Sucedió una noche sin luna del mes agosto. Era 1936. Asesinaron a Lorca, entre Víznar y Alfacar, a escasos metros de la Fuente de las Lágrimas (Aynadamar). Junto al maestro Dióscoro Galindo y a los banderilleros anarquistas Joaquín Arcollas y Franciso Galadí. Ahora dicen que probablemente también están enterrados en esa misma fosa el inspector municipal de tributos de Granada Fermín Roldán y el restaurador granadino Miguel Cobo Vilches.
No hay dudas de que el crimen se produjo en ese lugar, en el camino (hoy viejo) entre Víznar y Alfacar. Cualquiera que pase por allí, antes de llegar al Parque, donde está el monolito, junto al olivo donde se cree fue asesinado Lorca, puede ver los desniveles del terreno en las vaguadas junto al camino; indicadores mudos de los enterramientos de otros tantos, vecinos de Granada y de la zona, asesinados, que sus familiares recuerdan con ramos de flores, depositados entre otros olivos.
Ahora, pese a las negativas primero y a las dudas después de los herederos de Lorca sobre la apertura de la fosa, un equipo de técnicos e investigadores busca en 300 metros cuadrados algo más que huesos.
Es la búsqueda para recuperar la Memoria, cargada de una enorme simbología representada por Lorca, por su muerte, su vida y su obra. Y también por la pervivencia en la historia de aquellos que no cayeron en el anonimato al ser asesinados junto al poeta. Dignidad y justicia. Sí, y la oportunidad de saldar una deuda con esa historia cainita nuestra.
El hallazgo de los restos no cambiará lo acontecido, ni la proyección y universalización del poeta, como temen justificada o injustificadamente los herederos de Lorca. Tampoco disminuirán los ingresos económicos. La verdad sólo hace daño al que la esconde, al que trata de ocultarla, pero para otros, como Ian Gibson, es necesaria.
¿Y si no está? Hace años me contaron una historia, un importante y reconocido lorquiano, de donde está enterrado el poeta. Escribí, en estado casi febril, algo sobre ello, que duerme sin ver la luz. Quizás porque necesito saber si es cierta la historia que me contaron; algo que sólo podré saber cuando se abra la fosa. O puede que tampoco. Pero me gustaría saber si hubo un último viaje del poeta y Laura guarda el secreto en el Balcón.
Muerto cayó Federico/- sangre en la frente y plomo en las entrañas -/… Que fue en Granada el crimen/sabed - ¡pobre Granada!-, en su Granada…
“El crimen fue en Granada (A Federico García Lorca)”, Antonio Machado. Ayuda, 17 de octubre de 1936.
No hay dudas de que el crimen se produjo en ese lugar, en el camino (hoy viejo) entre Víznar y Alfacar. Cualquiera que pase por allí, antes de llegar al Parque, donde está el monolito, junto al olivo donde se cree fue asesinado Lorca, puede ver los desniveles del terreno en las vaguadas junto al camino; indicadores mudos de los enterramientos de otros tantos, vecinos de Granada y de la zona, asesinados, que sus familiares recuerdan con ramos de flores, depositados entre otros olivos.
Ahora, pese a las negativas primero y a las dudas después de los herederos de Lorca sobre la apertura de la fosa, un equipo de técnicos e investigadores busca en 300 metros cuadrados algo más que huesos.
Es la búsqueda para recuperar la Memoria, cargada de una enorme simbología representada por Lorca, por su muerte, su vida y su obra. Y también por la pervivencia en la historia de aquellos que no cayeron en el anonimato al ser asesinados junto al poeta. Dignidad y justicia. Sí, y la oportunidad de saldar una deuda con esa historia cainita nuestra.
El hallazgo de los restos no cambiará lo acontecido, ni la proyección y universalización del poeta, como temen justificada o injustificadamente los herederos de Lorca. Tampoco disminuirán los ingresos económicos. La verdad sólo hace daño al que la esconde, al que trata de ocultarla, pero para otros, como Ian Gibson, es necesaria.
¿Y si no está? Hace años me contaron una historia, un importante y reconocido lorquiano, de donde está enterrado el poeta. Escribí, en estado casi febril, algo sobre ello, que duerme sin ver la luz. Quizás porque necesito saber si es cierta la historia que me contaron; algo que sólo podré saber cuando se abra la fosa. O puede que tampoco. Pero me gustaría saber si hubo un último viaje del poeta y Laura guarda el secreto en el Balcón.
Muerto cayó Federico/- sangre en la frente y plomo en las entrañas -/… Que fue en Granada el crimen/sabed - ¡pobre Granada!-, en su Granada…
“El crimen fue en Granada (A Federico García Lorca)”, Antonio Machado. Ayuda, 17 de octubre de 1936.
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