Leo con cierta perplejidad que el ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos, Taib Fasi Fihri, pide a España una reparación por los daños sufridos para los soldados marroquíes que participaron en la Guerra Civil Española (Público, Viernes, 29 de Enero de 2010).
Una tropa que Marruecos calcula entre 100.000 y 130.000 soldados y España, en 80.000; de los que 2.000 aún viven en el Norte de Marruecos y en el Sahara Occidental.
Mi perplejidad no es por la petición marroquí, se debe al hecho de saber que el Estado español paga una pensión a la Guardia Mora. No es xenofobia, tan de moda por estos lares en los últimos tiempos, y ya imagino que son derechos adquiridos por los servicios prestados al dictador. Y eso es lo que me deja perplejo, porque uno de los símbolos de la barbarie del golpe de Estado del 18 de julio de 1936 es esa Guardia Mora.
He leído e incluso oído en persona alguna narración del respeto a los derechos humanos y la exquisitez con que se comportaban estos bárbaros, auténtica guardia de corps del dictador, cuando entraban en los pueblos de España. Arrasando, robando, asesinando y violando sin que tan uno solo de ellos, que yo sepa, haya respondido por sus saqueos y sus crímenes.
Por tanto, no espero que Marruecos, país de conducta modélica en eso del respeto a los derechos humanos, tenga una mínima intención de que esa “reparación” sea real y se haga justicia con esos soldados. Porque supongo que entre esos 2.000 que aún viven quedará alguno de esos “valientes” que dejaron huella en nuestro país. Tampoco espero que el gobierno español, los precedentes le retratan, vaya a reclamar al amigo alauita la entrega de algunos de esos “héroes” para hacer justicia. Pero sí deseo que Garzón y los jueces como él, alguna Asociación de la Memoria Histórica o los familiares de las numerosas víctimas de la Guardia Mora sean capaces de abrir las causas que procedan para que “se haga justicia a estos combatientes” (en palabras del propio ministro marroquí, aunque con otra intención).
Entre las imágenes guardadas en mi memoria desde mi niñez no falta esa Guardia Mora, vestida de gala y escoltando el Mercedes en el que se desplazaba el dictador por las calles de Madrid. Ella y el No-do son símbolos imborrables de aquel periodo negro de España.
Una tropa que Marruecos calcula entre 100.000 y 130.000 soldados y España, en 80.000; de los que 2.000 aún viven en el Norte de Marruecos y en el Sahara Occidental.
Mi perplejidad no es por la petición marroquí, se debe al hecho de saber que el Estado español paga una pensión a la Guardia Mora. No es xenofobia, tan de moda por estos lares en los últimos tiempos, y ya imagino que son derechos adquiridos por los servicios prestados al dictador. Y eso es lo que me deja perplejo, porque uno de los símbolos de la barbarie del golpe de Estado del 18 de julio de 1936 es esa Guardia Mora.
He leído e incluso oído en persona alguna narración del respeto a los derechos humanos y la exquisitez con que se comportaban estos bárbaros, auténtica guardia de corps del dictador, cuando entraban en los pueblos de España. Arrasando, robando, asesinando y violando sin que tan uno solo de ellos, que yo sepa, haya respondido por sus saqueos y sus crímenes.
Por tanto, no espero que Marruecos, país de conducta modélica en eso del respeto a los derechos humanos, tenga una mínima intención de que esa “reparación” sea real y se haga justicia con esos soldados. Porque supongo que entre esos 2.000 que aún viven quedará alguno de esos “valientes” que dejaron huella en nuestro país. Tampoco espero que el gobierno español, los precedentes le retratan, vaya a reclamar al amigo alauita la entrega de algunos de esos “héroes” para hacer justicia. Pero sí deseo que Garzón y los jueces como él, alguna Asociación de la Memoria Histórica o los familiares de las numerosas víctimas de la Guardia Mora sean capaces de abrir las causas que procedan para que “se haga justicia a estos combatientes” (en palabras del propio ministro marroquí, aunque con otra intención).
Entre las imágenes guardadas en mi memoria desde mi niñez no falta esa Guardia Mora, vestida de gala y escoltando el Mercedes en el que se desplazaba el dictador por las calles de Madrid. Ella y el No-do son símbolos imborrables de aquel periodo negro de España.
Foto: La Guardia Mora en Madrid, en 1940. Tomada del blog http://eltiempoentrecosturas.blogspot.com/
No conocia la noticia, que desde luego es para querer mear y no soltar no gota.
ResponderEliminarMás que el mundo al reves, yo, que soy una forofa de Asterix, diría que están locos estos romanos.
Pero bueno, a lo que venía era a discutir por el premio que te han dado. Está claro que eres un enchufado, porque a ver, quienes son esos administradores y con qué criterio deciden ellos etecé etecé, dejando al margen los de la entrañable Mafi.
Bromas a parte, te felicito sinceramente, ...aunque ahora tambien tendré que leerme la historía esa del juego de los herejes.
Bicos.
PD: Lo de Mafalda que es entrañable es verdad. Ya me gustaría tener yo ese coraje.
Eauphelia, yo también creo que es discutible el criterio del administrador, pero eso de los premios va así a alguien tienen que dárselo. Yo estoy seguro de que si te hubieras presentado con el relato de "La Runa" habrías ganado tú.
ResponderEliminarRespecto al libro de los herejes, ya sabes que me lo van a enviar, si te interesa te lo paso.
Y sí, creo que has definido muy bien a Mafalda, bueno a lo que conocemos o intuimos de ella. Un beso y salud.