domingo, 28 de septiembre de 2014

Anonimato

Hay quien se oculta en el anonimato porque entiende que los focos sobre el autor desvirtúan la creación. Hay quien se escuda en el anonimato por timidez, por una aversión irreprimible a ser visto o reconocido. Y hay quien busca el anonimato por cobardía, para no dar la cara y encizañar desde la sombra; expertos sembradores de dudas y propagadores de males.
A estos últimos es conveniente desenmascararlos. Situarlos bajo la luz y exponerlos en plaza pública. Colocarlos ante el espejo, pero también frente al cristal para que se observen y sean observados; para que al menos si ellos no se reconocen, sean reconocidos.
Propensos a dar gato por liebre y a obtener siempre tajada. Debería ser de obligado cumplimiento para el resto ponerles rostro, nombre y apellidos. Y que así de burladores pasen a burlados.
No siempre es tarea fácil, porque algunos son auténticos expertos en ocultarse y tras el pasquín o entre las sombras verter su veneno. Aun así y pese a estar habituados a desenvolverse incluso bajo sospecha, siempre acaban por delatarse, por el gesto, por la palabra o por sus actos.
Merecedores siempre del desprecio, es en ese momento de inculpación involuntaria, al caer la máscara, cuando debemos colocarlos bajo el haz de luz y mostrar la cara de la ruindad.
Puede que no sirva de mucho. Puede que incluso estén protegidos por otros, compartidores a partes iguales del anonimato y la hipocresía. Pero es innegable la satisfacción que proporciona ponerle rostro, nombre y apellidos al villano.

2 comentarios:

  1. Hola Carlos, gracias por tus comentarios. Leerte ha sido un placer, espero seguirte por aqui.
    Un beso.

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  2. Hola Panchita,
    bienvenida a este callejón.
    Un beso.

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