miércoles, 2 de diciembre de 2020

Desinformados

Hay periodistas y medios de comunicación que se han olvidado de lo que es el periodismo. Es posible que nunca les haya interesado, porque estaban en esto para otras cosas. Lo curioso es que se les dé amparo pese al mal ejercicio de la profesión. 
No sorprende que haya quien lleve una vida mezclando sin pudor información y opinión o que se mienta con desvergüenza e impunidad. Ahí pinchan los colegios y las asociaciones de periodistas, pero también los ciudadanos, proclives a leer, escuchar o ver lo que es de su agrado, aún a costa de la veracidad. 
Por ello no debe extrañarnos que la propaganda sustituya a la información. A fin de cuentas, hay vendedores de humo porque siempre hay alguien dispuesto a comprarlo. 
Todos habrán visto difundida en un medio de comunicación la visita de los concejales de la oposición, de cualquier ciudad o pueblo de la provincia, a uno de sus barrios reclamando inversiones o actuaciones urgentes. 
En Jaén capital se ha convertido en algo recurrente. Obviando que la mayoría de esos concejales formaban parte del anterior equipo de gobierno y que durante su mandato no hicieron nada por ese barrio al que ahora acuden a hacerse la foto. El propio ex alcalde, huido a Madrid tras su fracaso electoral, se dedica ahora desde el Senado a dar lecciones de no sé qué, tras su pésima gestión en la ciudad, y a ‘conspirar’ para que el consejero de Hacienda de la Junta de Andalucía, Juan Bravo, asuma el control del PP provincial, con la finalidad de “cambiar todo para que nada cambie”, como bien aprendimos leyendo a Lampedusa. 
El ‘modus operandi’ es el mismo o similar cuando la noticia es, por ejemplo, algo que ha hecho o dicho la expresidenta andaluza sobre ámbitos como la sanidad o la educación o cuando se enfrenta al portavoz de VOX en el Parlamento andaluz; se jalea su intervención y se omite su responsabilidad en la apertura de ese Parlamento a unos diputados que en lugar de sentarse ante el juez, para responder por un delito de apología del fascismo, se sientan en las instituciones públicas para contaminar y dividir la sociedad, por la apatía de nuestros representantes para legislar. 
Por desgracia, estamos sobrados de palmeros y propagandistas. El último ejemplo, lamentable una vez más para Jaén, son los fondos de la ITI que debían aportar el Estado y la Junta de Andalucía. Más de 400 millones de euros, olvidados o maquillados en los presupuestos de ambos gobiernos, que no va a recibir la provincia. Unos echan la culpa al Norte y otros, al Sur, según afinidades. De eso también aprendimos algo leyendo a Lampedusa. 
Ya saben, no dejen que la verdad les estropee una buena noticia. 
 
  Mi artículo para SER Úbeda (Multimedia Jiennense), del 2 de diciembre de 2020.

No hay comentarios:

Publicar un comentario