martes, 16 de abril de 2024

Pantomima

Coincidiendo con el aniversario de su nacimiento, un 6 de marzo, se ha publicado “En agosto nos vemos”, la obra póstuma de García Márquez. Eso me ha llevado a pensar en otra de sus obras, la de aquel coronel al que no escribían, y en este Jaén, que, aunque no lo parezca, tampoco tiene quien le escriba. 
Y ustedes dirán, no exentos de razón, que todos los días se escribe de Jaén. La cuestión es entonces lo que se escribe sobre Jaén o más bien, lo que no se escribe, lo que no se cuenta o lo que se cuenta a medias, que probablemente es la peor de las mentiras. 
Yo mismo escribo sobre Jaén. Podría decirles que me cuesta, pero es falso. Me es fácil escribir sobre Jaén, no lo es tanto no dejarse llevar en la escritura y sobre todo, discernir si merece la pena escribir sobre una provincia que no avanza, sobre vacuas declaraciones y escasas o nulas actuaciones de nuestros representantes políticos, sobre medios de comunicación al servicio del mejor postor, sobre periodistas que han dado la espalda a su profesión y han olvidado la esencia de la misma, sobre ciudadanos que siempre tienen a quien culpar de sus carencias y renuncias, sobre lo que no funciona por falta de voluntad…, sobre el olvido que seremos (título de la obra de otro autor colombiano, Héctor Abad Faciolince). 
Esa duda me lleva a contemplar el día a día de la provincia como una pantomima; esa farsa a la que al ponerle palabras, los mimos, acostumbrados a contar su historia con gestos y movimientos del cuerpo, ajenos, por tanto, al diálogo, distorsionan el mensaje y mientras las palabras dicen una cosa, sus cuerpos y gestos dicen otra. Aplíquese a lo que quieran, al vial de la Alameda en Jaén, a la moción no moción en el Ayuntamiento de la capital, a la demolición premeditada de la asistencia sanitaria pública o a las sonrisas ‘profiden’ de alcaldes que tampoco tienen quien les escriba. 
Así que, en este marco de incertidumbre, permítanme que reivindique a Fernando Arrabal, al que algún sabedor con multipresencia e impartición de cátedra en redes sociales confundirá sin pudor y manifiesta ignorancia con Francisco Rabal. 
Ese u otros sabedores no sabrán que Arrabal, junto a Jodorowsky y Topor, impulsó en la década de los sesenta el denominado Movimiento del Pánico, que básicamente apostaba por la prevalencia de la locura controlada como supervivencia ante una sociedad marcada por la crisis de valores. 
No se confundan con la salud mental, que es un asunto muy serio. Reflexionen sobre el presente y el futuro de esta provincia con los actuales mimbres y más allá de filias y fobias. Pongamos una dosis de locura, controlada, porque el horror y el miedo siempre corren a cuenta de los otros. Sonrían y no esperen a que lleguen nuevos agostos para vernos, aún a costa de que les declaren excéntricos. 
 
Mi artículo para SER Úbeda (Multimedia Jiennense), del 16 de abril de 2024.

martes, 26 de marzo de 2024

Mañana de poetas

 
Hoy han amanecido las montañas de enfrente con una cresta de nieve. Ahora la lluvia ha parado y ha salido el sol, pero el cielo vuelve a nublarse paulatinamente y es cuestión de tiempo que el agua vuelva a caer. En esta mañana de martes iba a planchar, y como no me gusta planchar siempre encuentro alguna excusa que no me aleja de la plancha, pero demora mi encuentro con ella. 
Esas montañas blancas me han recordado los versos de un poeta y he ido en su busca para recordar el poema. Esa ha sido mi excusa de hoy. Porque de un poeta he pasado a otro y de la mano de los versos he visitado un libro y otro en ese viaje que siempre proponen la poesía y la literatura en general. 
He abierto el poemario de Rafael Porlán, acompañado por la banda sonora de “Chico&Rita” (ese regalo audiovisual de Fernando Trueba y Javier Mariscal). He buscado los versos y no los he hallado, porque en realidad eran pluma de otro poeta. Así que de sus “Poesías” he pasado a la “Obra Poética”, de Rafael Palomino Gutiérrez. Porlán cordobés, murió en Jaén, y Palomino nació en esa ciudad. Y ello me ha llevado a pensar en que ambos poetas serían etiquetados, probablemente lo hayan sido ya, como giennenses. Con un etiquetado marcado no por origen o final, no por la pertenencia, sino por un provincianismo rancio equiparable a esos nacionalismos que tanto repudian precisamente esos que a menor escala exigen en esencia lo mismo. Y, claro, no he podido evitar pensar en Antonio Machado y su casino provinciano. No en un casino físico, no en ese espacio de encuentro sino en un casino edificado en el interior de algunas cabezas, esas que como dijera el poeta “embisten” desde su propia inconsciencia e ignorancia. 
De Rafael Palomino Gutiérrez me gusta mucho el poema “Si las horas fueran barcos”, pero los versos difusamente recordados al contemplar la nieve en las montañas pertenecen a su poema “Paisajes jaeneros. Sentimiento y alma” y son estos. “…Que quieras o que no quieras, las montañas y olivares son tu límite, tu marco de transparentes cristales…”. Alimentado el recuerdo me dejo llevar por otros versos e inevitablemente su “Escribo a Rafael Alberti” me conduce al poeta gaditano. Al tener los 3 libros frente a mí caigo en el hecho, no sé si casual o fruto de los indescifrables hilos del destino, de que los 3 poetas comparten nombre de pila; RA-FA-EL, como escribiera Palomino en uno de sus poemas dedicado a Porlán. Los tres rafaeles, pienso. 
Leo la “Balada para los poetas andaluces de hoy”, escrito en la década de los 50 por Alberti, y vuelvo a Palomino y a su poema escrito dos décadas después. ¿Qué cantan, qué miran, qué sienten los poetas andaluces de hoy? Una pregunta vigente en este martes de 2024. Y me quedo con estos versos de RA-FA-EL Palomino, “…El poeta es aire y voz del mundo, aun desde su torre más pequeña”. 
Y termino este viaje visitando la “República del aire”, de otro poeta andaluz, Joaquín Fabrellas, y su poema “Salmo del caído” para detenerme en este verso: “…Siéntete el pájaro asustado que no sabe qué hacer con tanto aire..”. 
Ahora voy a trasplantar una maceta. Ignoro si hay poesía en ello, pero hay vida, igual que en los poemas. 
La plancha puede esperar.


lunes, 25 de marzo de 2024

Amigos y conocidos

Quizás, y digo conscientemente quizás, no sea fácil fijar la raya que separa los amigos de los conocidos. Quizás tan poco sea relevante, que es una forma educada de expresar que es irrelevante. 
Hoy me he visto entre amigos y conocidos. Y quiero pensar que esos nuevos conocidos, por cuestiones que no vienen al caso, son futuros amigos. Es todo discutible y matizable. Y…, veinte mil cosas más. Pero en el mapa de los afectos esos conocidos tienen un espacio presente y uno futuro. No es cuestión de generosidad, es convicción y algo muy fácil de entender y de asimilar, al menos en un universo conocido. La rueda de la vida gira, con una pizca de capricho y con una dosis de algo que puede ser el azar, el destino o vaya usted a saber qué. Pero hay una línea que dibujan los afectos. Y en esa línea nos encontramos. Los afectos se dibujan en la mirada, en los gestos y en una historia pasada, en un relato común que nos identifica y nos acerca. 
Es cierto que no partimos de cero. Que nos unen puentes cimentados en el cariño, en el respeto, en la pasión y el apego por la creación artística y, sobre todo, por la fraternidad, entendida como algo que prima la relación entre las personas más allá de la sanguinidad. Y también hay algo que trasciende, que es o puede ser desconocido para muchas personas, pero que une a aquellas que conocemos esa historia de nuestros ancestros que no está escrita, pero que el paso del tiempo convierte en una historia que merece la pena ser conservada y transmitida. Las historias que superan el tiempo, que limitan la épica o son relatos de amor y desamor, son aquellas que sustentan lo escrito y puede que parte de lo vivido durante siglos.
En ese mapa de los afectos vivimos y nos movemos ocasional o perennemente. Trazamos las líneas que dibujan una frontera imaginaria y soñamos con lo inconquistable del territorio. Escondemos la vulnerabilidad en un mapa ficticio, el mismo que hacemos preso en una botella que probablemente nunca arrojemos al océano y que, sin embargo, siempre será la luz que aunque no brille ilumina nuestros pensamientos. 
Eso y pensamientos similares han agitado hoy mi cabeza mientras compartíamos mesa y mantel en una noche de Domingo de Ramos en la que por un momento he divagado o quizás, siempre los quizás como evidencia de la incertidumbre, me he dejado llevar por algo del ayer y algo del hoy que nos une, nos hermana y nos hace, probablemente desde la inconsciencia, mejor de lo que somos. 
Lo voy a contar sin detalles. Muy resumido. Seguramente, excesivamente resumido. Les diré que esta historia afecta a tres generaciones y que varios representantes de esas tres generaciones nos sentábamos hoy a esa mesa. Es una historia de amor entre él y ella sin final feliz. Él era mi padre. Conocí la historia por él. Y les aseguró que le persiguió durante toda su vida. El resumen es que se querían, se quisieron y no pudo ser. Y el resultado de aquello fue la infelicidad. Hasta ahí les pertenece o les pertenecía a ellos. Pero la vida es traviesa, maliciosa o justa y reparadora o qué se yo. Lo cierto es que ella tenía sobrinas y que la vida en diferentes momentos nos ha ido reuniendo a ellas y a mí. Ninguno sabemos dónde habría desembocado aquello. Queremos creer que habrían sido felices. Y lo paradójico es que en esa virtual felicidad yo no habría existido. Pago el peaje, consciente de no saber si esa felicidad hubiera perdurado en el tiempo. 
Aún así, ese desamor nos une a una serie de personas. Ha servido para trazar un mapa de afectos en el que sin renunciar y olvidar esa historia, bella y triste historia, nos miramos a los ojos, nos vemos las caras y nos sonreímos. 
 
A Mima Cañada. 

viernes, 1 de marzo de 2024

Blood on the tracks (con permiso Mr. Dylan)

He vuelto a andar. Escrito así parece como si hubiera estado impedido para hacerlo. Pero no, he retomado esas caminatas, generalmente vespertinas, que había abandonado por el tiempo y la salud. Unos seis kilómetros diarios, en torno a una hora andando entre olivos por un camino de tierra. 
Una hora en la que estás como alejado del mundo. Oyes los coches pasar por la cercana carretera e incluso, de vez en cuando, pasa alguno por el camino de tierra. También de vez en cuando te cruzas con otros caminantes, corredores, paseantes de perros, algún ciclista y hasta un caballo. 
Hoy al regresar, una ducha y un disco de Dylan, “Blood on the tracks”; probablemente el mejor disco del Viejo Bob, aunque tratándose de él es aventurado afirmarlo. 
La caminata es un remedio contra el anquilosamiento. Y a la vez, una desconexión del mundo, aunque esta nunca sea total. Contemplas el paisaje, asistes a un atardecer de esos que los fotógrafos soñaban con atrapar y que ahora se captura con el móvil en un abrir y cerrar de ojos y eres capaz de pensar las cosas más diversas, algunas extremadamente locas. Piensa en el hoy, en el ayer y en ese mañana, ese puto mañana que nunca acaba de llegar. Quizás todo se reduzca a una cuestión de tiempo, el transcurrido o el que ha de pasar. Quizás no llegue nunca. 
Hoy me he cruzado con apenas cuatro o cinco personas y con un perro color canela, me ha mirado como diciendo ‘este no es mi humano’ y me ha sonreído con la mirada de la misma manera que yo a él al coincidir nuestras miradas. He pensado que ninguno de los dos estamos ya para corretear mucho, pero todavía somos capaces de hacerlo, aunque fuéramos en dirección contraria. 
Escucho a Dylan y eso me place. No es que antes no lo hiciera, pero hubo una época en que llegué a detestarlo por esa otra música en la que, desde mi punto de vista, ser perdió. Le escucho y entiendo porque le dieron el Nobel de Literatura. En su día no acababa de aceptarlo, no porque no lo mereciera, pero me costaba entender cómo se lo otorgaban a él cuando no lo habían hecho con Borges, Cortázar o mi admirado Juan Gelman. Ahora escucho su música y comprendo el relato, ese viaje de días y de décadas que nos ha traído hasta aquí. 
Dicen que este disco habla de una ruptura y que en sus letras hay ira, angustia y soledad. También alguien dijo que las canciones eran largas y sonaban todas igual. Es posible que fuera así. Pero lo que es indudable es que este disco recorrió un largo camino y en algún momento de su caminar llegó a su mañana.

lunes, 19 de febrero de 2024

A cualquier precio

Para su información, la Diputación provincial de Jaén ha inaugurado en sus salas una exposición dedicada a Rafael Zabaleta, con unas 40 obras del pintor quesadeño y 4 que le regaló Picasso. 
Hasta el 14 de marzo, los jiennenses y aquellos que visiten Jaén podrán disfrutar de esta muestra de nuestro patrimonio cultural, que puede ampliarse visitando el Museo del pintor en su pueblo natal y de paso, el espacio dedicado al poeta Miguel Hernández. 
Habrá quien a estas alturas desconozca quién es Zabaleta, de igual modo que desconoce otros emblemas de la cultura jiennense, sus pueblos y ciudades, su patrimonio, su gastronomía… 
No se culpen, la Cultura, aunque debiera serlo, no es una obligación. Es una opción. Y para su desconocimiento la provincia de Jaén siempre va a contar con la complicidad de las denominadas derechas, ya sea desde la propia Junta de Andalucía, ya sea desde ayuntamientos o desde cualquier otra institución bajo su gobierno. 
El PP tiene como objetivo, fallido en las últimas elecciones municipales, hacerse con la Diputación jiennense. Para lograrlo no escatima esfuerzos y recursos, a cualquier precio, incluso a costa de la propia provincia y de los jiennenses; apostando por otros territorios en detrimento del nuestro, como hemos visto, entre otras acciones, con la presentación de la oferta turística andaluza en la reciente Feria Internacional de Turismo (FITUR) o haciendo desaparecer cualquier huella de las anteriores corporaciones en aquellos municipios donde no gobernaba, igual que ha hecho en la Junta de Andalucía. 
Nuestro aceite tampoco sale bien parado. Y como ya es conocido, se ha suprimido en los desayunos escolares andaluces previstos para el Día de Andalucía, el 28F, pese a estar incluido en el Plan Escolar de Consumo de Frutas y Hortalizas, impulsado por la propia Consejería de Agricultura. 
Conviene recordar para los despistados que Jaén es la principal productora de aceite de oliva del mundo y, por tanto, la repercusión negativa de esta decisión en la economía provincial y en la promoción del producto. 
Otro palito en la rueda. Y otra medida que entorpece la labor realizada desde la Diputación provincial de Jaén para implantar y difundir la cultura oleícola más allá de nuestro territorio. 
Lo dicho, todos los caminos se trazan hacia el antiguo Convento de San Francisco. Sin importar el destrozo que cause la aventura y sin tener garantías de éxito. A la vieja fórmula de la política de tierra quemada se suma ahora la del selfi, igual de inoperante y vacua.

 

Mi artículo para SER Úbeda (Multimedia Jiennense), del 19 de febrero de 2024.

viernes, 29 de diciembre de 2023

Gorriones

 

Contemplo en un mediodía de final de diciembre a unos gorriones mientras beben agua en unos recipientes de plástico colocados por algunos vecinos para que pájaros, ardillas, gatos y el resto de la fauna del lugar puedan saciar su sed. 
Pienso en la paradoja de que la pandemia nos trajera de vuelta, entre otros, a los gorriones. Pienso en estos pajarillos pardos, en apariencia insignificantes, poca cosa, y que, sin embargo, siempre han formado parte de nuestro paisaje vital. 
Y pienso, cómo no, en aquel gorrión al que cantaba Joan Manuel Serrat. Ese mismo Serrat que está cumpliendo 80 años y al que vemos con los ojos de ayer, con la mirada de la mente, lo que nos lleva a un tiempo pretérito y nos hacer verlo como un eterno Peter Pan. Ese Peter Pan en busca de su sombra que se refleja en la pared como aquellas otras sombras chinas de juegos de manos y luz que crean un mundo del que formábamos parte. 
Eso no significa que perdamos de vista la realidad del momento actual y no seamos conscientes de ese paso del tiempo que implica la vida. Tampoco perdemos la consciencia y el contexto de lo que han sido esos 80 años de la vida de Serrat o al menos de una parte importante de esas 8 décadas. Su canto a los poetas, a la vida, a la libertad…, los cimientos de lo que sería la denominada Nova Cançó catalana y su compromiso innegable e innegociable con sus convicciones, incluso en los momentos críticos. 
El Nano, el Noi del Poble Sec, Juanito ha cumplido 80 años. Y nosotros cumplimos años con él. Peinamos canas, recordamos el pasado aquel que algunos se empeñan en que vuelva sin entender que es otro tiempo y otra España y revivimos aquellos momentos vividos con sus canciones como testigos. El tiempo pasa para todos, pero lo importante es haberlo vivido. Hasta volando bajo como un gorrión.

jueves, 14 de diciembre de 2023

Chef Star

Hace unos días nos dejaba Concha Velasco, así que sirva como homenaje el recuerdo de aquel famoso “Mamá, quiero ser artista”. Un deseo adolescente que, entre otros aspectos, se reflejaba en eso de querer ser rock and roll star y ahora acaba en el deseo de ser un chef star. Es decir que, mamá, seguimos queriendo ser artistas, pero de los fogones.
Ya saben que en Jaén han brotado las estrellas en eso de la gastronomía y la Guía Michelin se ha vuelto a acordar de esta provincia tan habitualmente desatendida y de una tacada ha otorgado 3 de sus estrellas a los restaurantes Radis y Malak, de Jaén, y al Vandelvira, de Baeza.
Mucho brillo, aunque conviene no deslumbrarnos, porque esta excelencia culinaria ya existía con o sin premios, pero estas estrellas nos convierten en un reclamo para un determinado turismo que ha de venir a Jaén y ha de hospedarse aquí. Como es sabido en asuntos de comunicaciones y de plazas hosteleras somos deficitarios y las inversiones para carreteras, ferrocarril o incentivos empresariales ni existen ni se esperan.
El sentir general es que para que estas estrellas alumbren otros negocios de restauración que lo hagan en nuestra tierra, pero a nadie escapa que no se es catedrático con veintipocos años y que este galardón comienza a parecerse al Premio Planeta.
Sin duda, hay un importante trabajo y esfuerzo detrás, de los propios cocineros y de instituciones como la Diputación provincial de Jaén. En este sentido, cabe recordar la labor realizada en su día por Manuel Fernández Palomino desde el Área de Promoción y Turismo, que supuso la primera estrella para “Bagá”. Algunos se suben ahora al carro para salir en la foto y sentarse a la mesa ‘por la patilla’, pero poco o nada han aportado.
Por ello, es bueno recordar al propio Pedro Sánchez ‘Pedrito’ o a Marcos Reguera, destacados protagonistas de esa explosión gastronómica jiennense, a los que se sumaron otros como Montserrat de la Torre y Antonio Cristofani y su “Cantina La Estación”, de Úbeda; Juan Pablo Gámez y “Los Sentidos”, de Linares, o Juan Aceituno y su “Dama Juana”, segunda estrella Michelin de Jaén. 
Sin olvidar, entre otros, a pioneros como el “Nelson”, el “Pilar del Arrabalejo”, con los queridos Ana y Pepe Pozo, “Casa Pepe” y el “Támesis”, en Jaén; “La Sarga”, de Cazorla, o “Juanito”, en Baeza. Y a quienes presentan candidaturas futuras como el “Bomborombillos”, de Joaquín Machuca.
Procuremos no cegarnos, las verdaderas estrellas están en el cielo o en el fondo del mar. Las otras son relativas. Y aunque hayamos asistido a una lluvia de ellas en San Ildefonso, no olvidemos que las Perseidas de San Lorenzo son denominadas también ‘lágrimas”. Y Jaén será tierra del ronquido, pero para el llanto le sobran los motivos.
¡Bon apetit! 
 
Mi artículo para SER Úbeda (Multimedia Jiennense), del 14 de diciembre de 2023.