Es domingo. Vengo de comprar El País y el pan, junto a un maravilloso libro desplegable “La Selva Tropical”, que se podía adquirir hoy por un euro junto al periódico y que ha encantado a mis peques.
Leo la apertura a cuatro columnas de El País, “Zapatero radicaliza el discurso en defensa de su gestión de la crisis” y observo la coincidencia con el discurso del PP y las acusaciones de radical a Zapatero. Tiempos de ver, escuchar y leer. Tiempos de crisis económica, moral e ideológica. Tiempos de crisis de fe (no hablo de religión). Habrá fumata blanca. Y desencanto, decepción y deserción. Es el precio a pagar.
Alguien no ha medido bien o ha calculado mal la estrategia. El grupo Prisa ha perdido ya dos batallas, la de la TDT de pago, que toca su bolsillo, y la de sus lectores, oyentes y telespectadores, que debiera ser más dolorosa.
No es una cuestión de principios, pero de ser así, puede haber una renuncia o una moderación. El PSOE renunció a ser marxista como vía para acceder al poder, quizás el grupo Prisa deba renunciar a otra premisa de otro marxismo: “Más madera que es la guerra”.
No me gustan las guerras. Y tampoco me gusta la tempestad de papel y ondas en la que estamos inmersos. La conversión de palabras e imágenes en una galerna. Su uso para atizar la hoguera, que lejos de dar calor nos va a achicharrar a todos. Con quemaduras de mayor o menor grado, pero quemados.
Leo la apertura a cuatro columnas de El País, “Zapatero radicaliza el discurso en defensa de su gestión de la crisis” y observo la coincidencia con el discurso del PP y las acusaciones de radical a Zapatero. Tiempos de ver, escuchar y leer. Tiempos de crisis económica, moral e ideológica. Tiempos de crisis de fe (no hablo de religión). Habrá fumata blanca. Y desencanto, decepción y deserción. Es el precio a pagar.
Alguien no ha medido bien o ha calculado mal la estrategia. El grupo Prisa ha perdido ya dos batallas, la de la TDT de pago, que toca su bolsillo, y la de sus lectores, oyentes y telespectadores, que debiera ser más dolorosa.
No es una cuestión de principios, pero de ser así, puede haber una renuncia o una moderación. El PSOE renunció a ser marxista como vía para acceder al poder, quizás el grupo Prisa deba renunciar a otra premisa de otro marxismo: “Más madera que es la guerra”.
No me gustan las guerras. Y tampoco me gusta la tempestad de papel y ondas en la que estamos inmersos. La conversión de palabras e imágenes en una galerna. Su uso para atizar la hoguera, que lejos de dar calor nos va a achicharrar a todos. Con quemaduras de mayor o menor grado, pero quemados.
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