Casado, falto de ética y sobrado de lengua, se ha despachado con eso de que el gobierno en Andalucía es “inédito y una anomalía”. Es decir, que en esta tierra somos anómalos (se entiende que cuando se vota al otro), que viene a ser como si nos llaman ‘subnormalos’, ‘anormalos’ o similar delicatesen. 
Aunque en Jaén, también en Almería, de delicatesen debemos estar escasos. Vamos, que para la Junta de Andalucía carecemos de sabor. Hablando en plata, que somos unos sosos, unos ‘desaboríos’, y por eso nos dejaron fuera de “Andalucía, paisajes con sabor”, una campaña para promocionar la gastronomía andaluza. 
Es cierto que a última hora y por diversas presiones se ha rectificado, que dicen es de sabios, pero el daño ya estaba hecho; a la provincia, a los jiennenses y a otras instituciones, curiosamente del mismo color político que la Junta, como la Diputación provincial, cuya labor promocional y apuesta por Jaén están ahí. Una vergoña. Que también rima con memoria. 
Quien no rectifica o no tiene enmienda es el Ayuntamiento capitalino. La lista es larga. Y va por barrios. Como muestra, la basura. Además de literalmente tener ratas en el centro de la ciudad, y me refiero a los roedores, hay menos contenedores. Y los que hay están colocados que ni a propósito para dificultar el paso o la visión. ¿Sabe alguien a quién debemos esa ubicación de los contenedores y cuál ha sido el criterio para colocarlos? ¿O es el libre albedrío? 
Por cierto, una anomalía es tener un alcalde al que no ha votado nadie. Le ha dado ahora al regidor por salir en todas las fotos posibles y por el pajarito azul de twitter, será para justificar la contratación de su gestora de redes personal o por imitar al presidente Trump. El caso es que avanzamos en lo virtual y retrocedemos en lo real. 
Olvídense de las rimas y preserven la memoria. Tenemos la espada de las elecciones sobre nuestras cabezas. Y el voto es nuestro. Échenle memoria y cabeza cuando llegue el momento. El verano se irá, pero me temo que también en invierno seguirán prodigándose los membrillos. Y no es una anomalía.

Mi artículo para SER Jaén, "La Colmena", del 4 octubre de 2018.

2 comentarios:

  1. Pues a espabilar los jienenses y pedir lo que les corresponde y si los políticos no valen , pues a echarlos que para eso están las elecciones. Y me pregunto yo ¿Para cuándo el funcionamiento del tranvía? Un abrazo.

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  2. Me alegra verte por el callejón. Bueno, desgraciadamente lo de esta tierra no es una excepción. Escribo de aquí porque es donde habito. Lo del tranvía si no pasa algo raro estará funcionando el año que viene de cara a las municipales. Lo gracioso de este asunto es que se han gastado millones de euros y nadie asume responsabilidades por tenerlo en vía muerta. Los políticos siguen pensando que su responsabilidad finaliza cuando pierden el gobierno y los ciudadanos lo permitimos. Un abrazo.

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