Podría aducir perplejidad. Y mentiría. No me causa perplejidad, tampoco me abochorna y si le veo un punto gracioso. Leí ayer el artículo Un desatino, de Juan Luís Cebrián Echarri (El País, viernes, 21 de agosto) y hoy he leído sus declaraciones en el mismo diario. Y me hace gracia su estrategia de esconderse tras el decreto ley, para al final ir a la parte magra, que a fin de cuentas es la que importa por sus dividendos dinerarios y de poder: la arpobación de la TDT (que a mí me evoca el DDT y la TNT) de pago.
Cebrián ladra. Ladra mucho y fuerte. Sólo que ya no asusta a nadie. Ladra para hacernos creer que tras esos ladridos hay un perro grande y fiero que nos amedrenta, nos provoca pánico y nos hace intuir un ataque, con mordisco incluido. En realidad, detrás de esos ladridos no hay perro fiero, sólo hay un perro cansado al que el tiempo no ha perdonado y además le ha privado del hombre que le daba su sombra, cuyo cobijo le hacía creerse grande y fiero.
Hace tiempo que Cebrián dejó de ser periodista para convertirse en otra cosa y jugar a ser empresario a la sombra de un empresario poderoso, cuyas empresas crecieron entre otras cosas por los favores de “amigos”, entre ellos algunos gobiernos. Pero al desaparecer el poderoso ha perdido el favor de propios y extraños. Cuentan los mentideros de la villa que Cebrián está hoy en día con pie y medio fuera del grupo Prisa y que es persona non grata en la redacción de algunos de los medios de comunicación integrados en ese grupo. También cuentan que su única esperanza y de hecho su única baza era convencer a uno de esos “amigos”, que fue presidente de gobierno, para que a su vez convenciera a un “amigo” mejicano de que comprar el diario del grupo, buque insignia del mismo, era un buen negocio. Sólo que, según cuentan en esos mentideros, los herederos del empresario poderoso no quieren perder la capacidad de fijar la línea editorial de ese periódico, que antaño se denominaba diario independiente de la mañana. Esa capacidad, para entendernos, se cifra en el 51 por ciento de las acciones del negocio.
De modo que el grupo se halla en una situación crítica: ha logrado renegociar contrarreloj y cuando sonaba la campana una deuda millonaria (5.000 millones de euros) con la banca nacional y extranjera. Aún así las cuentas no salían y sus acreedores les exigían la venta de activos, por lo que los mentideros rugían con la puesta en el escaparate del Grupo Santillana e incluso de la Cadena SER. A ello se suman sendos fracasos: la venta de Digital + y la fusión de Sogecable (Cuatro) con Imagina (La Sexta) y un balón de oxígeno, más efectista que real, la venta del 4’5 por ciento de Prisa a In-store Broadcasting Network, LLC (IBN), una distribuidora estadounidense de medios de comunicación, que le ha hecho subir en bolsa un 11’5 por ciento.
Ante este panorama, es fácil comprender la congoja y los nervios de Cebrián ante la aprobación de la TDT de pago, que hoy por hoy beneficia fundamentalmente al grupo con el que quería fusionar Sogecable.
Lo más gracioso de todo es que Cebrián lleva razón en lo que denuncia. Lo triste es que la denuncia se produzca ahora, cuando le han recetado el mismo aceite de ricino que otros ingerían cuando sus “amigos” gobernaban. Ya saben lo que dicen de quien hace la ley.
Cebrián ladra. Ladra mucho y fuerte. Sólo que ya no asusta a nadie. Ladra para hacernos creer que tras esos ladridos hay un perro grande y fiero que nos amedrenta, nos provoca pánico y nos hace intuir un ataque, con mordisco incluido. En realidad, detrás de esos ladridos no hay perro fiero, sólo hay un perro cansado al que el tiempo no ha perdonado y además le ha privado del hombre que le daba su sombra, cuyo cobijo le hacía creerse grande y fiero.
Hace tiempo que Cebrián dejó de ser periodista para convertirse en otra cosa y jugar a ser empresario a la sombra de un empresario poderoso, cuyas empresas crecieron entre otras cosas por los favores de “amigos”, entre ellos algunos gobiernos. Pero al desaparecer el poderoso ha perdido el favor de propios y extraños. Cuentan los mentideros de la villa que Cebrián está hoy en día con pie y medio fuera del grupo Prisa y que es persona non grata en la redacción de algunos de los medios de comunicación integrados en ese grupo. También cuentan que su única esperanza y de hecho su única baza era convencer a uno de esos “amigos”, que fue presidente de gobierno, para que a su vez convenciera a un “amigo” mejicano de que comprar el diario del grupo, buque insignia del mismo, era un buen negocio. Sólo que, según cuentan en esos mentideros, los herederos del empresario poderoso no quieren perder la capacidad de fijar la línea editorial de ese periódico, que antaño se denominaba diario independiente de la mañana. Esa capacidad, para entendernos, se cifra en el 51 por ciento de las acciones del negocio.
De modo que el grupo se halla en una situación crítica: ha logrado renegociar contrarreloj y cuando sonaba la campana una deuda millonaria (5.000 millones de euros) con la banca nacional y extranjera. Aún así las cuentas no salían y sus acreedores les exigían la venta de activos, por lo que los mentideros rugían con la puesta en el escaparate del Grupo Santillana e incluso de la Cadena SER. A ello se suman sendos fracasos: la venta de Digital + y la fusión de Sogecable (Cuatro) con Imagina (La Sexta) y un balón de oxígeno, más efectista que real, la venta del 4’5 por ciento de Prisa a In-store Broadcasting Network, LLC (IBN), una distribuidora estadounidense de medios de comunicación, que le ha hecho subir en bolsa un 11’5 por ciento.
Ante este panorama, es fácil comprender la congoja y los nervios de Cebrián ante la aprobación de la TDT de pago, que hoy por hoy beneficia fundamentalmente al grupo con el que quería fusionar Sogecable.
Lo más gracioso de todo es que Cebrián lleva razón en lo que denuncia. Lo triste es que la denuncia se produzca ahora, cuando le han recetado el mismo aceite de ricino que otros ingerían cuando sus “amigos” gobernaban. Ya saben lo que dicen de quien hace la ley.
Porque me siento llamada al orden y para que no se diga que niego un planto de buen pulpo cuando por esta zona me sale mas barato. Así que ahí va, otra vez a capela y que san benito no me llene de verrugas.
ResponderEliminarNo sé quien es el tal Cebrian, así que en cuanto lo has mentado primero me he ido a buscar su artículo en la red de redes y luego de leerlo, he seguido con el tuyo.
Bueno, es un maestro escribiendo, no me lo negaras, casi tan bueno como el de Prada aunque sin utilizar todas esas palabras tan sofisticadas de monje de Silos que utiliza ese escritor.
Yo no puedo aducir perplejidad, ni me abochorna, ni me causa gracia. Ni siquiera puedo alegar que me cause estupor. El tipo va, lo suelta y se queda tan pancho como yo ahora con mis escritos que si cuelan, cuela, y ya no me ruborizo tanto a la hora de escribir una escena de duro sexo. Me nuda pardilla estoy hecha.
Pero como decía, después te seguí leyendo a ti y… toda esa movida que cuentas ya me la imaginaba. En realidad me la habían contado aunque no presté mucha atención a esa pandilla de buenos borrachuzas con las que a veces me ajunto. Porque a mi lo que me interesa, a parte de intentar escribir relatos eróticos, es intentar llenar el carro de la compra.
Yo antes iba al súper con cinco mil mesetas y lo llenaba para toda la semana. Ahora con treinta euros me doy con un canto en los dientes si me llega para dos días. La subida de sueldos se ralentizó pero no así los productos de la compra. Pasamos de pagar cien pesetas por un café, un periódico y mil productos más a un euro. Las subidas fueron desorbitadas en comparación a la de los sueltos. La sociedad del bienestar se podía mantener con algo menos de dinero en los bolsillos… hasta que llego la susodicha crisis y entonces algunos se empezaron a tirar de los pelos del…, pues eso.
Y como los iberos pertenecen a una raza orgullosa y noble, pos eso, ¡ole! a seguir comiendo pescaito frito y a quejarnos de que estén levantadas todas las aceras antes de ir a echarnos nuestra buena siesta.
Huis, que me disperso. Total que el amiguismo es lo que cuenta. El amiguismo interesado y a darle caña al regio decretazo, que para eso esta estipulado en la constitución, y no hay nada mas sabroso que hacerse con los medios de comunicación y adoctrinar a la masa borreguil que tiene buena tragadera.
Morbo.
Y a un tío le transplanta la cara y quieren ponerle cara. Y se hace lo indecible para ello. Ese espécimen de periodista nauseabundo no se mantiene al margen y da por culo a la ética. Claro que ni siquiera sabe que es eso. Que significa esa palabreja . Hay que vender, Hay que comer. Hay que consumir. Hace mucho tiempo que algunos elementos de esa especie perdieron la moral y no se detienen ante nada con tal de vender su producto cancerigeno a la masa que ni siquiera sabe agonizante.
Programas basura: el tomate, la salsa rosa ( lo siento pero no estoy al tanto de los programas mierdas para poner otros títulos) dicen que es lo que interesa, lo que vende. El cotilleo de mierda.
Pero no es verdad. La sociedad es receptiva y se la puede enganchar a la cultura si le
dan una oportunidad: doce hombres sin piedad, alguien voló sobre el nido del cuco, farenheit 451, el gran dictador, odisea espacial 2001, soy leyenda, .
Pero no, eso hace pensar, las neuronas se alteran y es malo. Mejor temas superfluos comentados por tios y tias guays y todos a operarnos chocho que eso es lo que mola y queda bien en la foto.
En definitiva ¿Te has dado cuenta porque no me prolijo comentando en los espacios de los demás? No tiene nada que ver con negarle un polvo a nadie. Soy rara. No conozco término medio. Hace tiempo que, como Sam Lowry, me refugio en mi propio mundo de locura.
Pffiu. Debo reconocer que ha sido una generosa ración de octopus. Y creo que deberias prolijarte más, así a capela. Los relatos eróticos están bien, pero tus kuchicheos son un desnudo integral. Además tienes más fe en tus semejantes que yo, si piensas que la sociedad es receptiva a la cultura. Salud.
ResponderEliminar