sábado, 10 de noviembre de 2018

El rostro de la censura

Narraba García Márquez que “El coronel no tiene quien le escriba”. Al alcalde de Jaén no le gusta ni que le escriban ni que hablen de él, salvo ‘apesebrados’ y ‘bienpagaos’ que solo alzan la pluma y la voz para la alabanza. 
En democracia, aunque haya elecciones a la vuelta de la esquina, hay que aceptar las críticas y respetar los compromisos. No se pueden posponer acuerdos como el de la recuperación del tranvía, dando un bajonazo a los ciudadanos con la excusa de los ‘vagonazos’; floritura para un titular de prensa que suena más a condición superlativa de persona perezosa que a cuitas por el transporte público. Probablemente al ideólogo le traicionó el subconsciente y deja retratadas las intenciones y a algún protagonista. ¡A los bajos, maestro, y que no asome el estoque! El resultado ya sabido es que cuando asoma la espada no te puedes refugiar en tablas y la muleta rara vez sirve para tapar vergüenzas. 
Tampoco es propio de demócratas el gusto por la mordaza y las tijeras. Creíamos que en estos lares la censura era propia de otras épocas y de otros personajes. No como ese coronel americano menguado de epistolario, sino como ese general tan nuestro que aún remueve los huesos de los otros y hasta alguna higadilla siempre al amparo de la Santa Cruz. 
Quizás sean los nuevos tiempos del PP de este Pablo Casado, al que por cierto el alcalde brindó su apoyo, empecinado en mostrar su falta de seriedad, moderación e ignorancia (sea cual sea la materia abordada) y esa mezcla de nostalgia y querencia por imponer y no por convencer. 
La censura deja al descubierto miedo y debilidad. A lo que puedan decir, a lo que puedan escribir y a las consecuencias. Y en estos tiempos de ánimas y fantasmas nos muestra la verdadera cara de los vivos. De esos tan vivos que olvidaron adelantar el reloj durante 40 años y ahora sueñan con retrasarlo. 
“INICIATIVAS, andamios para las ideas” ha sido víctima de la censura municipal. Yo añadiría que también de la torpeza de algún celoso e incluso celado edil. Le han escamoteado el espacio de la Plaza Santa María con el peregrino argumento de que “está reservada para otro tipo de eventos”. ¿Cuáles? Pongan ustedes los ejemplos que estimen, yo tengo suficiente con aquella imagen de los autobuses estacionados ante el templo. 
El Ayuntamiento prefiere la desmemoria frente a la ‘Memoria del patrimonio perdido”, que planteaba INICIATIVAS con un acto lúdico y reivindicativo el “Cementerio de los monumentos olvidados”, coincidiendo con la Noche de Halloween. 
Saben bien nuestros munícipes que es más afilada la lengua de los vivos que la de los muertos. Y faltos de voz y de crédito, temen a aquellos que puedan ser escuchados. Silenciar a los vecinos no es un buen remedio. El 3 de diciembre los muertos vivientes que nos gobiernan pueden despertar con el cántaro roto a sus pies y el temor a que en la primavera, cuando sea el turno de elegir una nueva Corporación municipal, las voces que se han querido apagar hablen en forma de voto. Y entonces, más de uno como el viejo coronel querrá alguien que le escriba.

Mi artículo para SER Jaén, "La Colmena", del 8 de noviembre de 2018.




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