Yoani Sánchez, premio Ortega y Gasset 2008 de Periodismo (el mismo año que fue galardonado con el premio Gervasio Sánchez) y sin duda la bloguera cubana más internacional, se asomaba hace unos días de nuevo a la actualidad por ser agredida por la policía cubana cuando acudía a una manifestación en La Habana.
Es la paradoja de la Isla, tiene su particular muro de la vergüenza con el bloqueo impuesto por Estados Unidos y que como cualquier muro penaliza a los ciudadanos y mantiene los privilegios de los gobernantes, y a la vez padece el bloqueo que sus dirigentes aplican a cubanos como Yoani.
Entre tanto muro es difícil construir un futuro, en ocasiones cuesta siquiera imaginarlo; pero el pueblo cubano no se da por vencido, busca los resquicios en la pared y abre ventanas al mundo, como el blog Generación Y; ventanas para observar y por tanto, para ser observados.
Y en esas miradas cruzadas hay cabida para todo o para casi todo: alineamiento y oposición, comprensión e incomprensión, apoyo y rechazo… Yoani se ha convertido en un símbolo dentro y fuera de Cuba, lo que le hace sumar detractores y defensores. En ocasiones hay tanta pasión en ese ataque y esa defensa que se acaba por desvirtuar la realidad y por olvidar la historia, constituida por pasado y presente y no sólo por lo que acontece en la Isla hoy o desde el año 1959.
Esa tendencia a mirar la Isla con una perspectiva de sólo medio siglo convierte al viejo comandante en el epicentro de cualquier debate y lo limita a lo blanco o a lo negro, exento de cualquier matiz cromático. Y en esa disputa, la bloguera cubana continúa siendo un símbolo, pero la realidad es que se convierte en la bandera que enarbolan tanto los que atacan como los que defienden; de modo que en España lo mismo sirve para que el diario El País le de un premio, como para que el ex locutor de la COPE de lengua rápida le de bola en su engendro digital.
Yoani Sánchez sufre el bloqueo de sus gobernantes. Es víctima de un muro no tangible levantado por sus gobernantes. A este muro de vergüenza se unen otros muros que sirven para construir celdas individuales y colectivas, instrumentos que cercenan por tanto libertades individuales y colectivas. Además, fuera de Cuba, muchos otros se empeñan en aplicar otros bloqueos y tratan de explicar lo que dice o de utilizarlo en su provecho. Ella no lo necesita. Es filóloga, conocedora avezada de letras y palabras, que plasma bien claras en su blog Generación Y. Para que nadie se confunda.
Porque algunos prefieren seguir nadando en la confusión y optan por no distinguir entre la teoría inequívoca, obra de los ideólogos, y la equívoca aplicación de ésta, fruto de los gobernantes. Por ello no es conveniente confundir la agresión con derechos o valores. Los golpes siempre son golpes y nos hacen peores.
Es la paradoja de la Isla, tiene su particular muro de la vergüenza con el bloqueo impuesto por Estados Unidos y que como cualquier muro penaliza a los ciudadanos y mantiene los privilegios de los gobernantes, y a la vez padece el bloqueo que sus dirigentes aplican a cubanos como Yoani.
Entre tanto muro es difícil construir un futuro, en ocasiones cuesta siquiera imaginarlo; pero el pueblo cubano no se da por vencido, busca los resquicios en la pared y abre ventanas al mundo, como el blog Generación Y; ventanas para observar y por tanto, para ser observados.
Y en esas miradas cruzadas hay cabida para todo o para casi todo: alineamiento y oposición, comprensión e incomprensión, apoyo y rechazo… Yoani se ha convertido en un símbolo dentro y fuera de Cuba, lo que le hace sumar detractores y defensores. En ocasiones hay tanta pasión en ese ataque y esa defensa que se acaba por desvirtuar la realidad y por olvidar la historia, constituida por pasado y presente y no sólo por lo que acontece en la Isla hoy o desde el año 1959.
Esa tendencia a mirar la Isla con una perspectiva de sólo medio siglo convierte al viejo comandante en el epicentro de cualquier debate y lo limita a lo blanco o a lo negro, exento de cualquier matiz cromático. Y en esa disputa, la bloguera cubana continúa siendo un símbolo, pero la realidad es que se convierte en la bandera que enarbolan tanto los que atacan como los que defienden; de modo que en España lo mismo sirve para que el diario El País le de un premio, como para que el ex locutor de la COPE de lengua rápida le de bola en su engendro digital.
Yoani Sánchez sufre el bloqueo de sus gobernantes. Es víctima de un muro no tangible levantado por sus gobernantes. A este muro de vergüenza se unen otros muros que sirven para construir celdas individuales y colectivas, instrumentos que cercenan por tanto libertades individuales y colectivas. Además, fuera de Cuba, muchos otros se empeñan en aplicar otros bloqueos y tratan de explicar lo que dice o de utilizarlo en su provecho. Ella no lo necesita. Es filóloga, conocedora avezada de letras y palabras, que plasma bien claras en su blog Generación Y. Para que nadie se confunda.
Porque algunos prefieren seguir nadando en la confusión y optan por no distinguir entre la teoría inequívoca, obra de los ideólogos, y la equívoca aplicación de ésta, fruto de los gobernantes. Por ello no es conveniente confundir la agresión con derechos o valores. Los golpes siempre son golpes y nos hacen peores.
Foto: Yoani Sánchez, AFP.
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