jueves, 6 de mayo de 2010

Cazadores de hormigas

No llevan ropa al uso del cazador, pero se les distingue con relativa facilidad. Pantalón corto, mirada de curiosidad y afán de descubrir cosas nuevas y como armas, a lo sumo, un pequeño palo en una mano y las suelas de los zapatos prestas para aplastar a las codiciadas piezas.
Corretean ojo avizor para hallar un pequeño agujero en la tierra: el hormiguero, la casa de las hormigas. Y una vez descubierto, son implacables. Desde lejos, al contemplarlos, parece algo inocente, pero es la crueldad en estado puro.
Emplean de forma desproporcionada su fuerza, practicando el matonismo con unos pequeños bichos que ni siquiera tienen opción de defensa; violentan su casa con el palito, que también sirve para aplastar a alguna hormiga que en ese momento pasaba por ahí y no dudan en pisotearlas como si pudieran exterminarlas. Y además hacen gala de su hazaña, exhibiendo una generosa sonrisa.
Algunos de ellos cuando crecen cambian el pantalón corto por uno largo, una mirada endiablada sustituye a la de la curiosidad y lejos de querer descubrir cosas nuevas son partidarios de finiquitar algunas de las ya conocidas. Ya no van armados con un pequeño palo, ahora se arman con las leyes y el voto de los ciudadanos. De modo que abandonan la cacería de hormigas para convertirse en cazadores de hombres.
Y sus piezas pasan de ser anónimas hormigas a personas con nombres y apellidos: Daniel Anido, Rodolfo Irago, Baltasar Garzón y ahora, Carlos Berzosa, el rector de la Universidad Complutense de Madrid.
Desesperanza Aguirre (la denominación no es mía, su autoría corresponde al periodista Ramón Lobo) se ha sumado a esa ‘campaña de limpieza’ iniciada por Manos Limpias, Falange Española o el juez Rodríguez y ha señalado a Berzosa como la nueva pieza a cobrar. Pero como hay hombres y mujeres en este país que no son hormigas, aunque algunos tiendan a pisotearlos e intentar exterminarlos, han tirado de la palabra para respaldar al rector Berzosa y de la recogida de firmas para apoyarle (http://www.ucm.es/pags.php?tp=&a=servicios&d=firmas.php).
En la práctica, este respaldo será tan ineficaz como la defensa de las hormigas ante el palito o las suelas de los zapatos de sus cazadores, pero al menos servirá para que Carlos Berzosa, igual que Garzón, Anido e Irago, sepa que no está sólo frente a los abusos del poder y para que alguien tome nota de que hay diferencias entre las hormigas y las personas, pese a que prefieran a los borregos.

4 comentarios:

  1. Tengo una foto con un gato en un callejon que lleva tu nombre...
    saludos, Carlos

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  2. Carlos, es que diariamente surgen demasiadas hormigas "asesinas", en todos lo ámbitos y en todos los aspectos. Es lo que tiene lo cotidiano...

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  3. Rakel, me ha encantado el callejón. Prometo robarte la foto y escribir algo al respecto.

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  4. Mónica, me alegra verte de vuelta. Pobres hormigas. Un beso.

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