jueves, 22 de mayo de 2014

Los votos como respuesta

Dos de los grandes fracasos del actual periodo democrático en España son la Educación y Europa.
Lo de la Educación es sabido, un pueblo sin formación es más fácil de manipular y doblegar. Así que se ha apostado por devaluar la enseñanza.
Lo de Europa no solo es culpa de los políticos españoles, el resto de países europeos y la propia Unión Europea han contribuido a que lo verdaderamente común sea el escepticismo.
El próximo domingo hay Elecciones Europeas. Los españoles estamos llamados a las urnas. Y en esta ocasión al desinterés general se suma el interés de los grandes partidos porque la llamada fiesta de la democracia parezca un funeral. Debería sorprendernos que España sea el único país europeo cuyo gobierno no ha realizado una campaña a favor de la participación electoral. Y en correspondencia, los españoles deberíamos llenar las urnas de votos y desmentir a los sondeos que sitúan la abstención en más del 50 por ciento del electorado.
Desechada la idea de Europa, las elecciones se miden en clave nacional y bipartidista. El poder que no se presenta a la consulta alienta desde la sombra una futura coalición PP-PSOE a semejanza de la alemana. Y el otro, que al menos formalmente se presenta, ha tratado de imponer una campaña de perfil bajo, acorde con los dos candidatos de las formaciones políticas mayoritarias, buscando el desánimo de los votantes y el aislamiento del resto de partidos. La realidad no es otra que frente a frente el PP se refleja en el PSOE y viceversa; ambos han votado lo mismo en el 80 por ciento de las propuestas presentadas en el Parlamento Europeo.
Aun así, se han prestado a la pantomima de la campaña como laboratorio de las próximas consultas electorales en España.
No esperaba ninguno que el PP, tan reacio a los debates, se saltara el guión y exhibiera una vez más sus problemas con las mujeres. Le ocurrió a Rajoy con su imaginaria niña, que se parecía más a la del exorcista que a la hija de una familia media española. Y le ha ocurrido ahora al candidato Cañete, que no ha tenido rubor en utilizar la cartera de ministro para hacer la precampaña, ni se ha puesto colorado por evidenciar en público que para él (y ante la falta de desmentidos, también para el PP), las mujeres son manifiestamente inferiores al hombre. Pensará el candidato del PP que es el hombre el que mete la papeleta en el sobre y la mujer, sin cerebro y sumisa, la deposita en la urna. Vamos, que eso de la igualdad es una vaina.
Si yo fuera mujer no dudaría en darles con el voto en las urnas. Como hombre, tampoco. Este domingo nos toca hablar a los ciudadanos. Voten. Y digan con su voto no a la corrupción, no a la xenofobia, no a las troikas y los hombres de negro y sí a la Europa de los ciudadanos. No lo olviden, el domingo, participen y voten.

 Artículo emitido en SER Úbeda el 22 de mayo de 2014.

No hay comentarios:

Publicar un comentario