Lo que se nos fue habita en el tiempo con los que se nos van. En tiempos de pérdidas irreparables, con la marcha casi simultánea del portugués Saramago y del mejicano Monsiváis, llega como un bálsamo este vídeo del pintor jiennense David Padilla.
Sus aguadas son una reproducción de un presente que el paso de los días y de los años ha convertido en un pasado que permanece en nuestros recuerdos. Lugares, objetos y sueños de la infancia y la adolescencia que perviven entre la tinta y el papel.
Sus aguadas son una reproducción de un presente que el paso de los días y de los años ha convertido en un pasado que permanece en nuestros recuerdos. Lugares, objetos y sueños de la infancia y la adolescencia que perviven entre la tinta y el papel.
Calles y plazas que un día sintieron las pisadas de aquellos que hoy ya no están, aquellos que perdimos y cuyo recuerdo revive gracias a la mirada y al arte preciso de David. Calles y plazas que han cambiado su "rostro" y del que sin embargo, el artista guarda el molde, sin que se altere el paso del sepia al color; incluso en un tránsito de blanco y negro.
Y la música de Ismael Serrano, para terminar de echar la vista atrás. Lo que se nos fue porque lo dejamos marchar, lo que se nos fue porque fuimos incapaces de retenerlo, y los que se nos van porque es ley de vida; sólo que como dice Fran Sevilla, "siempre mueren los mejores".
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