Se lo que son los petas, y los petazetas; si me aprietan, incluso los petaplofs, pero los petaflops…
Bueno, el caso es que ibeeme (IBM), no confundir con yvemea, ha decidido construir un ordenador, con 20 petaflops. Y claro, dicho así, como que amedrenta, no por el número, sino por el nombre. Uno se pone a pensar, obviamente sin saber qué son los petaflops del demonio, y llega a la conclusión de que debe ser el no va más, un maquinón vamos.
De modo que con este excedente de tiempo y esa curiosidad que mata al gato, también al del callejón, me puse a indagar sobre qué eran los dichosos petaflops. Resulta que “peta” es un término para mil billones, que hombre, también amilana, porque te hace mirar a los amigos de otra forma, ni mejor ni peor, pero distinta. Me explico, ahora cuando un amigo te dice que se ha hecho un peta, se te agrandan los ojos y no sin cierta admiración piensas ¡qué pulmones!; también piensas, ¿cómo habrá metido los mil billones en un Abadie 500?, y, mil billones, ¿cuál será la producción del Ketama? Y además pienso, como te hagan una foto o te pillen lo llevas claro, mira a Phelps, ni ocho medallas le han salvado, 3 años de castigo por andar con la manteca.
Y Flops. Pues FLOPS, son las siglas de “las operaciones en punto flotante por segundo”, es decir las tareas que puede realizar en un segundo. Vale. Aquí es cuando me empiezan a petar las neuronas. Ya sé que se peta por más abajo, pero al menos cuando petan las neuronas no huele. Es que lo de las operaciones por segundo lo entiendo, pero lo del punto flotante… se me hunde.
Ya puedo buscar chalecos salvavidas, flotadores, alitas, burbujas, las vigilantes de la playa y hasta la zodiac de la Cruz Roja. Me hundo sin remedio.
Por si con esto no tuviera bastante, me entero de que han bautizado al ordenador con el nombre de “Sequoia”. Aquí vuelvo a petar. Se puede saber quién elige estos nombres. Me pasa igual con los caballos y los toros, fuera de Blanquito y Negrito, peto. No es baladí; a modo de recordatorio: Bucéfalo, Babieca, Rocinante, Islero, Burlero, Avispado…, donde esté el burrito Pepe.
La máquina, este superordenador, “ocupará 96 estanterías del tamaño de una nevera en una zona del tamaño de una casa grande (unos 318 metros cuadrados)”. Vamos, como para irse a vivir dentro del computer. Mejor no doy ideas, que después de las ‘soluciones habitacionales’ y los minipisos, a cualquiera se le ocurre reciclar las cpu y construir un residencial “modelo pin y pon”.
A mi no me petan los ordenadores, convivo con ellos por necesidad, como con el microondas. De hecho, una vez me tuve que mudar porque con el ordenador petábamos el piso donde vivíamos mi santa y yo. Of course, antes de que nacieran los ‘gurripatos’. Y de hecho, no entiendo para que tanto mega, terabyte y tanto flops, petaflops y demás zarandajas, si a la hora de la verdad, cuando más lo necesitas, el ordenador se cuelga. En fin, que el día menos pensado, peta.
Petar = Agradar. Peer. Golpear en el suelo
Figuradamente, petar = Explosionar. Llenar.
Bueno, el caso es que ibeeme (IBM), no confundir con yvemea, ha decidido construir un ordenador, con 20 petaflops. Y claro, dicho así, como que amedrenta, no por el número, sino por el nombre. Uno se pone a pensar, obviamente sin saber qué son los petaflops del demonio, y llega a la conclusión de que debe ser el no va más, un maquinón vamos.
De modo que con este excedente de tiempo y esa curiosidad que mata al gato, también al del callejón, me puse a indagar sobre qué eran los dichosos petaflops. Resulta que “peta” es un término para mil billones, que hombre, también amilana, porque te hace mirar a los amigos de otra forma, ni mejor ni peor, pero distinta. Me explico, ahora cuando un amigo te dice que se ha hecho un peta, se te agrandan los ojos y no sin cierta admiración piensas ¡qué pulmones!; también piensas, ¿cómo habrá metido los mil billones en un Abadie 500?, y, mil billones, ¿cuál será la producción del Ketama? Y además pienso, como te hagan una foto o te pillen lo llevas claro, mira a Phelps, ni ocho medallas le han salvado, 3 años de castigo por andar con la manteca.
Y Flops. Pues FLOPS, son las siglas de “las operaciones en punto flotante por segundo”, es decir las tareas que puede realizar en un segundo. Vale. Aquí es cuando me empiezan a petar las neuronas. Ya sé que se peta por más abajo, pero al menos cuando petan las neuronas no huele. Es que lo de las operaciones por segundo lo entiendo, pero lo del punto flotante… se me hunde.
Ya puedo buscar chalecos salvavidas, flotadores, alitas, burbujas, las vigilantes de la playa y hasta la zodiac de la Cruz Roja. Me hundo sin remedio.
Por si con esto no tuviera bastante, me entero de que han bautizado al ordenador con el nombre de “Sequoia”. Aquí vuelvo a petar. Se puede saber quién elige estos nombres. Me pasa igual con los caballos y los toros, fuera de Blanquito y Negrito, peto. No es baladí; a modo de recordatorio: Bucéfalo, Babieca, Rocinante, Islero, Burlero, Avispado…, donde esté el burrito Pepe.
La máquina, este superordenador, “ocupará 96 estanterías del tamaño de una nevera en una zona del tamaño de una casa grande (unos 318 metros cuadrados)”. Vamos, como para irse a vivir dentro del computer. Mejor no doy ideas, que después de las ‘soluciones habitacionales’ y los minipisos, a cualquiera se le ocurre reciclar las cpu y construir un residencial “modelo pin y pon”.
A mi no me petan los ordenadores, convivo con ellos por necesidad, como con el microondas. De hecho, una vez me tuve que mudar porque con el ordenador petábamos el piso donde vivíamos mi santa y yo. Of course, antes de que nacieran los ‘gurripatos’. Y de hecho, no entiendo para que tanto mega, terabyte y tanto flops, petaflops y demás zarandajas, si a la hora de la verdad, cuando más lo necesitas, el ordenador se cuelga. En fin, que el día menos pensado, peta.
Petar = Agradar. Peer. Golpear en el suelo
Figuradamente, petar = Explosionar. Llenar.
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