miércoles, 13 de octubre de 2021

Andariegos

De la noche a la mañana, casi sin pensarlo y sin darte cuenta, te encuentras calzando unas zapatillas de deporte. Y también como el que no quiere la cosa recorres entre 4 y 6 kilómetros diarios. 
Pasos perdidos para algunos, mientras otros defenderán que son ganados. Da igual, uno tiene la percepción de que son pasos que no llevan a parte alguna. Un camino de ida y vuelta bajo tus pies. Las agujas del reloj marcando el tiempo empleado con apenas oscilación entre un día y otro. 
En el fondo, como nunca hubo hábito ni fe; como tampoco hubo comprensión, ni la hay, hacia aquellos que cubiertos de sudor galopan por el sendero y parecen más cercanos al infarto que a una rutina saludable, la cabeza se rebela. Y ahí comienza un diálogo interior, en ocasiones propio de besugos, sobre lo idóneo de esa práctica o sobre la convicción de que no sirve para nada o para muy poco, porque al final el destino juega con las cartas marcadas y en pocas ocasiones tendrás en la mano una escalera de color. 
Al correr ahora le llaman ‘running’ y a los corredores, ‘runners’. Imagino que al caminar lo denominarán ‘walking” y al caminante, ‘Johnnie Walker”. No sé, en el andariego cabe la contemplación, la reflexión y la pausa; ese sosiego, en cierta medida deslavazado, porque los pensamientos van por un sitio y los pasos por otro. Sin embargo, lo de correr siempre fue más propio de perseguidores y perseguidos o de cobardes. 
Supongo que no será gratuito aquello de que las prisas no son buenas. En cualquier caso, son síntoma de estos tiempos, en los que la inmediatez anula la sensatez y el rigor. Correr como caballos desbocados para no llegar más allá de los límites de un circuito. Un principio y un final con unos kilómetros entre medias. El camino a la nada.

2 comentarios:

  1. Correr quizás no sea muy saludable, pero caminar unos kms. si que lo es y lo recomiendan los médicos. Un abrazo.

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  2. Eso dicen, pero será que yo no cojo el paso. Un abrazo.

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